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LOS AGENTES INVISIBLES EN LOS TEMPLOS Y EN LAS LOGIAS - Francisco Nieto



LOS AGENTES INVISIBLES EN LOS TEMPLOS Y EN LAS LOGIAS

Tanto la sabiduría antigua oriental como la occidental coinciden en que los pensamientos son formas vivientes creadas por el hombre pero habitadas por vidas inferiores a modo de vehículo para experimentar y evolucionar. El ser humano es creador, y lo es básicamente con su pensamiento puesto que sus creaciones físicas están basadas en lo que piensa e imagina. El lector que atenta y concentradamente vive la obra narrativa que su autor ha pensado  e imaginado, reproduce y da vida a los personajes en el mundo del pensamiento. “La energía sigue al pensamiento” suele decirse, y como no hay nada “muerto” en el espacio, nos vemos obligados a pensar que lo que pensamos e imaginamos también toma forma y vida en la atmósfera etérica de nuestro mundo físico gracias a sus habitantes, bien sean Ángeles o bien los espíritus y elementales que trabajan bajo su dirección. Cualquier ocultista sabe, por tanto, que las formas de pensamiento que creamos relacionan  a los mundos del pensamiento y emocional con la región etérica-física. Si el hombre fuera clarividente por naturaleza, no solo sería creador en ese sentido, sino que podría poner “Alma” consciente y voluntariamente a cada pensamiento. No es que un escritor no ponga Alma en su narrativa o que un compositor de música tampoco lo haga (sobre todo de música clásica o armónica), pero no es lo mismo crear con el pensamiento como lo hacemos ahora que crear intencionadamente para obtener un resultado benéfico en el sentido más altruista.

Pero el aspecto creador mental del hombre va más allá. Un niño da vida a un personaje o héroe con su imaginación, y cada vez que juega y se lo imagina fortalece esa forma de pensamiento dando Alma al personaje durante años. Algo parecido ocurre con el fumador, el alcohólico o drogadicto, cada vez que consumen y que piensan en ese producto que les domina están alimentando a esa Alma o vida elementaría que habita la forma de pensamiento, apegándose ésta a su creador hasta el punto de influenciarle y estimularle para que siga consumiendo. Ningún rincón del espacio está vacío y por eso una forma de pensamiento encuentra respuesta en los tres mundos donde estamos evolucionando, por tanto, a un pensamiento pueden acudir diferentes vidas que luego pueden afectar al hombre en su cuerpo emocional y en el mental con tal de inducirle a que siga creando. Ni la materia etérica ni la mental existen en sus correspondientes mundos de forma inerte, en realidad es vida de diferente gradación, la vida elementaría de la cuarta región etérica no tiene el grado de desarrollo espiritual que  la primera que es donde guardamos el recuerdo de nuestra vida para extraer su quintaesencia. Y lo mismo ocurre con el mundo mental, en la primera región o inferior están (por ejemplo) las más groseras formas de pensamiento del hombre, y por eso mismo las vidas que allí existen no tiene el mismo grado evolutivo que las que habitan en la cuarta región superior.

Démonos cuenta que estas regiones, sean del mundo que sean, están habitadas por diferentes jerarquías que evolucionan gracias al trabajo que hacen en ellos y que está relacionado con nuestro sistema solar, con nuestro planeta y con nosotros mismos. Sin embargo y aunque cumplen con unas directrices divinas, ellos respetan nuestro libre albedrío respecto a si creamos buenos o malos pensamientos o si son temporales y duraderos. Así es que, cuando el hombre piensa, imagina o repite actos como, por ejemplo, un servicio espiritual, está creando unas formas psíquicas que después serán habitadas por unos espíritus elementales (formando así un egregor) que tendrán el poder de influenciar a su creador y a las personas que se encuentren en el recinto donde se haga dicho servicio, invocación o cualquier otro similar. De hecho, hay un egregor  representativo del estado de conciencia de la humanidad, es decir, un representante del  inconsciente colectivo, y así mismo lo hay en cada país, en cada religión, en cada lugar donde concurran muchas personas buenas o malas y en nuestro lugar de oración. La intención, la imaginación y los ideales son la base para que nuestras creaciones atraigan a los Ángeles, a los Arcángeles o, por el contrario, a los elementales más bajos que, a base de repetir, formarán el egregor correspondiente fruto de nuestro bien o mal pensar y obrar.

