Libros electrónicos de estudios esotéricos

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Libros del Portal

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  1. ¿Cómo se adquiere el Conocimiento de los Mundos Superiores? - Rudolf Steiner
  2. ¿Cómo se puede superar la incertidumbre que sufre el Alma Humana en nuestro tiempo? - Rudolf Steiner
  3. ¿Que es la Iniciación Martinísta?
  4. A través de las puertas de la muerte - Dion Fortune
  5. Aforismos - Louis Claude de Saint-Martin
  6. Alocución a los Neófitos
  7. Amor y Sexo según el ocultismo - Dion Fortune
  8. Analogías Espirituales y Temporales del Arco-Iris - Louis Claude de Saint-Martin
  9. Autodefensa Psíquica - Dion Fortune
  10. Cábala Mística - Dion Fortune
  11. Carta sobre el Altar Teúrgico - Robert Ambelain
  12. Clavículas - Éliphas Lévi
  13. Como encuentro Yo a Cristo - Rudolf Steiner
  14. Como Me Hice Místico - A Camille Flammarion
  15. Conferencias Esotéricas - Arnold Krumm-Heller
  16. Cosmogonía - Edouard Schuré
  17. Cristianismo Rosacruz - Rudolf Steiner
  18. Cuadro Natural de las relaciones que existen entre Dios, el Hombre y el Universo ‐ Louis Claude de Saint-Martin
  19. Curso de Filosofía Oculta - Éliphas Lévi
  20. Curso Filosófico de las Iniciaciones - J. M. Ragon
  21. Dale valor a tu vida - Emmet Fox
  22. De los Errores y de la Verdad - Louis Claude de Saint-Martin
  23. De los Números - Louis Claude de Saint‐Martin
  24. Discurso de Instrucción a un recién recibido en los Tres Grados de Aprendiz, Compañero y Maestro Simbólicos de la Orden de los Élus-Cohen
  25. Doctrina General de Martinez de Pascualy - Robert Ambelain
  26. Dogma y Ritual de la Alta Magia_1 - Éliphas Lévi
  27. Dogma y Ritual de la Alta Magia_2 - Éliphas Lévi
  28. Dos Cartas a Israel Regardie - Paul Foster Case
  29. Ecce Homo - Louis Claude de Saint‐Martin
  30. El Asociado Martinista Frente a sus Deberes
  31. El Camino del Cielo - Manly P. Hall
  32. El Cementerio de Amboise - Louis Claude de Saint-Martin
  33. El Cocodrilo - Louis Claude de Saint-Martin
  34. El Egipto Mulsuma - Edouard Schuré
  35. El equivalente mental - Emmet Fox
  36. El Gran Arcano del Ocultismo Revelado - Éliphas Lévi
  37. El Gurú - Manly P. Hall
  38. El Hechicero de Meudon - Éliphas Lévi
  39. El Hombre Nuevo - Louis Claude de Saint-Martin
  40. El Libro de Enoc
  41. El Libro de Los Esplendores - Éliphas Lévi
  42. El Libro de Los Sabios - Éliphas Lévi
  43. El Libro Rojo - Louis Claude de Saint-Martin
  44. El Martinismo - Historia y Doctrina - Robert Ambelain
  45. El Martinismo Historia de una Orden Tradicional - Christian Rebisse
  46. El Misticismo Francés y La Historia del Martinismo - Por Arthur Edward Waite
  47. El Ocultismo Contemporaneo - Papus
  48. El Proceso de Regeneración según Saint-Martin, o La Alquimia Interior - Jean-Louis Ricard
  49. El Recto Pensamiento - Manly P. Hall
  50. El Ritual Mágico - Éliphas Lévi
  51. El Sermón del Monte - Emmet Fox
  52. El Simbolismo del Cuerpo Humano - Manly P. Hall
  53. El Tabernáculo en el Desierto - Manly P. Hall
  54. Éliphas Lévi
  55. En Tierra Santa - Edouard Schuré
  56. Esoterismo. Órdenes, Fraternidades y Grupos - Dion Fortune
  57. Estancias sobre el origen y el destino del Hombre - Louis Claude de Saint-Martin
  58. Examinando las Huellas del Martinismo
  59. Explicaciones Generales sobre El Martinismo
  60. Fabulas y Símbolos - Éliphas Lévi
  61. Fuerzas Invisibles - Manly P. Hall
  62. Glastonbury. Avalon del Corazón - Dion Fortune
  63. Guía bibliografíca de Louis Claude de Saint Martin - Fogg Phileas
  64. Hermes y Moises - Edouard Schuré
  65. Historia de Éliphas Lévi
  66. Historia de la Magia - Éliphas Lévi
  67. Instrucciones a los Hombres de Deseo - Louis Claude de Saint-Martin
  68. Introducción a la Doctrina Esotérica - Edouard Schuré
