LOS AGENTES
INVISIBLES EN LOS TEMPLOS Y EN LAS LOGIAS
Tanto la sabiduría
antigua oriental como la occidental coinciden en que los pensamientos son
formas vivientes creadas por el hombre pero habitadas por vidas inferiores a
modo de vehículo para experimentar y evolucionar. El ser humano es creador, y
lo es básicamente con su pensamiento puesto que sus creaciones físicas están basadas
en lo que piensa e imagina. El lector que atenta y concentradamente vive la
obra narrativa que su autor ha pensado e
imaginado, reproduce y da vida a los personajes en el mundo del pensamiento. “La
energía sigue al pensamiento” suele decirse, y como no hay nada “muerto” en el
espacio, nos vemos obligados a pensar que lo que pensamos e imaginamos también
toma forma y vida en la atmósfera etérica de nuestro mundo físico gracias a sus
habitantes, bien sean Ángeles o bien los espíritus y elementales que trabajan
bajo su dirección. Cualquier ocultista sabe, por tanto, que las formas de
pensamiento que creamos relacionan a los
mundos del pensamiento y emocional con la región etérica-física. Si el hombre
fuera clarividente por naturaleza, no solo sería creador en ese sentido, sino
que podría poner “Alma” consciente y voluntariamente a cada pensamiento. No es
que un escritor no ponga Alma en su narrativa o que un compositor de música
tampoco lo haga (sobre todo de música clásica o armónica), pero no es lo mismo
crear con el pensamiento como lo hacemos ahora que crear intencionadamente para
obtener un resultado benéfico en el sentido más altruista.
Pero el aspecto
creador mental del hombre va más allá. Un niño da vida a un personaje o héroe
con su imaginación, y cada vez que juega y se lo imagina fortalece esa forma de
pensamiento dando Alma al personaje durante años. Algo parecido ocurre con el
fumador, el alcohólico o drogadicto, cada vez que consumen y que piensan en ese
producto que les domina están alimentando a esa Alma o vida elementaría que
habita la forma de pensamiento, apegándose ésta a su creador hasta el punto de
influenciarle y estimularle para que siga consumiendo. Ningún rincón del
espacio está vacío y por eso una forma de pensamiento encuentra respuesta en
los tres mundos donde estamos evolucionando, por tanto, a un pensamiento pueden
acudir diferentes vidas que luego pueden afectar al hombre en su cuerpo
emocional y en el mental con tal de inducirle a que siga creando. Ni la materia
etérica ni la mental existen en sus correspondientes mundos de forma inerte, en
realidad es vida de diferente gradación, la vida elementaría de la cuarta
región etérica no tiene el grado de desarrollo espiritual que la primera que es donde guardamos el recuerdo
de nuestra vida para extraer su quintaesencia. Y lo mismo ocurre con el mundo
mental, en la primera región o inferior están (por ejemplo) las más groseras
formas de pensamiento del hombre, y por eso mismo las vidas que allí existen no
tiene el mismo grado evolutivo que las que habitan en la cuarta región
superior.
Démonos cuenta que
estas regiones, sean del mundo que sean, están habitadas por diferentes
jerarquías que evolucionan gracias al trabajo que hacen en ellos y que está
relacionado con nuestro sistema solar, con nuestro planeta y con nosotros
mismos. Sin embargo y aunque cumplen con unas directrices divinas, ellos
respetan nuestro libre albedrío respecto a si creamos buenos o malos pensamientos
o si son temporales y duraderos. Así es que, cuando el hombre piensa, imagina o
repite actos como, por ejemplo, un servicio espiritual, está creando unas
formas psíquicas que después serán habitadas por unos espíritus elementales
(formando así un egregor) que tendrán el poder de influenciar a su creador y a
las personas que se encuentren en el recinto donde se haga dicho servicio,
invocación o cualquier otro similar. De hecho, hay un egregor representativo del estado de conciencia de la
humanidad, es decir, un representante del
inconsciente colectivo, y así mismo lo hay en cada país, en cada religión,
en cada lugar donde concurran muchas personas buenas o malas y en nuestro lugar
de oración. La intención, la imaginación y los ideales son la base para que nuestras
creaciones atraigan a los Ángeles, a los Arcángeles o, por el contrario, a los elementales
más bajos que, a base de repetir, formarán el egregor correspondiente fruto de
nuestro bien o mal pensar y obrar.
Toda forma creada
tiene una razón de ser y expresa algún aspecto interno de su creador. Así, el
sistema solar expresa la naturaleza y cualidad subjetiva del Dios que lo ha
creado, incluyendo en esa cualidad el propósito, la actividad y el efecto. El
hombre, generalmente, crea ignorantemente, y por eso debe hacerse consciente de
su capacidad creadora y de su relación con los Ángeles y demás espíritus
inferiores para actuar como ellos, con buena voluntad y con la complementación
de las palabras y de los actos. Es necesario que aprendamos a tener la mente
clara y controlada para así poder crear y dirigir nuestros pensamientos de
manera que sean causa de ayuda para la humanidad y no de maldad. Hoy somos más
una fuerza destructora mental que lo que deberíamos ser, o sea, unos colaboradores
de las jerarquías y de los Ángeles que trabajan con esa materia etérica y
mental. A grandes rasgos, el ser humano debería:
1º.- Tener una atención plena sobre la mente y
a lo que está crea así como a las emociones y deseos que como efecto surgen en
nosotros.
2º.- Practicar el discernimiento para
distinguir lo verdadero de lo falso.
3º.- Prestar atención a nuestras palabras y
manera de expresarnos porque eso indicaría la manera de pensar.
4º.- Tener siempre presente que él es el
pensador y el observador de la mente, de las emociones, de las palabras y de
sus acciones, y como tal, tiene pleno control sobre ello.
5º.- Ver a quién y cómo pueden afectar sus
creaciones para así cerrar la puerta a toda clase de negatividades.
6º.- Controlar la mente para que no esté
ociosa ni entretenida en crear negatividades, más bien debería silenciarla y
utilizarla para estimular los más elevados deseos y sentimientos.
El
ser humano no solo es un dios en formación, es un creador como Dios pero aún en
una escala muy inferior comparativamente hablando. Como es arriba es abajo, en
esencia somos parte de Dios, evolucionamos en unos mundos que son parte de Dios
y, por tanto, en Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Nuestros
cuerpos fueron creados (como germen que se debía desarrollar más tarde) con
materia mental arquetípica que se cristalizó en física, de la misma forma, el
hombre ha creado mentalmente todo lo que le rodea para luego darle forma
física. Sin embargo, todavía no tenemos el poder de dar vida, por eso, nuestras
creaciones mentales e imaginativas las dan vida los elementales que son
dirigidos por los Ángeles. Y por eso, los ambientes dominados por los egrégores
tienen vida propia y afectan a quienes están allí sin que ellos puedan ser
conscientes de ello. Tenemos la misma necesidad de crear para evolucionar que
Dios pero nosotros solo podemos crear
conscientemente forma físicas, sin vida (hijos) y otras que no vemos y que no
somos conscientes del mal o del bien que pueden hacer, estas son los
pensamientos y las emociones. Nuestros temores, fobias, vicios, pasiones,
etc., son hijos nuestros también pero
como nuestros sentidos no han alcanzado el desarrollo suficiente para verlos
(el aura y el cuerpo astral) no los podemos educar por no decir erradicar. Pero
sabemos que existen, que nos dominan y que hacen daño al prójimo cuando los
utilizamos contra ellos. Por tanto, ¿Cuánto mal no podrá hacer un egregor
existente desde hace miles de años?