Toda forma creada tiene una razón de ser y expresa algún aspecto interno de su creador. Así, el sistema solar expresa la naturaleza y cualidad subjetiva del Dios que lo ha creado, incluyendo en esa cualidad el propósito, la actividad y el efecto. El hombre, generalmente, crea ignorantemente, y por eso debe hacerse consciente de su capacidad creadora y de su relación con los Ángeles y demás espíritus inferiores para actuar como ellos, con buena voluntad y con la complementación de las palabras y de los actos. Es necesario que aprendamos a tener la mente clara y controlada para así poder crear y dirigir nuestros pensamientos de manera que sean causa de ayuda para la humanidad y no de maldad. Hoy somos más una fuerza destructora mental que lo que deberíamos ser, o sea, unos colaboradores de las jerarquías y de los Ángeles que trabajan con esa materia etérica y mental. A grandes rasgos, el ser humano debería:

1º.- Tener una atención plena sobre la mente y a lo que está crea así como a las emociones y deseos que como efecto surgen en nosotros.
2º.- Practicar el discernimiento para distinguir lo verdadero de lo falso.
3º.- Prestar atención a nuestras palabras y manera de expresarnos porque eso indicaría la manera de pensar.
4º.- Tener siempre presente que él es el pensador y el observador de la mente, de las emociones, de las palabras y de sus acciones, y como tal, tiene pleno control sobre ello.
5º.- Ver a quién y cómo pueden afectar sus creaciones para así cerrar la puerta a toda clase de negatividades.
6º.- Controlar la mente para que no esté ociosa ni entretenida en crear negatividades, más bien debería silenciarla y utilizarla para estimular los más elevados deseos y sentimientos.

            El ser humano no solo es un dios en formación, es un creador como Dios pero aún en una escala muy inferior comparativamente hablando. Como es arriba es abajo, en esencia somos parte de Dios, evolucionamos en unos mundos que son parte de Dios y, por tanto, en Él vivimos, nos movemos y tenemos nuestro ser. Nuestros cuerpos fueron creados (como germen que se debía desarrollar más tarde) con materia mental arquetípica que se cristalizó en física, de la misma forma, el hombre ha creado mentalmente todo lo que le rodea para luego darle forma física. Sin embargo, todavía no tenemos el poder de dar vida, por eso, nuestras creaciones mentales e imaginativas las dan vida los elementales que son dirigidos por los Ángeles. Y por eso, los ambientes dominados por los egrégores tienen vida propia y afectan a quienes están allí sin que ellos puedan ser conscientes de ello. Tenemos la misma necesidad de crear para evolucionar que Dios pero nosotros  solo podemos crear conscientemente forma físicas, sin vida (hijos) y otras que no vemos y que no somos conscientes del mal o del bien que pueden hacer, estas son los pensamientos y las emociones. Nuestros temores, fobias, vicios, pasiones, etc.,  son hijos nuestros también pero como nuestros sentidos no han alcanzado el desarrollo suficiente para verlos (el aura y el cuerpo astral) no los podemos educar por no decir erradicar. Pero sabemos que existen, que nos dominan y que hacen daño al prójimo cuando los utilizamos contra ellos. Por tanto, ¿Cuánto mal no podrá hacer un egregor existente desde hace miles de años?

            Los Ángeles forman la jerarquía que está inmediatamente por encima de nosotros evolutivamente hablando, ellos son tan necesarios para nosotros como nosotros para ellos respecto a su propia evolución. Bajo su dirección están los espíritus de la naturaleza y otras vidas elementales que responden a nuestra forma de vida y a nuestras creaciones emocionales y mentales. Pero también ellos pueden cumplir con su trabajo o extraer más beneficio evolutivo dependiendo de lo que el  hombre cree pues, no es lo mismos trabajar en un hogar donde escuchan música clásica, donde hay armonía y demostraciones de amor o ideales elevados, que hacerlo en una familia que hacen y expresan lo contrario. Un Ángeles y sus colaboradores se sentirán mucho más cómodamente y crearán un egregor mucho más bello y eficiente cuando en una casa se hacen oraciones o invocaciones, se escucha música sacra y hay símbolos religiosos, flores, buen incienso, etc.

            El objetivo principal de los Ángeles es la elevación de la raza humana y para ello colaboran estrecha e invisiblemente con nosotros y con nuestras creaciones. De hecho, aunque no lo creamos, cuando se les invoca para un buen fin (no egoísta ni materialista) muchas veces acuden y satisfacen nuestras peticiones. Cuando se pide por los demás, como en el caso de las ceremonias o liturgias, o cuando se les invoca para que colaboren en ese momento con determinado servicio o ritual, ellos acuden y hacen un trabajo benefactor para el invocante y para los presentes. Pero cuando en un servicio como el “Servicio Devocional del Templo” de la Fraternidad Rosacruz Max Heindel se repite todos los días aun sin invocación, ellos colaboran en la construcción del egregor fruto de la vibración de ese servicio. Los Ángeles no nos piden nada para ellos pero cuanto más manifestamos el amor divino y el respeto hacia ellos, más empeño pondrán en que fructifiquen nuestras creaciones mentales. Podríamos decir que si actuáramos de forma más consciente y voluntaria sabiendo que ellos trabajan con nuestros pensamientos y sus efectos, nos haríamos colaboradores suyos y emitiríamos otras clases de pensamientos y, como efecto, de emociones y deseos. El hombre poco desarrollado va sembrando la atmósfera mental de verdaderas entidades psíquicas dañinas y malvadas; el aspirante espiritual  procura no crear nada de eso y sí hacer oraciones, invocaciones, lecturas espirituales, etc. etc., con tal de crear armonía y egrégores que alimenten la espiritualidad en el mundo; el iniciado y las jerarquías crean intencionada y conscientemente formas de pensamiento amorosas y constructivas para ayudar al desarrollo de la humanidad.