  69. Introducción a la Magia Ritual - Dion Fortune
  70. Introducción al Martinismo - Jean Louis De Biase
  71. Introspección Espiritual - E R Ruiz F
  72. Jesus y Los Esenios - Edouard Schuré
  73. La Alquimia Espiritual - La Vía Interior - Robert Ambelain
  74. La Atlantida - Edouard Schuré
  75. La Cábala Tradición Secreta de Occidente - Papus
  76. La Ciencia de Hermes - Éliphas Lévi
  77. La Clara Virtud del Zen - Manly P. Hall
  78. La Clave de los Grandes Misterios - Éliphas Lévi
  79. La Cultura de la Mente - Manly P. Hall
  80. La Dieta Mental de los siete días - Emmet Fox
  81. La Doctrina de Éliphas Lévi - Papus
  82. La Doctrina del Corazón - Annie Besant
  83. La Esfinge - Éliphas Lévi
  84. La llave de oro - Emmet Fox
  85. La Misa y sus Misterios - J. M. Ragon
  86. La misión del Arcángel Miguel - Conferencia 1 - Rudolf Steiner
  87. La misión del Arcángel Miguel - Conferencia 2 - Rudolf Steiner
  88. La misión del Arcángel Miguel - Conferencia 3 - Rudolf Steiner
  89. La misión del Arcángel Miguel - Conferencia 4 - Rudolf Steiner
  90. La misión del Arcángel Miguel - Conferencia 5 - Rudolf Steiner
  91. La misión del Arcángel Miguel - Conferencia 6 - Rudolf Steiner
  92. La Preparación para la Iniciación - Dion Fortune
  93. La Sacerdotisa del Mar - Dion Fortune
  94. La Vida y La Muerte - El Guardián Mayor del Umbral
  95. Las Claves Pérdidas de la Francmasonería - 1 - Manly P. Hall
  96. Las Claves Pérdidas de la Francmasonería - 2 - Manly P. Hall
  97. Las Claves Pérdidas de la Francmasonería - 3 - Manly P. Hall
  98. Las Claves Pérdidas de la Francmasonería - 4 - Manly P. Hall
  99. Las Claves Pérdidas de la Francmasonería - 5 - Manly P. Hall
  100. Las Claves Pérdidas de la Francmasonería - 6 - Manly P. Hall
  101. Las Claves Pérdidas de la Francmasonería - 7 - Manly P. Hall
  102. Las Claves Pérdidas de la Francmasonería - 8 - Manly P. Hall
  103. Las Claves Pérdidas de la Francmasonería - Manly P. Hall
  104. Las Curiosas Coincidencias
  105. Las Enseñanzas Secretas de todos los Tiempos - Manly P. Hall
  106. Las Facultades Superiores y su Cultivo - Manly P. Hall
  107. Las lámparas Perennes - Manly P. Hall
  108. Las Paradojas de la Alta Ciencia - Éliphas Lévi
  109. Lo que la Sabiduría Antigua espera de sus Discípulos - Manly P. Hall
  110. Los Cátaros
  111. Los Grandes Iniciados - Edouard Schuré
  112. Los Grandes Sabios
  113. Los Misterios de la Kabala - Éliphas Lévi
  114. Los Pilares de la Pansofía - Phileas Del Montesexto
  115. Los siete aspectos de Dios - Emmet Fox
  116. Los Vivos y los Muertos - Éliphas Lévi
  117. Los Vivos y los Muertos - Éliphas Lévi - MP3
  118. Louis Claude de Saint-Martin - El Filósofo Desconocido
  119. Louis Claude de Saint-Martin - Reseña Biografica
  120. Magia Aplicada - Dion Fortune
  121. Magia. Un Tratado sobre Ocultismo Natural - Manly P. Hall
  122. Martinezismo y Martinismo - Jean-François Var
  123. Martinismo Estudios Sobre La Francmasonería Y El Compañerismo - Virginia Gaskell Mármol
  124. Melquisedec y El Misterio del Fuego - Manly P. Hall
  125. Ocultismo Práctico en la Vida Cotidiana - Dion Fortune
  126. Oraciones de Louis Claude de Saint-Martin
  127. Pitágoras y Platón - Edouard Schuré
  128. Principios Fundamentales de la Práctica del Ocultismo - Manly P. Hall
  129. Ragon y el Rito de Mizraim - A Silvani - Fiducius
  130. Rama y Krishna - Edouard Schuré
  131. Recolecciones de un Místico - Max Heindel
  132. Reseña Biográfica de Louis Claude De Saint-Martin - Jean‐Baptiste Modeste Gence
  133. Ritual a la Aparición Visible - Éliphas Lévi
  134. Rosa - Cruz - Arnold Krumm Heller
  135. Sobre relaciones de lo fíisico y lo moral - Louis Claude de Saint‐Martin
  136. Tratado De La Naturaleza Del Huevo De Los Filósofos - B Trevisamo
  137. Un año con Emmet Fox - Emmet Fox
  138. Zoroastro y Buda - Edouard Schuré