Los
Ángeles forman la jerarquía que está inmediatamente por encima de nosotros
evolutivamente hablando, ellos son tan necesarios para nosotros como nosotros
para ellos respecto a su propia evolución. Bajo su dirección están los
espíritus de la naturaleza y otras vidas elementales que responden a nuestra
forma de vida y a nuestras creaciones emocionales y mentales. Pero también
ellos pueden cumplir con su trabajo o extraer más beneficio evolutivo
dependiendo de lo que el hombre cree
pues, no es lo mismos trabajar en un hogar donde escuchan música clásica, donde
hay armonía y demostraciones de amor o ideales elevados, que hacerlo en una
familia que hacen y expresan lo contrario. Un Ángeles y sus colaboradores se
sentirán mucho más cómodamente y crearán un egregor mucho más bello y eficiente
cuando en una casa se hacen oraciones o invocaciones, se escucha música sacra y
hay símbolos religiosos, flores, buen incienso, etc.
El
objetivo principal de los Ángeles es la elevación de la raza humana y para ello
colaboran estrecha e invisiblemente con nosotros y con nuestras creaciones. De
hecho, aunque no lo creamos, cuando se les invoca para un buen fin (no egoísta
ni materialista) muchas veces acuden y satisfacen nuestras peticiones. Cuando
se pide por los demás, como en el caso de las ceremonias o liturgias, o cuando
se les invoca para que colaboren en ese momento con determinado servicio o
ritual, ellos acuden y hacen un trabajo benefactor para el invocante y para los
presentes. Pero cuando en un servicio como el “Servicio Devocional del Templo”
de la Fraternidad Rosacruz Max Heindel se repite todos los días aun sin
invocación, ellos colaboran en la construcción del egregor fruto de la
vibración de ese servicio. Los Ángeles no nos piden nada para ellos pero cuanto
más manifestamos el amor divino y el respeto hacia ellos, más empeño pondrán en
que fructifiquen nuestras creaciones mentales. Podríamos decir que si
actuáramos de forma más consciente y voluntaria sabiendo que ellos trabajan con
nuestros pensamientos y sus efectos, nos haríamos colaboradores suyos y
emitiríamos otras clases de pensamientos y, como efecto, de emociones y deseos.
El hombre poco desarrollado va sembrando la atmósfera mental de verdaderas
entidades psíquicas dañinas y malvadas; el aspirante espiritual procura no crear nada de eso y sí hacer
oraciones, invocaciones, lecturas espirituales, etc. etc., con tal de crear
armonía y egrégores que alimenten la espiritualidad en el mundo; el iniciado y
las jerarquías crean intencionada y conscientemente formas de pensamiento
amorosas y constructivas para ayudar al desarrollo de la humanidad.
Como
he dicho antes, hay un gran espíritu, egregor o entidad psíquica planetaria que
se alimenta del fruto de la mente y de la imaginación del ser humano, cuya
naturaleza depende de los estados de conciencia de nosotros. En la construcción
y manifestación de este ser colaboran las jerarquías regentes de los tres
mundos inferiores (etérico-físico, de deseos y mental) y toda una serie de
entidades etéricas menores. Este hecho tiene un efecto kármico a nivel
planetario y de la humanidad y lo mismo ocurre respecto a los egrégores y
formas de pensamiento menores. Un pensamiento negativo o una crítica contra
alguien tiene una influencia negativa (como efecto) sobre esa persona, de lo
que tendremos que dar cuenta después de la muerte y (dependiendo de la
gravedad) como karma en la próxima vida. La repetición de muchos
pensamientos y críticas de una misma
naturaleza crearán un egregor que, además de influirnos como sus creadores,
también lo harán sobre las personas con las que sintonices y, por tanto, se
convertirá en una deuda kármica para la próxima vida. Los elementales y
egrégores se alimentan y crecen en poder gracias y según sean las vibraciones,
las formas, los sonidos y los colores de las creaciones psíquicas y emocionales
que hay en el ambiente social, de ahí la necesidad de ser más conscientes en
cada aquí y ahora de lo que pensamos, sentimos y hacemos.
No
se puede llamar egregor al elemental que habita una forma de pensamiento cuya
duración de vida suele ser corta. El egregor se alimenta de la repetición de
pensamientos, de ceremonias, liturgias, palabras invocativas, etc., pero
además, hay otra cosa que le distingue. Lo mismo que un pensamiento-forma
pertenece a una persona y vivirá mientras esa persona siga alimentando al elemental
que lo habita y que ha sido atraído vibracionalmente, también el egregor suele
ser creado por un grupo de personas (a veces por miles o millones) y vivirá
mientras le alimenten. Y lo mismo que el elemental o vida evolucionante se
siente atraído por la vibración del pensamiento-forma, así el egregor se forma
y alimenta dentro de una vibración relacionada con una logia, escuela oculta,
religión, etc. Pero aquí hay que hacer una distinción más, y es que éstas están
incluidas dentro de alguno de los siete Rayos de la Manifestación. Un egregor
se puede formar en cualquier escuela, templo, centro o iglesia, aunque estén
creadas por falsos maestros y charlatanes, por tanto tiene que haber alguna
distinción con las que sí fueron fundadas por iniciados y que son serias y
honestas. Las escuelas de Misterios o iniciáticas como la Fraternidad Rosacruz
así como las religiones, siempre han sido creadas bajo la dirección de algún
iniciado perteneciente a un Rayo, y las personas que se vean atraídas (en su
mayoría) estarán relacionadas con ese Rayo, por eso el egregor que se forme en
la escuela o centro físico estará en sintonía con la vibración del mismo. Hoy
(en mi opinión) existen pocas escuelas representativas de Rayo en el plano
físico y sí muchas derivadas de ellas, pero aun así, su egregor cumple una
labor en el lugar donde se reúnen sus miembros. Sin embargo, hay un hecho
cierto, y es que cuando una escuela no está fundada en la Verdad y ha sido
creada solo por el hombre tendrá sus días contados, mientras que las creadas
por un iniciado será mucho más difícil que se disuelva si él así lo cree
conveniente.