            Como he dicho antes, hay un gran espíritu, egregor o entidad psíquica planetaria que se alimenta del fruto de la mente y de la imaginación del ser humano, cuya naturaleza depende de los estados de conciencia de nosotros. En la construcción y manifestación de este ser colaboran las jerarquías regentes de los tres mundos inferiores (etérico-físico, de deseos y mental) y toda una serie de entidades etéricas menores. Este hecho tiene un efecto kármico a nivel planetario y de la humanidad y lo mismo ocurre respecto a los egrégores y formas de pensamiento menores. Un pensamiento negativo o una crítica contra alguien tiene una influencia negativa (como efecto) sobre esa persona, de lo que tendremos que dar cuenta después de la muerte y (dependiendo de la gravedad) como karma en la próxima vida. La repetición de muchos pensamientos  y críticas de una misma naturaleza crearán un egregor que, además de influirnos como sus creadores, también lo harán sobre las personas con las que sintonices y, por tanto, se convertirá en una deuda kármica para la próxima vida. Los elementales y egrégores se alimentan y crecen en poder gracias y según sean las vibraciones, las formas, los sonidos y los colores de las creaciones psíquicas y emocionales que hay en el ambiente social, de ahí la necesidad de ser más conscientes en cada aquí y ahora de lo que pensamos, sentimos y hacemos.

            No se puede llamar egregor al elemental que habita una forma de pensamiento cuya duración de vida suele ser corta. El egregor se alimenta de la repetición de pensamientos, de ceremonias, liturgias, palabras invocativas, etc., pero además, hay otra cosa que le distingue. Lo mismo que un pensamiento-forma pertenece a una persona y vivirá mientras esa persona siga alimentando al elemental que lo habita y que ha sido atraído vibracionalmente, también el egregor suele ser creado por un grupo de personas (a veces por miles o millones) y vivirá mientras le alimenten. Y lo mismo que el elemental o vida evolucionante se siente atraído por la vibración del pensamiento-forma, así el egregor se forma y alimenta dentro de una vibración relacionada con una logia, escuela oculta, religión, etc. Pero aquí hay que hacer una distinción más, y es que éstas están incluidas dentro de alguno de los siete Rayos de la Manifestación. Un egregor se puede formar en cualquier escuela, templo, centro o iglesia, aunque estén creadas por falsos maestros y charlatanes, por tanto tiene que haber alguna distinción con las que sí fueron fundadas por iniciados y que son serias y honestas. Las escuelas de Misterios o iniciáticas como la Fraternidad Rosacruz así como las religiones, siempre han sido creadas bajo la dirección de algún iniciado perteneciente a un Rayo, y las personas que se vean atraídas (en su mayoría) estarán relacionadas con ese Rayo, por eso el egregor que se forme en la escuela o centro físico estará en sintonía con la vibración del mismo. Hoy (en mi opinión) existen pocas escuelas representativas de Rayo en el plano físico y sí muchas derivadas de ellas, pero aun así, su egregor cumple una labor en el lugar donde se reúnen sus miembros. Sin embargo, hay un hecho cierto, y es que cuando una escuela no está fundada en la Verdad y ha sido creada solo por el hombre tendrá sus días contados, mientras que las creadas por un iniciado será mucho más difícil que se disuelva si él así lo cree conveniente.

            Esto mismo ocurre respecto al egregor de un templo religioso o un centro de enseñanza de una escuela seria, si los asistentes dejan de asistir o los que asisten dejan de orar, invocar y hacer los servicios de la religión o escuela, terminará por disolverse poco a poco. Una escuela normal solo imparte conocimiento personal o de otros, pero la escuela iniciática imparte conocimientos que desarrollan los cuatro vehículos del Espíritu y facilitan la investigación de los mundos invisibles. Otra gran diferencia, al menos en mi experiencia, es que en las escuelas normales que abundan y que dan charlas variadas y se reúnen toda clase de gente, uno se encuentra como en cualquier otro sitio, mientras que cuando se asiste a un centro (en mi caso el rosacruz de Max Heindel de Madrid) donde sólo se hacen actividades relacionadas con su Rayo y las que su fundador (iniciado) dejó como normas, entonces y si es un verdadero aspirante, notará en gran medida la influencia del egregor. Un aspirante o probacionista de una escuela iniciática encuentra en ella conocimiento, sabiduría, apoyo por parte de iniciados, discípulos y otros probacionistas (sobre todo mientras duerme su cuerpo físico) pero también encuentra consuelo, aliciente, paz, armonía y otros aspectos personales por parte del egregor y, por qué no, de ciertos Ángeles.