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domingo, 9 de noviembre de 2014

DISCIPULADO No. 17 LO QUE ERES

DISCIPULADO No. 17

LO QUE ERES




Te has preguntado alguna vez qué o quién eres en realidad?  Más allá de tu nombre, de tu profesión, de lo que haces, de tu nacionalidad, de tu género, de la edad que tienes, del papel que cumples en esta vida, ¿qué eres?

La inteligencia que te anima no proviene de tu cerebro, ni de tu mente. Cuando viniste a esta Tierra tu ser biológico comenzó por un diminuto huevo, más pequeño que la punta de un alfiler, que contenía toda la información de lo que ahora es tu organismo físico, al igual que una semilla lleva en sí misma un árbol en potencia. Durante los primeros días de gestación no había ni rastros del cerebro, ni del pensamiento como ahora lo usas. Una misteriosa inteligencia está asociada al fenómeno de la vida biológica. Una Inteligencia innata es la que creó el cerebro y es la que hace funcionar cada parte de tu cuerpo sin que tu mente racional, tu pensamiento, esté pendiente de ello. Esta Inteligencia no depende del conocimiento de tu memoria consciente.

Todos los corazones, los hígados, los riñones, los pulmones, los ojos, las manos, los intestinos de todos los seres humanos funcionan igual, independientemente de nuestras creencias y conocimientos. Es la misma Inteligencia la que nos anima. Es una Inteligencia Universal. Es la misma que anima al cristal, a la roca burda, a la planta, al animal y a la galaxia, siguiendo maravillosos patrones de organización geométrica, matemática y funcional.

Sea lo que sea que eres, tienes esa Inteligencia. Esa es tu Sabiduría verdadera pero no puedes verla con tu pensamiento ordinario. Ella trabaja en silencio y tu mente hace mucha bulla, un ruido incesante que en algunos tiene conexión directa y automática con lengua. Si quieres percibirla de verdad debes aprender a sobrepasar a tu mente parlanchina; debes ir más allá del pensamiento. Allí queda el reino interior, la fuente de toda Inteligencia real, la fuente de toda potencialidad, una fuente infinita, ilimitada, sin tiempo, eternamente presente. Allí reside el Ser que realmente eres, el Único ser existente.

Todo lo demás que creas que eres es una invención del ego, una mera ilusión que se desvanece en el ilusorio tiempo, como nube que arrastra el viento. Y si no lo crees espérate mil años y verás lo que queda de tu sueño egóico.

 Solo lo que es, el Ser Real, permanece para siempre.
¿Quién eres? ¿Acaso un ser humano que sueña que está vivo, deseando alcanzar el Ser Infinito?
Eres el Ser Infinito, dormido, soñando que es un ser humano. Despierta ya!
 Termina con esta pesadilla.

¿Qué o quién soy  en realidad? He aquí la pregunta fundamental que debe plantearse todo verdadero aspirante espiritual. El encarar esta cuestión es el trabajo fundamental que determina si en realidad estamos en un proceso de despertar hacia la liberación o no.

Las escuelas espirituales enseñan que el ser humano es un Espíritu individual, una Chispa de una flama Divina, un alma inmortal, un Ego, un Yo Superior, términos abstractos que tan solo llenan el espacio de una respuesta pero que no resuelven con profundidad el interrogante y en cambio dejan la sensación de que somos entes separados de la Divinidad, viviendo en ella, dentro de ella o fuera quizás. Vivimos casi todo el tiempo en ausencia de la consciencia de nuestra propia realidad, sumidos en la ilusión de la separatividad.

Desde esta perspectiva asumimos el papel de caminantes de un sendero especial, el camino de la espiritualidad, que nos lleva hacia una salvación, redención o liberación de nuestras ataduras en esta tierra, un sendero que nos conduce hacia Dios. Pero esta visión identifica a Dios como alguien distinto de nosotros. Es una visión desde la dualidad, desde el propio vicio ilusorio que genera la creación. Es una visión desde el yo, un yo que mira hacia la Divinidad, la cual tal vez gobierna en una esfera distante arriba de nosotros, en un mundo sutil que es su lugar privado y al cual aspiramos a llegar por merecimiento, si cumplimos una serie de requisitos basados en un código de conducta totalmente dual, en el que prevalece la división entre el bien y el mal, entre lo correcto y lo incorrecto, entre lo justo y lo injusto, entre algo y su opuesto, y suponiendo que Dios está tan solo siempre del lado de lo bueno, de lo correcto, de lo hermoso, de lo justo, de la luz,  y  dando por sentado que se opone a lo contrario, como algo que está fuera de Él,  aunque de otro lado afirmemos que todo cuanto existe es su obra. 

Esto sucede porque hemos aprendido a definir la realidad a partir de nuestras percepciones sensoriales, y hemos adoptado como método de conocimiento el proceso de raciocinio y síntesis que se deriva de nuestras concepciones, formadas a partir de las limitadas apreciaciones de los sentidos. Hemos definido un mundo dividido en partes, un universo discontinuo, y a eso le hemos llamado realidad. Nuestros ojos no están diseñados para ver todo lo que existe. Nuestros oídos no pueden escuchar todas las vibraciones. Nuestros sentidos no pueden percibir la Realidad. Solo perciben una limitada cantidad de vibraciones, provenientes de la Realidad, y con esa pequeña muestra construimos en nuestra mente un universo de imágenes, de formas, nombres y conceptos. Y nuestra idea de lo que somos suele estar ajustada a este criterio.