Esto
mismo ocurre respecto al egregor de un templo religioso o un centro de
enseñanza de una escuela seria, si los asistentes dejan de asistir o los que
asisten dejan de orar, invocar y hacer los servicios de la religión o escuela,
terminará por disolverse poco a poco. Una escuela normal solo imparte
conocimiento personal o de otros, pero la escuela iniciática imparte conocimientos
que desarrollan los cuatro vehículos del Espíritu y facilitan la investigación
de los mundos invisibles. Otra gran diferencia, al menos en mi experiencia, es
que en las escuelas normales que abundan y que dan charlas variadas y se reúnen
toda clase de gente, uno se encuentra como en cualquier otro sitio, mientras
que cuando se asiste a un centro (en mi caso el rosacruz de Max Heindel de
Madrid) donde sólo se hacen actividades relacionadas con su Rayo y las que su
fundador (iniciado) dejó como normas, entonces y si es un verdadero aspirante,
notará en gran medida la influencia del egregor. Un aspirante o probacionista
de una escuela iniciática encuentra en ella conocimiento, sabiduría, apoyo por
parte de iniciados, discípulos y otros probacionistas (sobre todo mientras
duerme su cuerpo físico) pero también encuentra consuelo, aliciente, paz,
armonía y otros aspectos personales por parte del egregor y, por qué no, de
ciertos Ángeles.
Todo
lo que hay y todo lo que intervenga y todo lo que se diga o haga como
ceremonia, servicio, liturgia, etc. en una escuela o centro cuya fundación haya sido hecha por un iniciado o
Maestro (símbolos, elementos físicos, invocaciones, oraciones, etc.) son líneas
de fuerza relacionadas con lo invisible, y que traen alguna respuesta
benefactora a los participantes por medio de determinados Ángeles. Es más,
suele ocurrir que todo eso forma parte de una gran forma de pensamiento
(procedente también de la colaboración de los asistentes) o egregor local
relacionado con el de la escuela central mantenido, a su vez, por los
capacitados para ser conscientes en los mundos invisibles y por los verdaderos
aspirantes de todo el mundo. Así es que en las iglesias y templos religiosos
así como en ciertas logias y escuelas de ocultismo, existen unas energías
(creadas y mantenidas por los servicios, símbolos, liturgia, objetos
religiosos, etc.) que afectan a los asistentes a modo de “poder de gracia” de
Dios con la que tienen relación los Ángeles, el egregor y los elementales y
espíritus inferiores que allí acuden. Esto es algo parecido a la gracia divina
que un devoto o aspirante espiritual sincero puede recibir en el lugar donde
habitualmente hace sus oraciones, plegarias e invocaciones.
No
olvidemos que todo objeto está formado por la misma composición física (aunque
con diferentes combinaciones de átomos) por tanto, todas las formas físicas se
relacionan. La diferencia está en el desarrollo de la vida que lo puede animar
o en la clase de vibraciones que la pueden afectar, así, un objeto inanimado se
puede convertir en un gran amuleto o una imagen religiosa que sea muy adorada y
rezada puede hacer un “milagro” a través de su magnetismo de varios siglos, de
acuerdo a la fe de la persona devota que la invoque. Así mismo ocurre respecto
al egregor de un templo, escuela o simplemente centro donde se hacen rituales y
oraciones. El egregor influye a los asistentes con su magnetismo y, aunque
estos no se esfuercen en colaborar en los servicios, cuando salgan se sentirán
mucho mejor que cuando entraron. Recuerdo que cuando yo iba al centro rosacruz
de Madrid los domingos decía a mi esposa: “voy a recargar la batería”,
refiriéndome al desgaste devocional y espiritual que había tenido durante la
semana. Cuando uno es ignorante de estas cosas y comienza a asistir a estos
lugares no suele colaborar en los servicios, más bien se cumple con lo debido
pero sin esforzarse en crear buenos pensamientos-formas o en no pensar en
hechos que no debería.
Esto
es así hasta tal punto que tampoco se le da la debida importancia a la música o
a los cánticos. Tanto la música como el significado de la letra del himno o
cántico tiene un importante efecto sobre
las fuerzas sutiles y espirituales que acuden a un servicio religioso o espiritual.
Naturalmente que cuanto más consciente, voluntaria y devocionalmente se haga el
oficio o servicio mayor efecto tendrá sobre los asistentes. En algunas iglesias
o templos pueden ser tantas las cosas que se trabajan, espiritual e
invocativamente hablando, que es necesaria la participación de Ángeles,
Arcángeles, humanos y otros espíritus para manejar la fuerza que, a su vez,
fortalece el poder del egregor y se irradia a los alrededores. Evidentemente,
quien no participa porque no encuentra aliciente o porque asiste de mala gana
porque para él es una monotonía, poca respuesta puede obtener de los agentes
invisibles participantes y del egregor mismo, puesto que su misma aura impedirá
la influencia positiva de las energías concentradas en el lugar.
Tenemos
la sabia costumbre de hacer revisiones y restaurar las cosas antes de que se
nos rompan pero no hacemos lo mismo respecto al egregor y a los templos
eterico-espirituales que creamos en las iglesias, templos y escuelas físicas.
En algunos centros se mantiene el egregor durante muchos años aunque vayan
pocas personas si éstas cumplen su deber, pero en otros donde van muchos
asistentes pueden dejar morir el egregor o no atraer a las fuerzas espirituales
porque no se hacen los deberes correctamente o porque se hacen o se hablan
cosas contrarias al espíritu o vibración de la escuela, del egregor o, lo que
es lo mismo, del Rayo. En este caso, los centros de la Fraternidad Rosacruz Max
Heindel tienen una labor importante que cumplir, es el llamado “Servicio de
Curación. Es un deber de cada asistente ir al templo o centro lo más limpio
posible de malos pensamientos, deseos y sentimientos porque, cuando no nos
auto-observamos a menudo, solemos dejarnos llevar por muchas malas costumbres y
debilidades. Para mantener puro el centro y alimentar el egregor, además de lo
dicho hasta ahora, deberíamos tener mucho cuidado con lo que decimos, hacemos y
pensamos porque eso afecta a la atmósfera etérica-mental que hay y con la cual
se trabaja en los rituales y servicios. Lo ideal sería que hubiera una
habitación aparte para la administración y demás deberes materiales y dejar el
templo única y exclusivamente para los rituales y los servicios devocionales;
lo profano no debe mezclarse con lo espiritual y devocional.