            Todo lo que hay y todo lo que intervenga y todo lo que se diga o haga como ceremonia, servicio, liturgia, etc. en una escuela o centro cuya  fundación haya sido hecha por un iniciado o Maestro (símbolos, elementos físicos, invocaciones, oraciones, etc.) son líneas de fuerza relacionadas con lo invisible, y que traen alguna respuesta benefactora a los participantes por medio de determinados Ángeles. Es más, suele ocurrir que todo eso forma parte de una gran forma de pensamiento (procedente también de la colaboración de los asistentes) o egregor local relacionado con el de la escuela central mantenido, a su vez, por los capacitados para ser conscientes en los mundos invisibles y por los verdaderos aspirantes de todo el mundo. Así es que en las iglesias y templos religiosos así como en ciertas logias y escuelas de ocultismo, existen unas energías (creadas y mantenidas por los servicios, símbolos, liturgia, objetos religiosos, etc.) que afectan a los asistentes a modo de “poder de gracia” de Dios con la que tienen relación los Ángeles, el egregor y los elementales y espíritus inferiores que allí acuden. Esto es algo parecido a la gracia divina que un devoto o aspirante espiritual sincero puede recibir en el lugar donde habitualmente hace sus oraciones, plegarias e invocaciones.

            No olvidemos que todo objeto está formado por la misma composición física (aunque con diferentes combinaciones de átomos) por tanto, todas las formas físicas se relacionan. La diferencia está en el desarrollo de la vida que lo puede animar o en la clase de vibraciones que la pueden afectar, así, un objeto inanimado se puede convertir en un gran amuleto o una imagen religiosa que sea muy adorada y rezada puede hacer un “milagro” a través de su magnetismo de varios siglos, de acuerdo a la fe de la persona devota que la invoque. Así mismo ocurre respecto al egregor de un templo, escuela o simplemente centro donde se hacen rituales y oraciones. El egregor influye a los asistentes con su magnetismo y, aunque estos no se esfuercen en colaborar en los servicios, cuando salgan se sentirán mucho mejor que cuando entraron. Recuerdo que cuando yo iba al centro rosacruz de Madrid los domingos decía a mi esposa: “voy a recargar la batería”, refiriéndome al desgaste devocional y espiritual que había tenido durante la semana. Cuando uno es ignorante de estas cosas y comienza a asistir a estos lugares no suele colaborar en los servicios, más bien se cumple con lo debido pero sin esforzarse en crear buenos pensamientos-formas o en no pensar en hechos que no debería.

            Esto es así hasta tal punto que tampoco se le da la debida importancia a la música o a los cánticos. Tanto la música como el significado de la letra del himno o cántico tiene un  importante efecto sobre las fuerzas sutiles y espirituales que acuden a un servicio religioso o espiritual. Naturalmente que cuanto más consciente, voluntaria y devocionalmente se haga el oficio o servicio mayor efecto tendrá sobre los asistentes. En algunas iglesias o templos pueden ser tantas las cosas que se trabajan, espiritual e invocativamente hablando, que es necesaria la participación de Ángeles, Arcángeles, humanos y otros espíritus para manejar la fuerza que, a su vez, fortalece el poder del egregor y se irradia a los alrededores. Evidentemente, quien no participa porque no encuentra aliciente o porque asiste de mala gana porque para él es una monotonía, poca respuesta puede obtener de los agentes invisibles participantes y del egregor mismo, puesto que su misma aura impedirá la influencia positiva de las energías concentradas en el lugar.

            Tenemos la sabia costumbre de hacer revisiones y restaurar las cosas antes de que se nos rompan pero no hacemos lo mismo respecto al egregor y a los templos eterico-espirituales que creamos en las iglesias, templos y escuelas físicas. En algunos centros se mantiene el egregor durante muchos años aunque vayan pocas personas si éstas cumplen su deber, pero en otros donde van muchos asistentes pueden dejar morir el egregor o no atraer a las fuerzas espirituales porque no se hacen los deberes correctamente o porque se hacen o se hablan cosas contrarias al espíritu o vibración de la escuela, del egregor o, lo que es lo mismo, del Rayo. En este caso, los centros de la Fraternidad Rosacruz Max Heindel tienen una labor importante que cumplir, es el llamado “Servicio de Curación. Es un deber de cada asistente ir al templo o centro lo más limpio posible de malos pensamientos, deseos y sentimientos porque, cuando no nos auto-observamos a menudo, solemos dejarnos llevar por muchas malas costumbres y debilidades. Para mantener puro el centro y alimentar el egregor, además de lo dicho hasta ahora, deberíamos tener mucho cuidado con lo que decimos, hacemos y pensamos porque eso afecta a la atmósfera etérica-mental que hay y con la cual se trabaja en los rituales y servicios. Lo ideal sería que hubiera una habitación aparte para la administración y demás deberes materiales y dejar el templo única y exclusivamente para los rituales y los servicios devocionales; lo profano no debe mezclarse con lo espiritual y devocional.