Jamás, mientras estamos en este sueño ilusorio, se nos ocurre pensar si habrá alguna otra forma de conocimiento, más allá de la limitada percepción sensorial. Nos hemos puesto de acuerdo en una cosmovisión y nos apegamos a ella como lo único válido. Y esta visión ilusoria de un universo discontinuo, formado por seres separados, nos llevó a clasificarlos, a nombrarlos y a categorizarlos como buenos o malos, bellos o feos deseables o indeseables, siempre en esa obsesiva manera de medir las cosas y calificarlas en uno de dos opuestos polares. Y la ilusión de la separatividad condujo a la idea de un espacio entre lo separado y de un tiempo requerido para recorrer ese espacio e ir de una cosa a otra.

Antes de la creación, El absoluto, en su infinita soledad, hizo dentro de sí un vacío de consciencia de Sí mismo y en él creó la Mente cósmica, con la cual ideó el juego de la creación. Este juego consiste en verse a Sí mismo a través de la multiplicidad, pero siendo Él Uno, sin división, debió crear un velo para ocultarse de la Unidad, en el vacío, y bajo este velo la unidad pareció dividirse en dos fuerzas, dos polos, yang y yin, positivo y negativo, generación  y destrucción. Jugó a mantenerlas en equilibrio y esto generó una tercera fuerza llamada conservación, donde los dos polos luchan entre sí y mantienen la ilusión de estabilidad y de estructura, en un universo que es  inestable, mutable, en movimiento incesante, en el cual se cumple siempre la ley de la impermanencia de toda aparente forma.

Cuando algo surge, nace, la fuerza de creación o generación  prevalece para dar lugar a la cristalización de energías que dan la ilusión de seres separados, pero la fuerza de destrucción comienza a operar y gana terreno en tanto que su opuesta mengua, haciéndose al final prevaleciente. En el equilibrio hay aparente conservación de un estado, un evento, una forma,  un ser. La fuerza de generación genera el anabolismo universal o fuerza de construcción o síntesis, en tanto que la fuerza de destrucción constituye el catabolismo universal  o fuerza de desintegración. El equilibrio de los dos genera la fuerza de conservación  que llamamos vida.

Toda la creación es el resultado de la operación de estas tres fuerzas, que en realidad actúan simultáneamente, luchando por su predominancia, siguiendo un ritmo cósmico de generación, conservación, destrucción, que da lugar, bajo el velo de la ilusión del tiempo, al nacimiento, a la vida y a la muerte de criaturas, de planetas,  de rondas o revoluciones cósmicas, de kalpas o períodos mundiales de creación, de esquemas solares, de vidas galácticas y de manifestaciones cósmicas, repitiendo una y otra ve,z a nivel macro y micro cósmico el esplendoroso juego de la creación, el cual termina cuando la Consciencia Infinita, que en realidad permea a través de todo lo existente, aflora en plenitud de consciencia y se observa a Sí misma como lo Único siempre existente.

La ilusión de ser seres separados, creada por el velo de la ilusión, nos hace ver todas las cosas desde esta dualidad y nos lleva a creer que somos simples entes imperfectos que debemos hallar la perfección mediante un proceso llamado evolución o movimiento ordenado en el espacio y el tiempo. Esta visión nos lleva a la creación de códigos de comportamiento, que se ajustan al cumplimiento de uno de los dos polos en los cuales hemos clasificado todas las cosas, lo cual a su vez nos lleva a aceptar o rechazar la Realidad que surge en el eterno presente, según si nos conviene, de acuerdo con nuestras expectativas. Surge así el mar tempestuoso de  los sentimientos y las emociones, que nos ponen de parte o en contra del presente, y los deseos de que la realidad aparente suceda de tal o cual modo. Esto opera como un gigantesco remolino de fuerzas que generan un proceso de precipitación de energías,  que cristalizan en eventos de una encarnación y nos generan apegos y deseos de que las cosas que anhelamos permanezcan, en tanto que las que rechazamos desaparezcan, creando así odios y amores que nos encadenan en la Rueda de las encarnaciones. Esto da lugar un mecanismo disolvente, la fuerza destructiva,  que busca deshacer las cristalizaciones, mediante un equilibrio neutralizante de las fuerzas que perturbamos mediante nuestras emociones, sentimientos, deseos y pensamientos. Esto es la Ley de causa y Efecto, la cual obviamente solo opera en cuanto que funcionemos desde una visión dualista del Cosmos.

La Divinidad genera, en su juego de ilusión, para verse desde la multiplicidad, un patrón de creación que se refracta en infinitos patrones de organización o arquetipos de estructura y arquetipos dinámicos, para cada cosa precipitada, en cualquier nivel vibratorio generado por el desequilibrio de las fuerzas, de suerte que toda la creación opera por resonancia con el Arquetipo original diseñado en la Mente Divina. Así fueron creadas las estructuras que llamamos cuerpo físico, etérico, astral, mental y así fueron precipitados los mundos, planos y niveles de vibración.