Bastante
es ya que durante los servicios, a veces, se esté pensando en cosas o hechos
que contienen vibraciones egoístas y similares; tampoco cabe en un centro los
celos, las envidias y los piques que casi seguro que haya en algunos centros; y
mucho menos otros servicios o actividades que muevan energías cuyas vibraciones
nada tengan que ver con el Rayo de la escuela. El espíritu y la vibración de lo
que se lea, diga o haga en el templo debe estar en sintonía con las enseñanzas
del Rayo a que pertenece la escuela si de verdad se quiere crear armonía, alimentar
el egregor del templo y atraer los correspondientes Ángeles. Un pensamiento
relacionado con el servicio devocional puede ser absorbido por otros que creen
otros asistentes y que nada tengan que ver con lo que se está haciendo. Por eso
los probacionistas, discípulos y veteranos estudiantes deben velar porque se
cumplan las normas y porque no se disuelva la armonía del egregor. En esto
tiene un papel muy importante el oficiante u orador porque sus lecturas deben
servir para aclarar y sembrar en las mentes y para atraer la atención de los
asistentes. Si se consigue esto es como decir que se ha hecho un trabajo
multiplicado por cada asistente. Debería ser un privilegio poder compartir y
colaborar con estos servicios y rituales pero también es una responsabilidad
porque, dependiendo de lo que se haga, así serán los efectos sobre los
asistentes y sobre los agentes invisibles que asisten al templo.
El
egregor es una entidad colectiva que está “despierto” respecto a todo aquello
que le incumbe y que le alimenta, y podríamos decir que está compuesto de tres
clases de materia que son: Etérica, emocional y mental. Su forma tiene cierta
similitud con lo que representa pero se puede embellecer por medio de todo lo
que haya en el templo y que sea creador de belleza, verdad, fraternidad,
elevación, etc., sin embargo, cuando se hace lo contrario y se va dejando todo
lo que le mantenía despierto, este egregor va decayendo. Es triste que esto
llegue a ocurrir porque un egregor es un gran Auxiliar invisible, sea en una escuela
o sea en una iglesia. Las escuelas iniciáticas, logias e iglesias no fueron
creadas solamente para que estudiaran o se reunieran en ellas determinadas
personas con el fin de estudiar u orar, fueron creadas por Maestros o iniciados
con la intención de que sus afiliados obtuvieran cierto desarrollo espiritual y
sabiduría; esta es la diferencia entre un egregor auxiliar y otro de cualquier
centro o escuela fundada para hacer negocio. La Fraternidad Rosacruz está
fundada por un iniciado y protegida por un Hermano Mayor, pero tan importante
como eso es la labor que hace en todo el mundo uniendo a sus miembros en sus
diferentes aspectos invisibles, aspectos en los que intervienen Ángeles, seres
humanos, egrégores, y otras formas de vida. Por eso estos templos y locales
pueden convertirse en un lugar donde se derraman ciertas energías y de donde
surgen otras que favorecen al mundo y la sociedad, sea en lo espiritual o sea
en la salud.
Es
un privilegio estar en esos lugares colaborando de alguna manera en el servicio
o en la ceremonia. Podríamos afirmar que quien en esta vida pertenece a una
escuela, logia o iglesia es porque en otra se ha esforzado por encontrar la
verdad. Y digo que es un privilegio no solamente por estar bajo la influencia
de un ser superior y del egregor, etc., sino por la gran obra que en esos
lugares se hace y que sirve de ayuda a la humanidad. Recordemos que un
pensamiento, palabra o lectura, en la vibración que le corresponde según su
Rayo, se une al plano mental con el que está en sintonía y a los pensamientos
de los presentes y que esto es fortalecido también por el egregor para crear
una especie de templo etérico que envuelve a los asistentes. Si los
participantes ponen de su parte, la forma de pensamiento comunitaria creada
durante un servicio devocional podría alcanzar incluso el plano del amor
unificador (Espíritu de Vida) desde donde podría descender su respuesta hacia
esas personas. Entonces y a partir de ahí, cada miembro debería hacer buen uso
de esas bendiciones en su vida cotidiana. Las palabras y expresiones de un
miembro de una escuela o iglesia pueden hacer una gran obra en la sociedad
cuando encuentran receptores porque, tanto la enseñanza interna como las
cualidades espirituales, suenan muy por encima de los ruidos del mundo. Y
cuando el aspirante cumple sus deberes como miembro y hace sus oraciones y
trabajos que le corresponden, incluso su sola presencia y sus pensamientos
causarán buenos efectos entre el prójimo gracias a las diferentes entidades que
le acompañan. Algo similar ocurre con los centros o pequeñas iglesias y
templos, si la labor que se hace es buena y la atmósfera mental y emocional
está basada en la devoción y en los ideales más elevados, entonces los guías y
Maestros de esas escuelas o iglesias pondrán más empeño en el lugar.
Los
ocultistas serios y devotos que hayan pertenecido o pertenezcan a alguno de
estos medios de desarrollo saben perfectamente que se nota mucho más la
influencia superior cuando se hacen bien y más a menudo los servicios, tanto en
un templo como en la propia casa. Si Dios ha creado el universo, si éste es
parte de Él y si Dios es amor y todo lo que se deriva de él, significa que el
amor está presente en todo lugar y espacio y que solo es necesario sintonizarse
con esas virtudes divinas para poder recibir sus bendiciones. Démonos cuenta de
que cuanto más elevado sea el mundo donde lleguen nuestras invocaciones y
plegarias, más pura es la naturaleza divina de ese mundo y más fácil será
obtener respuesta en forma de “gracia de Dios” por medio de sus jerarquías e
intermediarios. Por eso es importante tener un templo, asistir y participar, y
crear entre todos y junto a las entidades invisibles presentes un canal de
energía magnética que ascienda y que sintonice con el mundo del Amor y de la
unificación. Cuando un grupo de personas hace algún servicio devocional o ritual
litúrgico, además de engrandecer el egregor y el templo etérico, abre un canal
a través de los mundos para que pueda descender una respuesta. Lo que existe en
un mundo no puede conectarse sin más ni más con otro superior pero si puede ocurrir
lo contrario, por eso cuando en un templo se abre un canal que conecta varios
mundos se puede recibir ayuda de ellos.
Estamos
de acuerdo en que el efecto de un servicio o ritual de un centro no atrae a las
mismas entidades ni tiene los mismos efectos sobre los asistentes que, por ejemplo,
la Misa, que es un sacramento instaurado por Cristo. Pero en casos de escuelas
iniciáticas como la Fraternidad Rosacruz Max Heindel y de verdaderas logias, sí
se pueden producir hechos como los que estamos comentando porque hay seres de
muy elevado desarrollo al cuidado de todo lo que representa. Otra cosa
diferente es la clase de gente que acuda, los servicios y otras cosas que se
hagan en el templo, y el esfuerzo o sacrificio que se haga para crear ese
templo etérico y ese egregor con la ayuda de los Ángeles y sus ayudantes. En la
Misa hay un sacerdote con su correspondiente poder y, por ejemplo, en una logia o en un centro rosacruz no, pero en todo lo demás es
similar. Hay símbolos, objetos, liturgia, oraciones, música, incienso, canto,
etc. El efecto de los pensamientos, la atmósfera espiritual, el magnetismo y la
posibilidad de abrir un canal para obtener una respuesta es la misma. Solo es
necesaria la buena voluntad y la colaboración del oficiante y de los asistentes
para que un templo pueda convertirse en un centro magnético. Cuando los
asistentes son de algún grado importante y son conscientes de lo que hacen,
crean bellas formas de pensamientos que facilitarán el mecanismo para que una
efusión de energía espiritual descienda de los mundos superiores, es decir, para
que se convierta en un canal. Cuando una persona ora fervorosamente y pide por
los demás, sus pensamientos no vuelven a él como ocurre con los pensamientos
comunes y egoístas, sin embargo, sí vuelve hacia él la respuesta en forma de
energía divina. Por consiguiente, ese mismo hecho en una iglesia o logia sobre
sus fieles y colaboradores, engrandecerá la obra y facilitará la apertura del
canal. Cuando un asistente procura tener buenos pensamientos y emitir
vibraciones emocionales de amor y fraternidad, él mismo se eleva y se convierte
en un centro magnético. Sin embargo, cuando su actitud o expresión es todo lo
contrario, más vale que se marchara del templo porque será un obstáculo para la
obra que se intenta realizar.