            Bastante es ya que durante los servicios, a veces, se esté pensando en cosas o hechos que contienen vibraciones egoístas y similares; tampoco cabe en un centro los celos, las envidias y los piques que casi seguro que haya en algunos centros; y mucho menos otros servicios o actividades que muevan energías cuyas vibraciones nada tengan que ver con el Rayo de la escuela. El espíritu y la vibración de lo que se lea, diga o haga en el templo debe estar en sintonía con las enseñanzas del Rayo a que pertenece la escuela si de verdad se quiere crear armonía, alimentar el egregor del templo y atraer los correspondientes Ángeles. Un pensamiento relacionado con el servicio devocional puede ser absorbido por otros que creen otros asistentes y que nada tengan que ver con lo que se está haciendo. Por eso los probacionistas, discípulos y veteranos estudiantes deben velar porque se cumplan las normas y porque no se disuelva la armonía del egregor. En esto tiene un papel muy importante el oficiante u orador porque sus lecturas deben servir para aclarar y sembrar en las mentes y para atraer la atención de los asistentes. Si se consigue esto es como decir que se ha hecho un trabajo multiplicado por cada asistente. Debería ser un privilegio poder compartir y colaborar con estos servicios y rituales pero también es una responsabilidad porque, dependiendo de lo que se haga, así serán los efectos sobre los asistentes y sobre los agentes invisibles que asisten al templo.

            El egregor es una entidad colectiva que está “despierto” respecto a todo aquello que le incumbe y que le alimenta, y podríamos decir que está compuesto de tres clases de materia que son: Etérica, emocional y mental. Su forma tiene cierta similitud con lo que representa pero se puede embellecer por medio de todo lo que haya en el templo y que sea creador de belleza, verdad, fraternidad, elevación, etc., sin embargo, cuando se hace lo contrario y se va dejando todo lo que le mantenía despierto, este egregor va decayendo. Es triste que esto llegue a ocurrir porque un egregor es un gran Auxiliar invisible, sea en una escuela o sea en una iglesia. Las escuelas iniciáticas, logias e iglesias no fueron creadas solamente para que estudiaran o se reunieran en ellas determinadas personas con el fin de estudiar u orar, fueron creadas por Maestros o iniciados con la intención de que sus afiliados obtuvieran cierto desarrollo espiritual y sabiduría; esta es la diferencia entre un egregor auxiliar y otro de cualquier centro o escuela fundada para hacer negocio. La Fraternidad Rosacruz está fundada por un iniciado y protegida por un Hermano Mayor, pero tan importante como eso es la labor que hace en todo el mundo uniendo a sus miembros en sus diferentes aspectos invisibles, aspectos en los que intervienen Ángeles, seres humanos, egrégores, y otras formas de vida. Por eso estos templos y locales pueden convertirse en un lugar donde se derraman ciertas energías y de donde surgen otras que favorecen al mundo y la sociedad, sea en lo espiritual o sea en la salud.

            Es un privilegio estar en esos lugares colaborando de alguna manera en el servicio o en la ceremonia. Podríamos afirmar que quien en esta vida pertenece a una escuela, logia o iglesia es porque en otra se ha esforzado por encontrar la verdad. Y digo que es un privilegio no solamente por estar bajo la influencia de un ser superior y del egregor, etc., sino por la gran obra que en esos lugares se hace y que sirve de ayuda a la humanidad. Recordemos que un pensamiento, palabra o lectura, en la vibración que le corresponde según su Rayo, se une al plano mental con el que está en sintonía y a los pensamientos de los presentes y que esto es fortalecido también por el egregor para crear una especie de templo etérico que envuelve a los asistentes. Si los participantes ponen de su parte, la forma de pensamiento comunitaria creada durante un servicio devocional podría alcanzar incluso el plano del amor unificador (Espíritu de Vida) desde donde podría descender su respuesta hacia esas personas. Entonces y a partir de ahí, cada miembro debería hacer buen uso de esas bendiciones en su vida cotidiana. Las palabras y expresiones de un miembro de una escuela o iglesia pueden hacer una gran obra en la sociedad cuando encuentran receptores porque, tanto la enseñanza interna como las cualidades espirituales, suenan muy por encima de los ruidos del mundo. Y cuando el aspirante cumple sus deberes como miembro y hace sus oraciones y trabajos que le corresponden, incluso su sola presencia y sus pensamientos causarán buenos efectos entre el prójimo gracias a las diferentes entidades que le acompañan. Algo similar ocurre con los centros o pequeñas iglesias y templos, si la labor que se hace es buena y la atmósfera mental y emocional está basada en la devoción y en los ideales más elevados, entonces los guías y Maestros de esas escuelas o iglesias pondrán más empeño en el lugar.