El velo de la ilusión que cegó la creación misma, como un recurso de la Divinidad para ocultarse de su perenne Unidad, generó la apariencia de miríadas de Jerarquías de seres y oleadas de vida, con diferentes grados de consciencia, que van desde la absoluta inconsciencia hasta la omnisciencia. En realidad, tras el velo de la Ilusión, El Absoluto permea la creación misma y se expresa en la totalidad de lo que es. En el hombre, fluye a través de un juego complejo de vehículos o cuerpos y, por efecto del velo, forma un remolino, provocado por las fuerzas de generación y destrucción en constante batalla. Ese remolino es el yo, la consciencia de individualidad, que no es otra cosa que la misma Divinidad cegada por la ilusión, creada por Sí mismo para ocultarse en su juego del escondite. Bajo esta ilusión se identifica con diversas partes aparentes de una estructura compleja, creyendo ser la estructura simplemente, aislada, separada. A veces cree ser un cuerpo biológico. En ocasiones cree ser el mar de emociones y sentimientos y otras veces cree ser el pensamiento, un conjunto de recuerdos, una historia animada por deseos generados por expectativas imaginarias. En  la ilusión del tiempo y de la imperfección se plantea metas, expectativas, retos, senderos, requisitos, códigos de comportamiento. Ha olvidado por completo que es la misma Eternidad, el equilibrio perfecto, la omnisciencia, la potencialidad pura y la infinitud.

Pero es difícil, atrapado bajo el velo de la ilusión, romper la creencia en la individualidad. Tal vez el proceso de la muerte nos ayude a recordar lo que somos. Afortunadamente, en esta trampa de la Rueda de las encarnaciones, en las que rodamos incesantemente, la vida nos hace el favor de matarnos, en el sofisma del tiempo, para tratar de romper el velo y terminar el juego del escondite.

Al morir, nuestro cuerpo va al horno crematorio. La fuerza de destrucción operante devuelve las estructuras física y etérica a sus elementos originales. El agua se evapora y vuelve al agua. El cuerpo reducido a cenizas devuelve el material prestado a la Madre Tierra y el éter del cuerpo etérico vuelve al cuerpo etérico planetario. De eso no queda nada que no sea la insistente información de ser individuales, y la historia sintética contenida en los átomos simientes, paquetes de fuerzas concentradas que guardan  memorias de estructura, viciadas por la interferencia del yo. Después de algunos años del llamado purgatorio una experiencia astral generada por nuestra propia visión dual y nuestros códigos, en la que batallamos entre la pureza y la culpa, la estructura astral se disuelve en el mar astral terrestre y de ella no queda nada que sea medible o que tenga forma alguna. Y años después siguiendo la ruta ilusoria del tiempo también la mente se disuelve y cesa el cacareo de la mente con toda sus imágenes, conceptos, pensamientos y recuerdos y toda esa energía se disuelve en el océano de vibraciones mentales del planeta.

 ¿Qué queda entonces? El espíritu, dirán algunos. Y, ¿cuál es su medida?, ¿cuál su límite? Oh! Es ilimitado! dirán otros. ¡Es la chispa de la Llama que a imagen y semejanza de la Divinidad no tiene medida, ni forma! Y si es ilimitado, y en realidad que lo es, ¿acaso no es ilimitado también el de todo otro que haya muerto? Ilimitado significa sin límite, sin borde alguno. Así que solo puede haber en definitiva un solo ser Ilimitado. No puede haber dos porque tendría que haber un espacio de separación y esto haría cesar su condición de ilimitados. Y si Dios, la Divinidad, El Absoluto es el Eterno Ilimitado solo puede ser Él. No puede haber un Dios Ilimitado y otro ser Ilimitado. No es posible la existencia de más de un Ilimitado y este es el Uno sin segundo, de tal suerte que es Él quien en realidad permea las estructuras de todo otro aparente ser, disfrazado en la multiplicidad, bajo el velo de la ilusión.

Así que en realidad el yo es un mito, una ficción, no hay tal ser separado recorriendo un camino hacia Dios para alcanzar la liberación. Solo es el Eterno Ilimitado quien vive tratando de liberarse del remolino del yo para terminar su juego. Solo es el Eterno Ilimitado quien permea toda aparente estructura de cualquier criatura del Universo, sin espacio, sin tiempo, en Eterno presente. Es como el agua del río de la vida eterna que fluye en busca del océano, que sigue siendo agua, tratando de disolver los remolinos que se han formado por el enfrentamiento de fuerzas opuestas,  que no son otra cosa que agua que se quiere comer todo lo que sea atrapado por su movimiento centrífugo.

Así mismo, el yo individual, un remolino de Divinidad creado por las fuerzas bipolares, se cree separado de las Madres aguas del Ser y quiere tragarse el mundo entero en su movimiento centrífugo de egoísmo, obnubilado y ciego por el velo de la ilusión que se ha echado encima. Así como el remolino no es más que agua en movimiento, el yo no es más que Divinidad en movimiento, creado por el flujo de fuerzas del río de la Creación.

La ilusión del yo debe ser disuelta. El velo debe ser levantado. Tú eres el Ser Infinito, el Único Ser, el Uno sin segundo, y todos los aparentes seres de la creación igualmente lo son en simultaneidad, en conexión y sincronicidad perfectas, en un Universo continuo, sin espacio, sin tiempo .