Una
de las ventajas de las ceremonias litúrgicas, siempre que sea oficiada por una
persona iniciada o con poder sacramental, es que puede eliminar con mayor
eficacia toda la negatividad del templo para reemplazarla por otras formas
mentales de muy elevada vibración y sutilidad. Es cierto que en una logia o un
centro también se mantiene cierta limpieza psíquica también gracias al egregor,
pero el poder concedido a un sacerdote siempre es superior que el que pueda
tener un oficiante normal salvo que sea un iniciado. Los oficiantes de los
templos de los que en general estamos hablando pueden ser el medio de unión
entre los asistentes y los mundos superiores atrayendo su atención y
colaboración para invocar las fuerzas espirituales necesarias que hagan
descender la gracia como respuesta a las plegarias o invocaciones. Una vez
ocurrido estos hechos es cuando el templo hace de cáliz para que esa energía
espiritual efectúe la limpieza de la atmósfera psíquica. No ocurre así, sin
embargo, con las personas en general, porque no todas las personas se
encuentran en esa predisposición o sintonía con esas fuerzas y energías.
Es
una pena que en algunos centros y escuelas no se invoque a los Ángeles al
principio de los servicios devocionales y espirituales, como ocurre en algunas
logias e iglesias. No es que los Ángeles acudan a una escuela cuando se hace un
oficio como en la Misa pero con que acuda uno para controlar a las vidas
elementales y espíritus inferiores que evolucionan a través de esas vibraciones
es suficiente. En mi opinión, a un
centro como el de la Fraternidad Rosacruz no puede acudir un Arcángel que sí lo
hace a una Misa Mayor, pero un Ángel sí puede hacerlo para dirigir y controlar
las energías que manejan dichos elementales y espíritus inferiores. No
olvidemos que los Ángeles están en nuestro propio mundo y evolucionan también
gracias a lo que pensamos, hacemos y creamos. Por otro lado, también hay que decir
que hay elementales y espíritus de la naturaleza pertenecientes a los tres
mundos donde evolucionamos, por tanto, están preparados para hacer trabajos
relacionados con los cuatro elementos, es decir, con materia etérica,
emocional, y mental. Claro que otra cosa sería si el oficiante y algunos
colaboradores fueran clarividentes, porque no olvidemos que estos colaboradores
invisibles obedecen a las plegarias, invocaciones o palabras de mando que se
puedan hacer en un ritual. De ahí también la importancia de que los oficiantes
de los templos en general sepan el significado y el valor del trabajo que están
haciendo y si, a su vez, se le explicara a los asistentes noveles mucho mejor.
Un
templo (sea centro de escuela, logia o iglesia) es perfectamente un refugio
espiritual, sobre todo las iglesias cristianas, pero no todas tienen el mismo
nivel o grado vibracional dependiendo de la colaboración espiritual y de la
negatividad que aporten sus fieles. Una atmósfera psíquica-espiritual como la
que se produce en estos servicios puede verse casi anulada cuando hay muchos
asistentes asiduos que dejan allí sus pensamientos de miedo, preocupaciones,
ansiedad, etc., y cuando dejan las vibraciones de sus emociones de lujuria,
pasión envidia, odio… Si se desea hacer una limpieza, aumentar el poder del
egregor y crear un canal invocativo, se debe tener muy en cuenta lo dicho en
estas líneas, pero sobre todo el hecho de que el oficiante y los asistentes
pongan todo lo mejor de sí mismos para que pueda descender la gracia del Espíritu
sobre el templo. Los mundos superiores se llaman así porque cuanto más elevados
están más oposición encuentran sus energías para descender hacia el mundo
físico, el más notable y más cercano es el amoroso y unificador Mundo del
Espíritu de Vida, pero si el hombre no es capaz, ni siquiera, de crear un canal
que se comunique con esos planos, nada puede esperar por muy llenos de
espiritualidad que estén. En todos los mundos hay espiritualidad pero si, por
ejemplo, no sabemos crear o emitir sentimientos elevados, no podremos contactar
con las regiones más elevadas del mundo
emocional para así aumentar el grado vibracional de nuestro cuerpo de deseos.
Por eso los fieles y asistentes deberían interesarse por estos asuntos y conocimiento
para hacer de auxiliares en los oficios, servicios y rituales.
Hay
otros aspectos y símbolos en los servicios que se hacen en los templos que,
aunque algunos no lo crean, tienen gran importancia tanto para los asistentes
como para mantener el egregor que allí se encuentre. Ya he dicho que incluso la
decoración y todo aquello que embellezca un templo es útil para la armonía y la
espiritualidad que se debe desarrollar. Algo similar ocurre con los objetos, si
los objetos simbolizan a las fuerzas o a los planos y sus huestes que se
quieren contactar e invocar, se facilitará la creación del canal de conexión
con los mundos superiores y la apertura de la conciencia de los que lo desean y
ponen de su parte. Algo parecido ocurre con la música, el canto y los olores.
Cualquier ocultista sabe que el sonido crea formas geométricas y que sus
vibraciones se relacionan con determinado color, de ahí la importantica que se
debería dar a la música y letra que se ejecute en los templos así como a los
colores que haya. Todo símbolo sagrado representa una línea de fuerza en los
planos superiores y esa línea de fuerza,
junto a otras que pueda haber, pueden ser puestas en actividad por medio
del pensamiento y la palabra. La música clásica es enaltecedora pero las
composiciones clásicas llamadas “sacra” lo son mucho más y son capaces de
conmover a todo aquel que la comprende y la vive. La música vivifica la materia
etérica, mejor dicho, atrae y estimula a unas vidas que beneficiarán con sus
elevadas vibraciones a todo lo que se encuentre en ese lugar. Los himnos son
comunes en estos variados templos que estamos tratando, y la verdad es que son
efectivos porque ponen en armonía vibracional a los cuerpos superiores de los
que lo interpretan consciente y devocionalmente.