            Los ocultistas serios y devotos que hayan pertenecido o pertenezcan a alguno de estos medios de desarrollo saben perfectamente que se nota mucho más la influencia superior cuando se hacen bien y más a menudo los servicios, tanto en un templo como en la propia casa. Si Dios ha creado el universo, si éste es parte de Él y si Dios es amor y todo lo que se deriva de él, significa que el amor está presente en todo lugar y espacio y que solo es necesario sintonizarse con esas virtudes divinas para poder recibir sus bendiciones. Démonos cuenta de que cuanto más elevado sea el mundo donde lleguen nuestras invocaciones y plegarias, más pura es la naturaleza divina de ese mundo y más fácil será obtener respuesta en forma de “gracia de Dios” por medio de sus jerarquías e intermediarios. Por eso es importante tener un templo, asistir y participar, y crear entre todos y junto a las entidades invisibles presentes un canal de energía magnética que ascienda y que sintonice con el mundo del Amor y de la unificación. Cuando un grupo de personas hace algún servicio devocional o ritual litúrgico, además de engrandecer el egregor y el templo etérico, abre un canal a través de los mundos para que pueda descender una respuesta. Lo que existe en un mundo no puede conectarse sin más ni más con otro superior pero si puede ocurrir lo contrario, por eso cuando en un templo se abre un canal que conecta varios mundos se puede recibir ayuda de ellos.

            Estamos de acuerdo en que el efecto de un servicio o ritual de un centro no atrae a las mismas entidades ni tiene los mismos efectos sobre los asistentes que, por ejemplo, la Misa, que es un sacramento instaurado por Cristo. Pero en casos de escuelas iniciáticas como la Fraternidad Rosacruz Max Heindel y de verdaderas logias, sí se pueden producir hechos como los que estamos comentando porque hay seres de muy elevado desarrollo al cuidado de todo lo que representa. Otra cosa diferente es la clase de gente que acuda, los servicios y otras cosas que se hagan en el templo, y el esfuerzo o sacrificio que se haga para crear ese templo etérico y ese egregor con la ayuda de los Ángeles y sus ayudantes. En la Misa hay un sacerdote con su correspondiente poder y, por ejemplo,  en una logia o en un  centro rosacruz no, pero en todo lo demás es similar. Hay símbolos, objetos, liturgia, oraciones, música, incienso, canto, etc. El efecto de los pensamientos, la atmósfera espiritual, el magnetismo y la posibilidad de abrir un canal para obtener una respuesta es la misma. Solo es necesaria la buena voluntad y la colaboración del oficiante y de los asistentes para que un templo pueda convertirse en un centro magnético. Cuando los asistentes son de algún grado importante y son conscientes de lo que hacen, crean bellas formas de pensamientos que facilitarán el mecanismo para que una efusión de energía espiritual descienda de los mundos superiores, es decir, para que se convierta en un canal. Cuando una persona ora fervorosamente y pide por los demás, sus pensamientos no vuelven a él como ocurre con los pensamientos comunes y egoístas, sin embargo, sí vuelve hacia él la respuesta en forma de energía divina. Por consiguiente, ese mismo hecho en una iglesia o logia sobre sus fieles y colaboradores, engrandecerá la obra y facilitará la apertura del canal. Cuando un asistente procura tener buenos pensamientos y emitir vibraciones emocionales de amor y fraternidad, él mismo se eleva y se convierte en un centro magnético. Sin embargo, cuando su actitud o expresión es todo lo contrario, más vale que se marchara del templo porque será un obstáculo para la obra que se intenta realizar.

            Una de las ventajas de las ceremonias litúrgicas, siempre que sea oficiada por una persona iniciada o con poder sacramental, es que puede eliminar con mayor eficacia toda la negatividad del templo para reemplazarla por otras formas mentales de muy elevada vibración y sutilidad. Es cierto que en una logia o un centro también se mantiene cierta limpieza psíquica también gracias al egregor, pero el poder concedido a un sacerdote siempre es superior que el que pueda tener un oficiante normal salvo que sea un iniciado. Los oficiantes de los templos de los que en general estamos hablando pueden ser el medio de unión entre los asistentes y los mundos superiores atrayendo su atención y colaboración para invocar las fuerzas espirituales necesarias que hagan descender la gracia como respuesta a las plegarias o invocaciones. Una vez ocurrido estos hechos es cuando el templo hace de cáliz para que esa energía espiritual efectúe la limpieza de la atmósfera psíquica. No ocurre así, sin embargo, con las personas en general, porque no todas las personas se encuentran en esa predisposición o sintonía con esas fuerzas y energías.