Hasta que no se comprenda a cabalidad esta Realidad, la Única Realidad, no se estará en verdad en un proceso espiritual para despertar la Consciencia Divina, que dormita y sueña con ser una multiplicidad de yoes . La mente es básicamente el estorbo principal porque el yo está fuertemente arraigado en ella. Las creencias distorsionadas, almacenadas en los pesados baúles de nuestra memoria, perturban el apacible lago de la estructura astral, creando tormentas de emociones y sentimientos, y levantando huracanes de deseos que arrastran en vertiginosos remolinos a la fuerza vital, distorsionando los patrones perfectos de organización, creando la enfermedad, la ignorancia, el apego y la inercia, y activando la fuerza destructiva equilibrante que conduce a la ilusión de la muerte.

Podemos hacer este proceso de liberación simple o complejo. Si queremos complicarnos, diseñaremos un sendero lleno de requisitos, metas cosas a alcanzar, seres a encontrar, reconocimientos a lograr. Si es así, solo estamos gravitando en nuestro propio remolino del yo individual, y caeremos en trampas de austeridad extrema, de rigidez e inflexibilidad, de fanatismo y separatismo, de rituales rutinizantes,  y en lugar de hallar la liberación estaremos en la más grande esclavitud, alejados de la Consciencia de Unidad con todo y con todos, hipnotizados en una ilusión de especialidad, que no es otra cosa que uno de los finos tejidos del complejo velo de la ilusión.

Podemos tener una dieta como para un ángel, vivir rodeado de altares y flores, entonar dulces cánticos, respirar como un yogui, jugar al juego de ser buenos para ganar merecimientos, pero si no hemos cambiado nuestra percepción dualista, si no hemos limpiado la mente de todo condicionamiento, para ver claramente, no habremos hecho nada, aunque llevemos decenas de años pretendiendo caminar en el sendero o perteneciendo a una organización espiritual de renombre.

Si queremos hacerlo sin complicaciones, lo cual no significa que sea fácil, pues el misterio se resuelve en el equilibrio de los opuestos, ni difícil ni fácil, entraremos directamente en la erradicación de la ignorancia y el apego, mediante la práctica de la meditación y la devoción. La primera busca la erradicación de las identificaciones para la disolución del yo y la segunda busca la renuncia a los apegos y el enfoque único en el Eterno Ilimitado.

Así como la vida nos da el regalo de la muerte entre encarnaciones, nos da también el regalo de la meditación, una puerta al infinito. Meditar es como morir y resucitar desde lo corruptible a lo incorruptible.
Pero meditar no es visualizar, ni soñar, ni evadirse en imaginaciones, ni divagar de pensamiento en pensamiento, o de emoción en emoción, ni embriagarse en el sutil vino de los sentimientos.

Durante la meditación renunciamos al método de la percepción sensorial  como fuente de obtención de datos para el proceso del conocimiento. Si alcanzamos la perfecta relajación y quietud, la consciencia se ausenta de la identificación con el cuerpo. Luego se ausenta de las sensaciones energéticas y posteriormente busca aquietar el huracán astral. Rompe el velo astral, mediante el proceso de comprensión de que emociones y sentimientos son fuerzas que surgen cuando el viento de las expectativas sacude con violencia el mar sereno de la realidad presente que aflora sin esfuerzo, al no estar el yo de acuerdo con ella. Centra  la consciencia su atención en el pensamiento y ve pasar todas las imágenes contenidas en la memoria, que desfilan en el escenario del tiempo, vagando del pasado al futuro y viceversa. Pero va aún más allá y rompe el velo mental, centrando la atención en el proceso de atender al presente, que surge en el silencio, sin historia y sin expectativas, y entra en el campo del intelecto puro, del pensamiento inmaculado, sin espacio, sin tiempo, sin inquietud, sin límites, allí donde la sabiduría que fluye a través de todo lo que existe lo hace en simultaneidad, sin pensamientos, sin construcciones de la lógica, sin recurrir a la memoria.

En este estado, la Consciencia se observa a sí misma, comprendiendo simplemente y permitiendo que fluya la Sabiduría, el Conocimiento intuicional, en un proceso sin palabras que te permite saber sin que medie un mecanismo dialéctico de indagación, sin especulación y lejos de toda duda. En ese instante de atención presente, siempre en el presente e ininterrumpido, se está en igual condición que al final del proceso de la muerte, pero en simultaneidad con toda la estructura física, energética, astral y mental, en quietud. El proceso suele interrumpirse cuando las fuerzas latentes del yo contenidas en el inconsciente afloran para recrear el remolino de identificación con la individualidad. Pero ante la insistencia  de la Consciencia, en un real proceso de autoconocimiento, puede lograrse la continuidad de la atención en el presente, en perfecta inmutabilidad. La Consciencia levanta entonces el tercer velo, el velo espiritual y completando así su escape de los tres velos que conforman el gran velo de la ilusión, y disuelve toda cristalización mental, todo estado de dualidad, logrando perpetuarse en la no dualidad, en la infinitud, en la omnisciencia, al verse en su plena Realidad como  el Uno sin segundo. Eso es liberación.

El proceso espiritual no es un camino en el que un yo individual se libera de algo para lograr la consciencia de la Divinidad y alcanzar la Unidad con el Todo. Es un proceso de entrenamiento intenso en el que la Consciencia Única se libera de la falacia del yo, rompiendo el velo de la ilusión, en el que a sí misma se envolvió para ocultar su Unidad y poder verse desde la multiplicidad, de la cual emerge ahora, para verse a sí misma en su plena potencialidad.