El
incienso es otro factor importante en las ceremonias y liturgias y, como he
dicho respecto a las invocaciones, es una pena que en algunos servicios u
oficios no se utilice porque un buen incienso como el de la iglesia católica o
el sándalo (según el clarividente teósofo Charles Leadbeater) purifica y
acrecientan la devoción a todo aquel que le percibe. El incienso, como casi
todo en el mundo, puede ser benefactor o puede ser perjudicial según su
naturaleza, en mi opinión, no todo el incienso es malo dentro de los variados y
más conocidos que hay, al menos a mí me han dado muy buen resultado el de la
iglesia católica (sobre todo si está bendecido) y el de sándalo; es más,
incluso utilizándolo fuera de mis mediaciones y acompañado de música sacra he
podido comprobar que cambia la atmósfera cuando me he trasladado a otra
vivienda. Cuando el incienso está
bendecido, sus partículas aportan un sentimiento de paz y de pureza respecto al
cuerpo emocional y al mental de la persona que lo inhala. Como toda forma, el
incienso tiene cierto grado de vibración en su composición química y, como
incienso, una longitud de onda que puede variar dependiendo de su composición, por tanto, es la
composición y su correspondiente
longitud de onda lo que hace que un incienso afecte positiva o negativamente a
nuestros cuerpos superiores. Por tanto y guiándome más por el clarividente
Leadbeater, (además de por mi experiencia) utilizo el de la iglesia católica
que lleva benjuí y olíbano ya que, como he dicho, uno purifica y el otro
estimula y aumenta la devoción y otras emociones que ayudan al desarrollo de la
espiritualidad.
Entiendo
que alguien opine que casi todos los inciensos que venden sean malos porque los
hacen interesadamente desde el punto de vista material y porque llevan esas
mismas vibraciones, sin embargo no lo comparto. Un sentimiento o deseo de ayuda
a otra persona en un momento de espiritualidad no puede verse anulado por el
hecho de que esa persona no lo suela desear a menudo. Ni un pensamiento
fraternal hacia otra persona puede verse impedido para cumplir su misión porque
esa persona siempre esté pensando en sí mismo. Un incienso puede ser tratado y envasado pensando que es un medio de ganar dinero para vivir, pero eso no
significa que sea un impedimento para que, si su naturaleza es benefactora,
beneficie la atmósfera y a las personas que haya donde se use. No hay ninguna
clase de materia muerta en la naturaleza, todas las formas tienen vida por muy
dormida que esté para nuestros sentidos y todas emiten una determinada
vibración según el elemento químico que la compone, unas serán benefactoras y
otras serán perjudiciales según para quién o para qué sean. Cuando se mezclan
gomas que estimulan las más elevadas emociones y los más puros deseos obtenemos
un incienso como el de la iglesia católica. Pero si el ignorante “químico” hace
cualquier mezcla sin tener la más mínima consideración al respecto, ya no
tendrá los mismos efectos; aun así, los inciensos suelen ser de una misma
fragancia y eso debería bastar para el entendido. Lo cierto es que el buen
incienso atrae a seres de los mundos invisibles para que ayuden a la labor. El
incienso bendecido, al igual que el agua, también expulsa a todas las entidades
que puedan estorbar para la purificación de la atmósfera y para promocionar la
devoción; sin embargo, el incienso es más eficaz porque es etéreo y penetra por
la nariz. El incienso se ha usado desde hace miles de años, desde oriente a occidente
en los templos de unas religiones o de otras, entonces ¿por qué no lo vamos a
poder usar nosotros?
Recordemos
que, al igual que el pensamiento-forma, que atrae a una vida para que le habite
durante un tiempo y para que cumpla una misión, también el incienso atrae otras
vidas similares que utilizan sus partículas para progreso propio a la vez que
se mezclan con los vehículos superiores del hombre para provocar una reacción.
Estos elementales siempre acuden cuando se quema incienso pero, como ocurre con
la magia blanca y la negra, acudirán los que se vean atraídos por la longitud
de onda, o sea, por la naturaleza positiva o negativa del incienso. Por
consiguiente, ahora solo cabe admitir que hay inciensos buenos, regulares y perjudiciales
para los devotos aspirantes espirituales. Hay otro detalle a tener en cuenta, y
es que, cuando se quema incienso en un templo, sobre todo si se está haciendo
un servicio o ceremonia, acuden los Ángeles encargados de administrar las
energías por medio de sus ayudantes y colaboradores; por el contrario, si el
incienso estimula la negatividad, es de suponer que no acudirán los Ángeles
pero sí los elementales correspondientes. El incienso, como los perfumes, puede
estimular emociones buenas como la devoción u otras contrarias como la pasión o
la lujuria, esto es así a través del cuerpo emocional el cual, a su vez, puede
hacer lo mismo sobre la mente. Y lo mismo que acabo de decir sobre el incienso
ocurre con la música y los colores, hay
Ángeles y elementales que se expresan a través de ellos.
Continuando
con los aspectos y hechos que pueden concurrir en un templo, logia o iglesia, y
respecto a la lectura que en ellos se hacen como ritual o servicio, hay que
decir que estimulan las facultades intelectuales dándoles materia para el
discernimiento, y el desarrollo de la comprensión y la sabiduría como lo hacen
los otros aspectos sobre el cuerpo emocional. Lo que ocurre es que las lecturas
que se suelen hacer están escritas para que cumplan una labor en quien las lee
y en quien las escucha, sobre todo
cuando se es plenamente consciente de su significado. Por otro lado, hay
lecturas que contienen palabras de poder para crear determinado ambiente
espiritual y por eso mismo son repetidas un día tras otro para que ese templo
mantenga a su egregor con un gran poder influyente sobre quien asista. Los
saludos son también comunes en los servicios y liturgias, en los servicios de
la Fraternidad Rosacruz se dice: “Que las Rosas florezcan sobre vuestras
cruces”, a lo que los asistentes responden: “Y en la tuya también”. Esto es
similar al saludo de la iglesia católica y ambos conllevan el deseo de algo
bueno relacionado con la armonía, la paz, el amor o el desarrollo espiritual.
La
Fraternidad Rosacruz tiene, entre sus servicios, uno llamado de “Curación” que
trata de crear pensamientos-formas desinteresados para que puedan ser usados
como energía curativa sobre los enfermos que solicitan esa ayuda. No voy a
entrar en explicar la mecánica de cómo se efectúa la curación, sólo diré que
también aquí se debe crear un canal entre los asistentes y los mundos
espirituales para que se derrame la Gracia de Dios o energía universal que
podrá ser usada para tal fin. Evidentemente, también colaboran los Ángeles y
otros seres para dejar esa energía a disposición de quienes la van a usar. Este
hecho es similar al que hace la iglesia cuando pide por los pobres, enfermos, desahuciados,
etc., con la diferencia de que aquí son los Ángeles y sus huestes quienes la
trabajan y distribuyen incluso como cuando la petición es por algún difunto. En
los templos (en unos más que en otros) se acumula la energía divina para que no
sea desperdiciada, por eso son los Ángeles los que la conceden de forma
adecuada según la necesidad que cada persona tenga. En la Fraternidad Rosacruz son
los propios miembros de determinado grado los que, bajo la dirección de médicos
y de algún Hermano Mayor, la emplean para sanar. Ni para unos ni para otros es
un obstáculo la distancia porque los auxiliares invisibles de la Fraternidad
Rosacruz trabajan mientras sus cuerpos físicos duermen.