            Es una pena que en algunos centros y escuelas no se invoque a los Ángeles al principio de los servicios devocionales y espirituales, como ocurre en algunas logias e iglesias. No es que los Ángeles acudan a una escuela cuando se hace un oficio como en la Misa pero con que acuda uno para controlar a las vidas elementales y espíritus inferiores que evolucionan a través de esas vibraciones es suficiente.  En mi opinión, a un centro como el de la Fraternidad Rosacruz no puede acudir un Arcángel que sí lo hace a una Misa Mayor, pero un Ángel sí puede hacerlo para dirigir y controlar las energías que manejan dichos elementales y espíritus inferiores. No olvidemos que los Ángeles están en nuestro propio mundo y evolucionan también gracias a lo que pensamos, hacemos y creamos. Por otro lado, también hay que decir que hay elementales y espíritus de la naturaleza pertenecientes a los tres mundos donde evolucionamos, por tanto, están preparados para hacer trabajos relacionados con los cuatro elementos, es decir, con materia etérica, emocional, y mental. Claro que otra cosa sería si el oficiante y algunos colaboradores fueran clarividentes, porque no olvidemos que estos colaboradores invisibles obedecen a las plegarias, invocaciones o palabras de mando que se puedan hacer en un ritual. De ahí también la importancia de que los oficiantes de los templos en general sepan el significado y el valor del trabajo que están haciendo y si, a su vez, se le explicara a los asistentes noveles mucho mejor.

            Un templo (sea centro de escuela, logia o iglesia) es perfectamente un refugio espiritual, sobre todo las iglesias cristianas, pero no todas tienen el mismo nivel o grado vibracional dependiendo de la colaboración espiritual y de la negatividad que aporten sus fieles. Una atmósfera psíquica-espiritual como la que se produce en estos servicios puede verse casi anulada cuando hay muchos asistentes asiduos que dejan allí sus pensamientos de miedo, preocupaciones, ansiedad, etc., y cuando dejan las vibraciones de sus emociones de lujuria, pasión envidia, odio… Si se desea hacer una limpieza, aumentar el poder del egregor y crear un canal invocativo, se debe tener muy en cuenta lo dicho en estas líneas, pero sobre todo el hecho de que el oficiante y los asistentes pongan todo lo mejor de sí mismos para que pueda descender la gracia del Espíritu sobre el templo. Los mundos superiores se llaman así porque cuanto más elevados están más oposición encuentran sus energías para descender hacia el mundo físico, el más notable y más cercano es el amoroso y unificador Mundo del Espíritu de Vida, pero si el hombre no es capaz, ni siquiera, de crear un canal que se comunique con esos planos, nada puede esperar por muy llenos de espiritualidad que estén. En todos los mundos hay espiritualidad pero si, por ejemplo, no sabemos crear o emitir sentimientos elevados, no podremos contactar con las regiones más  elevadas del mundo emocional para así aumentar el grado vibracional de nuestro cuerpo de deseos. Por eso los fieles y asistentes deberían  interesarse por estos asuntos y conocimiento para hacer de auxiliares en los oficios, servicios y rituales.

            Hay otros aspectos y símbolos en los servicios que se hacen en los templos que, aunque algunos no lo crean, tienen gran importancia tanto para los asistentes como para mantener el egregor que allí se encuentre. Ya he dicho que incluso la decoración y todo aquello que embellezca un templo es útil para la armonía y la espiritualidad que se debe desarrollar. Algo similar ocurre con los objetos, si los objetos simbolizan a las fuerzas o a los planos y sus huestes que se quieren contactar e invocar, se facilitará la creación del canal de conexión con los mundos superiores y la apertura de la conciencia de los que lo desean y ponen de su parte. Algo parecido ocurre con la música, el canto y los olores. Cualquier ocultista sabe que el sonido crea formas geométricas y que sus vibraciones se relacionan con determinado color, de ahí la importantica que se debería dar a la música y letra que se ejecute en los templos así como a los colores que haya. Todo símbolo sagrado representa una línea de fuerza en los planos superiores y esa línea de fuerza,  junto a otras que pueda haber, pueden ser puestas en actividad por medio del pensamiento y la palabra. La música clásica es enaltecedora pero las composiciones clásicas llamadas “sacra” lo son mucho más y son capaces de conmover a todo aquel que la comprende y la vive. La música vivifica la materia etérica, mejor dicho, atrae y estimula a unas vidas que beneficiarán con sus elevadas vibraciones a todo lo que se encuentre en ese lugar. Los himnos son comunes en estos variados templos que estamos tratando, y la verdad es que son efectivos porque ponen en armonía vibracional a los cuerpos superiores de los que lo interpretan consciente y devocionalmente.