La Divinidad se libera del yo y con ella derrumba su castillo, ese feudo en el que imperaba la dualidad, la separatividad, la ilusión, la ignorancia y el Karma, todos los cuales desaparecen cuando la luz irrumpe.

Alipur Karim


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martes, 29 de julio de 2014

DISCIPULADO No. 16 DE LOS VERDADEROS MOTIVOS DE LA BUSQUEDA ESPIRITUAL


DISCIPULADO No. 16
DE LOS VERDADEROS MOTIVOS DE LA BUSQUEDA ESPIRITUAL





“Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos”, dijo Jesús El Cristo, cuando enseñaba mediante parábolas, refiriéndose a un hombre que fue sacado de un banquete de bodas por no llevar el traje adecuado.




En el proceso de búsqueda espiritual, el intenso deseo de los fervientes devotos, el supremo anhelo surgido del corazón puro de hallar la Divina Beatitud, La Sabiduría, la Conciencia Cósmica,  es elevado a la Divinidad desde la misma esencia que habita en cada alma. Como respuesta amorosa, la Luz es enviada  a  todos aquellos que están dispuestos  y preparados para desterrar toda sombra de sus vidas,  mediante  Divinos mensajeros o Maestros de Sabiduría y sus discípulos.  Muchos  otros son atraídos por la luz irradiada y por las enseñanzas pero no siempre existe una sincera motivación espiritual en este acercamiento.

Algunos llegan con la esperanza de disfrutar de la abundancia que  bendice a quien se acerca a Dios y esperan que sus dificultades kármicas personales sean resueltas. Son los buscadores del consuelo divino que llevan un oculto interés de ver resueltas todas sus necesidades, para verse libres de toda responsabilidad antes de dedicarse por completo a la búsqueda divina. El ego busca recibir un premio anticipado. El asunto realmente funciona al revés: es primero el hallazgo de la Consciencia Divina y luego el fluir de la abundancia y la resolución del prontuario kármico.


Si nos acercamos a la Divinidad pidiendo cosas, aún estamos bajo el poder del ego y su consciencia de dualidad, pensando que todo se rige por un método de premio y castigo en el que una Gran Entidad llamada Dios, en su Infinita Misericordia, se dedica a llenar las arcas de todo aquel que se lo pida con el ojo aguado, sin más. Esta oculta necesidad de la satisfacción de los deseos  revela en realidad un gran apego por todos los objetos de los sentidos que genera encadenamiento a viejos patrones inconscientes. Esto solo produce más karma y en lugar de permitir la emergencia de la consciencia no dual sumerge al peregrino en la convicción de la dualidad. Este proceso reforzará las semillas de sus malas hierbas y lo atraerá de nuevo a la rueda de la encarnación.

Otros son atraídos por la ilusión de que todos los conflictos   vinculares que padecen y que les generan enorme sufrimiento serán resueltos, mágicamente, sin que hagan nada para solucionarlos. Buscan la enseñanza como un escampadero, un refugio para sus vidas llenas de relaciones conflictivas o para su soledad. Algunos tal vez buscan hallar solución al problema de algún ser querido cercano que se halle atrapado por el duro lazo de la enfermedad o de algún mal hábito. Este interés es propio del ego que evade el trabajo que le corresponde y se lo quiere dejar a Dios o que pretende que los problemas de los seres queridos desaparezcan de un plumazo, sin que estos hagan ningún proceso interior para liberarse, porque a la larga, debido a sus apegos, estas dificultades se harán suyas.  Quieren llegar al oasis sin atravesar el desierto.

Otros llegan por competencia. Han visto a algún par, amigo o familiar cercano acercarse al sacro camino y disfrutar de sus mieles y desean ser mejores que él o tener los mismos beneficios. Buscan solo pertenecer para obtener. Son motivados por la envidia, otro de los esbirros del ego.


Los hay quienes se acercan por pura curiosidad  u orgullo intelectual y buscan satisfacer sus dudas existenciales, mediante un proceso puramente racional. Son los que todo lo cuestionan, dudan de todo, lo comparan todo con los viejos patrones de su mente o con algunos nuevos pero de la misma índole racional. No se abren a la enseñanza porque creen saberlo todo, aunque en realidad solo poseen información a mares pero no comprenden nada con profundidad. Son simples repetidores de los hallazgos especulativos de otros. Estos sembradores de dudas atraerán sobre sus mentes el oscuro velo de la ignorancia y ni siquiera se darán cuenta de ello. Son esclavos de sus mentes, de sus apegos intelectuales.

No faltan los que acuden con el ánimo de obtener prestigio regodeándose en decir que son amigos personales del Maestro o de sus discípulos. Otros son atraídos por la simple sed de conocer para saber más y obtener el reconocimiento de sabios. A estos los motiva la arrogancia. Es un disfraz del ego que cree que en realidad no sabe nada, tiene frustración de saber, cree que necesita conocer y mostrar ese conocimiento al cual confunde con la sabiduría.