Ya he dicho que en
un templo donde se hacen servicios, ceremonias, etc., todo objeto, símbolo,
lectura y demás tienen una gran importancia en la atracción de la energía
divina y en la creación y mantenimiento del egregor del templo. Y por eso mismo
no podía dejar de mencionar el signo de la cruz, un signo muy utilizado en las
iglesias cristianas, logias y escuelas como la Fraternidad Rosacruz. Yo no sé
si en los centros del mundo de esta fraternidad harán el signo de la cruz al comienzo
de los servicios, pero en el que yo asistía en Madrid sí lo hacíamos. Este
signo atrae una serie de espíritus inferiores benefactores que ayudan a
purificar el aura de quien lo hace siempre y cuando haga el signo con el
sentimiento que se debe hacer y que representa. Naturalmente que si una persona
hace este signo varias veces al día aunque sea con la mente, estará atrayendo a
esos seres que estarán complacidos en absorber las vibraciones y utilizarlas
para el bien de la persona. Sin entrar en detalles, el fuego también es
importante e influyente en los templos e iglesias porque cuando son encendidas
con el sentimiento y deseo que se debe hacer ayudan a la “iluminación” de los
presentes. Aunque no hubiera fuego de velas, el hecho de decir con palabras
frases como “Que la luz descienda sobre nosotros” o “Que la luz divina nos
ilumine” causan efecto siempre y cuando haya participación e invocación por
parte de los presentes.
Como en este
artículo quiero hacer hincapié en el tema de los egrégores y éstos tienen una
relación directa con las formas de pensamiento que creamos, voy a detallar un
poco más cómo se crea una forma de pensamiento. Sabemos que en el momento
actual de su evolución destacan en el hombre cuatro cuerpos, y que el más sutil
y elevado (aunque menos desarrollado) es el cuerpo mental. Cuando se crea un
pensamiento se originan una serie de vibraciones que repercuten sobre la
materia del mundo del pensamiento que cada uno llevamos según el grado
evolutivo que cada uno tenga. Entonces, la parte multicolor de materia afectada
se exterioriza tomando alguna forma que siempre tiene que ver con lo que haya
pensado, aunque no exactamente. Así, una forma de pensamiento benevolente puede
tener una forma bella y armónica y una de cólera puede contener líneas rectas y
puntiagudas que bien podrían parecer armas blancas. Todo ocultista sabe que la
música es creadora de formas como se puede observar cuando se pasa el arco de
un violín sobre una superficie donde haya partículas de materia. De acuerdo con
esto, podemos entender también que un pensamiento atraiga la materia mental que
le corresponda según su vibración, una vibración que después también atraerá
materia emocional según sea la naturaleza del pensamiento. Así pues, la
vibración del pensamiento creado es la que atrae la materia que servirá como
vehículo para que un elemental lo habite y cumpla (en el caso de que sea
dirigido hacia alguien o a algo) su cometido. De acuerdo con esto, podemos
concluir con que el poder de una forma de pensamiento radica en la cantidad de
materia mental; la dirección o cometido tiene relación con la voluntad y con el
deseo; y el que un cometido se cumpla o
no dependerá de la materia pero también del empeño, pasión o repetición.
Cada uno de
nosotros tiene materia de diferentes clases de vibraciones perteneciente a
alguna de las cuatro regiones inferiores del mundo del pensamiento, y de
acuerdo con esto así suele ser la naturaleza de nuestros pensamientos, el poco
desarrollado tendrá mucha más materia de las regiones inferiores y el más
evolucionado la tendrá de las superiores. Esto no significa que haya cuatro
grados morales de materia, en cada región existen muchísimas variaciones y
clases de materia de la que se pueden crear otras tantas formas de
pensamientos. Cuando una persona comienza a interesarse por un desarrollo
espiritual y, por tanto, crea pensamientos elevados más a menudo, está
atrayendo materia mental de las regiones superiores del mundo del pensamiento,
la que irá acompañada de las correspondientes emociones y deseos benevolentes.
Si estos, además, van dirigidos hacia alguien, volverán a su creador con el
historial de las experiencias que han tenido, ocurriendo por lo general que se
engrandece y embellece el aura mental de dicha persona. Obviamente, cuando más
se repiten los pensamientos elevados más fácil se hace centrarse en lo positivo
(lo que impide la entrada en el aura de lo negativo) y más fácilmente vibran
los cuerpos mental y de deseos en las regiones superiores de sus
correspondientes mundos. Una repetición de pensamientos positivos como los que
se hacen en un templo o iglesia es lo que crea el egregor y hace que ese
edificio sea vibrante y hermoso para un clarividente.
El poder de una
forma de pensamiento se debilita según pasa el tiempo y según la distancia
Es cierto que a los
asistentes que están despistados o que están pensando en otras cosas no les
afecta igual un pensamiento que le llegue pero, aún así, se pueden ver
estimulados sus cuerpos mentales. Otro hecho importante a tener en cuenta es que
cuando un aspirante espiritual tiene por costumbre crear pensamientos buenos y
hacer una serie de oraciones y ejercicios espirituales a diario, está creando
su propio mundo mental de esa clase de vibración, pero si aplicamos esto a una
persona malvada comprenderemos que lo que está haciendo es crearse una cárcel
donde solo puede tratar con lo negativo. Así es que cada uno llevamos nuestro
mundo mental y emocional según la forma de pensar, pero ese mundo se puede ver
aumentado por los pensamientos formas que haya allá donde nos encontremos.
¿Comprendemos ahora el beneficio de crear buenos pensamientos y de hacer o
asistir a lugares donde se hagan servicios espirituales? Es conveniente tener
siempre presente que cada persona ve el mundo y a los demás a través de la
materia mental que lleve consigo, y cuando esa materia es de las regiones
inferiores del mundo del pensamiento, la persona no puede ver casi la luz.
En este artículo me
estoy refiriendo única y exclusivamente a los agentes invisibles que manejan la
materia mental y emocional en los templos, logias e iglesias. De hecho podría
hablar sobre los egrégores que existen desde hace miles o millones de años en
el planeta y que aún queda algún vestigio de ellos ya que se relaciona con la
historia y la cultura de la humanidad, pero eso ahora no toca. La duración de
un egregor depende de la repetición, así el egregor que se crea en una ermita
por hacer una o dos ceremonias el día de su patrón no tiene nada que ver con la
larga duración del que hay en una catedral donde cientos de feligreses van a
orar todos los días y donde se hacen varias liturgias a diario. Los egrégores
planetarios, de religiones o nacionales, entre otros, tienen una relación muy
directa con los templos, no tienen la misma importancia, porque aunque sean
formas psíquicas individuales, solo se relacionan entre los miembros asistentes
que se suponen que vibran al unísono. Lo que es importante saber es que cuando
un devoto o un aspirante espiritual va por el mundo creando formas psíquicas
elevadas está ayudando a crear un egregor importante en grandeza y, a su vez,
está combatiendo a los egrégores de baja vibración.
El egregor es
etérico y se crea como reacción a la concentración psíquica que las personas
hacen respecto a su atención, repetición
y a su pensamiento. Por ejemplo: Las personas que creen en un infierno porque
su religión así se lo ha enseñado y explicado una y mil veces, crean esa imagen
en los mundos superiores. Y lo mismo podríamos decir de la imagen de una virgen
o de Cristo, esto podría ser un egregor. Sin embargo, el egregor al que me
estoy refiriendo tiene su actividad más centrada en la región etérica del mundo
físico ya que la forma del egregor se hace a modo de reacción de lo que sucede
en los planos superiores. En mi opinión, un egregor puede llegar a tener tal
poder que se podría considerar milagroso. Un objeto o reliquia que haya sido
motivo de devoción y oración durante siglos puede causar grandes efectos
positivos sobre persona que viene desde muy lejos y que se acerque a ella llena
de fe. Una imagen en similares condiciones puede hacer un milagro sobre una
persona que ora ante ella fervientemente para que le conceda un deseo. No es
que la imagen haga milagros sino que su magnetismo (efecto de las oraciones y
de la devoción) ha creado un egregor que puede ser utilizado por Ángeles o
Arcángeles para hacer un bien a la humanidad. El egregor relacionado con la
virgen del rocío aquí en España no está formado solamente con las oraciones de
los que se ponen delante de ella, sino también de sus fieles devotos que
piensan todos los días en ella. Recuerdo haber leído algo que algún ocultista
escribió sobre el carisma y venía a decir algo así como que el carisma es un
egregor que crean los simpatizantes de determinada persona (actor, futbolista,
cantante, etc.) y que aunque esa persona no sea tan bueno profesionalmente, el
egregor que han creado sus simpatizantes (quizás por ser guapo) le da el
carisma. Por eso, aunque la forma de un egregor se represente en la región
etérica, está formado con los pensamientos, con los deseos y con los
sentimientos de la personas.
Si bien, un egregor
de una religión es como el alma que expresa el grado vibratorio o la calidad
espiritual de dicha vibración, el egregor que cada persona puede crear en su
lugar de oración también representa lo mismo respecto a si sus oraciones son
egoístas o altruistas, etc. Los egrégores, como las formas de pensamiento,
tienen una relación directa con los ángeles constructores de la región etérica
del mundo físico, y son ellos y sus ayudantes los que crean estos egrégores de
corta o de larga duración. Nosotros podemos crear un egregor cuando oramos
varios días en un mismo sitio, pero será débil, y si no se reza más en ese
lugar morirá. Pero cuando se hace eso mismo en un templo y se repite durante
años es cuando se puede considerar “permanente”. Un egregor permanente
individual fruto de la obra de un Ángel gracias a la constante oración,
meditación, adoración, etc., puede conceder cierto despertar espiritual a la
persona que asiduamente acude a ese lugar. Sabiendo esto ¿Qué no podrán causar
los egrégores formados en lugares donde se consume alcohol, drogas y tabaco y se hacen otras
cosas inmorales? Aunque parezca mentira esto egrégores tienen un gran poder
porque están construidos por los elementales inferiores que se relacionan con
las más bajas regiones del mundo del deseo. De hecho, el Guardián del Umbral
individual se puede considerar un egregor formado por todas las negatividades
de nuestro pasado, es decir, de los estados de conciencia que hemos tenido a lo
largo de nuestra evolución hasta la vida presente. Es más, una persona no puede
obtener la iniciación para funcionar consciente y voluntariamente en los mundos
invisibles mientras no venza moral y espiritualmente a su guardián del umbral.
El egregor es
creado como respuesta a la acumulación de formas psíquicas para que puedan ser
utilizadas por una conciencia (Ángel o espíritu inferior) la cual utilizará el
egregor como vehículo de evolución. Por tanto, el ser humano debería ser un
creador positivo, en todos los términos, para que los egrégores que se puedan
crear de su aspecto psíquico sirvan de ayuda a
la humanidad. Pero sabiendo que el egregor es una creación mental según
la buena o mala voluntad del hombre y que habiendo más egrégores negativos que
positivos, es obvio que los negativos se resistan a la influencia de los buenos
pensamientos y que absorban con placer los malos. Y es así como cada lector
debe tomar nota para poder ser creador de egrégores positivos a la vez que
combate a los positivos en los lugares que más frecuenta.
De acuerdo con este
conocimiento podemos preguntarnos ¿Podríamos crear egrégores positivos pensando
en el futuro? Si un egregor es el efecto de una agrupación de pensamientos o
formas psíquicas utilizada por una conciencia para proyectar su naturaleza por
medio de vibraciones magnéticas ¿Por qué no vamos a poder crearlos? Lo que
ocurre es que para que tengan efecto deberían ser egrégores a nivel de humanidad,
de religión o de nueva conciencia, lo que, de hecho, ya está ocurriendo. Todo
pensamiento es habitado por una conciencia y todo egregor planetario (en mi opinión)
estará a disposición de los Ángeles, de los Arcángeles o quizás de otros seres;
por tanto, a mayor colaboración por parte de la humanidad, mayores efectos
tendremos sobre nosotros en el futuro. Mucho antes de renacer el ser humano se preparan
en el mundo del pensamiento toda una serie de arquetipos relacionados con sus
cuerpos y con el ambiente terrenal donde después vivirá. Pues bien, nosotros
podemos hacer algo parecido aquí en la Tierra en sentido de crear egrégores
(arquetipos) de lo que deseamos para la futura humanidad y procurar mantenerlos
por medio de la repetición de formas psíquicas que luego serán utilizadas por
las Jerarquías superiores al igual que pueden utilizar una imagen como
transmisora de energías curativas o de fuerzas espirituales. Los egrégores actúan
como núcleos de poder (mental-emocional) desde las regiones inferiores del
mundo del pensamiento, pero cuando hablamos de egrégores creados por aspirantes
espirituales debemos situarlos a partir de la tercera y cuarta región inferior.
Y es desde ahí desde donde pueden influir en las mentes de los humanos que se
pongan en sintonía con ellos, ya que estos egrégores o formas psíquicas están
creadas con la colaboración de entidades pertenecientes a los tres mundos donde
estamos evolucionando.
Francisco
Nieto
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