Otros acuden como cazadores de fenómenos psíquicos buscando romper a través de éstos la pétrea roca de incredulidad que en realidad llevan por dentro. Esperan ver prodigios, apariciones mágicas o hallar quizá una misteriosa pócima o fórmula secreta que les permita acceder a otras dimensiones, sin el fastidio que les genera el tener que hacer el verdadero trabajo de disciplina requerido para despertar los divinos poderes. Estos se encontrarán tarde que temprano presas de las ilusorias energías del mundo astral, engañados tal vez por falsas pero astutas entidades que se harán pasar por Maestros verdaderos con el ánimo de vampirizar sus energías. La mayoría de ellos terminarán escuchando voces o teniendo visiones engañosas. A lo mejor se harán “canales” de estos pretendidos o ilusorios maestros trayendo aparentes mensajes sutiles que no son otra cosa que la proyección de su memoria o la de la entidad y cuyo contenido generalmente no conduce al hallazgo de la sabiduría.

Indudablemente un falso buscador hallará un falso maestro, uno que trabajará para nutrir su ego. Solo allí se hallará plenamente satisfecho ya que si, atraído por la fulgurante llama de una verdadera enseñanza, se topa con un Maestro verdadero, su instrucción y disciplina le caerán como balde de agua helada y harán saltar los ejércitos del ego en su propia defensa. La oscuridad de su verdadera motivación revelada se hará incompatible con la luz del Sendero. Tal vez aguantará la repulsión un tiempo, para no ser tan evidente, o por orgullo, pero la represión le llevará a crisis  y saldrá de allí profiriendo críticas y arguyendo razones de auto justificación para emprender la huída.

Es la simiente divina latente quien ha llevado a estos falsos buscadores hacia la luz del Maestro, en un intento por despertar, pero es su ego quien la repele, debido a sus motivaciones. No estando preparados, no teniendo el vestido adecuado para la boda entre el Espíritu y la Luz, no serán aceptados en el Círculo interno del Maestro.

Tener la motivación correcta no es equivalente a decir que el aspirante al discipulado debe tener perfección absoluta de su estructura física, etérica astral y mental sino que, libre de pretensiones egoicas posee la disposición adecuada para pulir el diamante en bruto que es, el cual será tallado por el Maestro quitando una a una todas las imperfecciones que le impiden brillar como preciosa gema. La talla dolerá pero luego será agradecida por el discípulo.

El acercamiento al Maestro debe tener motivaciones que surgen del corazón espiritual del aspirante: anhelo real de percibir la luz y ojos dispuestos a verla; respeto por la enseñanza y oídos dispuestos a escucharla; verdadera intención de transformación y de ruptura de apegos; deseo sincero de correr el velo del ego para que pase la luz; acatamiento de las sugerencias, a la luz de las enseñanzas y sabia guía del Maestro.

Hallar un Maestro espiritual es una de las más grandes bendiciones que se puedan tener en una encarnación. Un verdadero Maestro espiritual es la encarnación de la palabra divina. Encontrar uno, es como encontrar un gran tesoro. El verdadero Maestro te enseñará la ciencia espiritual perfecta,  el conocimiento espiritual exacto que te permitirá establecer un real contacto y experimentar la Sabiduría del Universo. Él te mostrará  la llave de oro que abre la puerta del misterio y te dirá los medios para que la encuentres por ti mismo y traspases el umbral.


 El Maestro solo aparece cuando el alumno está preparado y sus motivaciones han surgido realmente del ser interior y no del ego.  Nadie halla un Maestro por el solo hecho de querer tenerlo, ya que no se trata de una búsqueda personal. En el proceso del discipulado el ego no está invitado. Es el Maestro quien hallará a los que verdaderamente están en la disposición adecuada para enseñarles la Sabiduría Divina Espiritual. Tras la iniciación, el discípulo recibirá la energía necesaria para permanecer en conexión con los Círculos más cercanos al Maestro. El Amor y respeto por El en cuanto a la Luz que representa, el Amor por la enseñanza, que es la exteriorización de su Luz y el Amor a la Divinidad como la meta más elevada a alcanzar en la encarnación, darán al discípulo el derecho de permanecer con los que están junto a él y recibir una enseñanza más elevada. Esto le dará acceso directo a la Jerarquía pues una vez que conoces un Maestro tienes la puerta abierta a los templos de todos los Maestros, quienes trabajan en la no dualidad, en espíritu de Hermandad Universal y en perfecta sincronía con el Plan Divino.

 

 

Si quieres  encontrar un Maestro no lo busques, haz el trabajo requerido y espera pacientemente el tiempo perfecto para el despertar. No esperes que salga el sol antes del amanecer. No saldrá porque madrugues más. Más bien, antes de que salga, quita las malas hierbas de tu jardín y procura arrancarlas de raíz. La luz las hará crecer de nuevo y no dejarán florecer tus rosas.




Si quieres asistir a la boda de la hija del Rey( la Luz Divina) con un noble caballero( el Espíritu) lleva el vestido adecuado(vida e intención puras), no sea que te echen de allí y te pierdas la boda y el banquete(Gozo Divino o Bienaventuranza). Haz lavar tu traje si ya tienes uno y líbralo de toda mancha o te pondrás en evidencia en el gran salón iluminado del palacio del Rey( el Maestro) o si lo prefieres deja ya tu viejo traje(antiguos hábitos) y hazte uno nuevo.

Alipur Karim


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