            El incienso es otro factor importante en las ceremonias y liturgias y, como he dicho respecto a las invocaciones, es una pena que en algunos servicios u oficios no se utilice porque un buen incienso como el de la iglesia católica o el sándalo (según el clarividente teósofo Charles Leadbeater) purifica y acrecientan la devoción a todo aquel que le percibe. El incienso, como casi todo en el mundo, puede ser benefactor o puede ser perjudicial según su naturaleza, en mi opinión, no todo el incienso es malo dentro de los variados y más conocidos que hay, al menos a mí me han dado muy buen resultado el de la iglesia católica (sobre todo si está bendecido) y el de sándalo; es más, incluso utilizándolo fuera de mis mediaciones y acompañado de música sacra he podido comprobar que cambia la atmósfera cuando me he trasladado a otra vivienda. Cuando el incienso  está bendecido, sus partículas aportan un sentimiento de paz y de pureza respecto al cuerpo emocional y al mental de la persona que lo inhala. Como toda forma, el incienso tiene cierto grado de vibración en su composición química y, como incienso, una longitud de onda que puede variar dependiendo de su  composición, por tanto, es la composición  y su correspondiente longitud de onda lo que hace que un incienso afecte positiva o negativamente a nuestros cuerpos superiores. Por tanto y guiándome más por el clarividente Leadbeater, (además de por mi experiencia) utilizo el de la iglesia católica que lleva benjuí y olíbano ya que, como he dicho, uno purifica y el otro estimula y aumenta la devoción y otras emociones que ayudan al desarrollo de la espiritualidad.

            Entiendo que alguien opine que casi todos los inciensos que venden sean malos porque los hacen interesadamente desde el punto de vista material y porque llevan esas mismas vibraciones, sin embargo no lo comparto. Un sentimiento o deseo de ayuda a otra persona en un momento de espiritualidad no puede verse anulado por el hecho de que esa persona no lo suela desear a menudo. Ni un pensamiento fraternal hacia otra persona puede verse impedido para cumplir su misión porque esa persona siempre esté pensando en sí mismo. Un incienso puede ser tratado y envasado pensando que es un medio de ganar dinero para vivir, pero eso no significa que sea un impedimento para que, si su naturaleza es benefactora, beneficie la atmósfera y a las personas que haya donde se use. No hay ninguna clase de materia muerta en la naturaleza, todas las formas tienen vida por muy dormida que esté para nuestros sentidos y todas emiten una determinada vibración según el elemento químico que la compone, unas serán benefactoras y otras serán perjudiciales según para quién o para qué sean. Cuando se mezclan gomas que estimulan las más elevadas emociones y los más puros deseos obtenemos un incienso como el de la iglesia católica. Pero si el ignorante “químico” hace cualquier mezcla sin tener la más mínima consideración al respecto, ya no tendrá los mismos efectos; aun así, los inciensos suelen ser de una misma fragancia y eso debería bastar para el entendido. Lo cierto es que el buen incienso atrae a seres de los mundos invisibles para que ayuden a la labor. El incienso bendecido, al igual que el agua, también expulsa a todas las entidades que puedan estorbar para la purificación de la atmósfera y para promocionar la devoción; sin embargo, el incienso es más eficaz porque es etéreo y penetra por la nariz. El incienso se ha usado desde hace miles de años, desde oriente a occidente en los templos de unas religiones o de otras, entonces ¿por qué no lo vamos a poder usar nosotros?

            Recordemos que, al igual que el pensamiento-forma, que atrae a una vida para que le habite durante un tiempo y para que cumpla una misión, también el incienso atrae otras vidas similares que utilizan sus partículas para progreso propio a la vez que se mezclan con los vehículos superiores del hombre para provocar una reacción. Estos elementales siempre acuden cuando se quema incienso pero, como ocurre con la magia blanca y la negra, acudirán los que se vean atraídos por la longitud de onda, o sea, por la naturaleza positiva o negativa del incienso. Por consiguiente, ahora solo cabe admitir que hay inciensos buenos, regulares y perjudiciales para los devotos aspirantes espirituales. Hay otro detalle a tener en cuenta, y es que, cuando se quema incienso en un templo, sobre todo si se está haciendo un servicio o ceremonia, acuden los Ángeles encargados de administrar las energías por medio de sus ayudantes y colaboradores; por el contrario, si el incienso estimula la negatividad, es de suponer que no acudirán los Ángeles pero sí los elementales correspondientes. El incienso, como los perfumes, puede estimular emociones buenas como la devoción u otras contrarias como la pasión o la lujuria, esto es así a través del cuerpo emocional el cual, a su vez, puede hacer lo mismo sobre la mente. Y lo mismo que acabo de decir sobre el incienso ocurre con la música y los colores,  hay Ángeles y elementales que se expresan a través de ellos.

            Continuando con los aspectos y hechos que pueden concurrir en un templo, logia o iglesia, y respecto a la lectura que en ellos se hacen como ritual o servicio, hay que decir que estimulan las facultades intelectuales dándoles materia para el discernimiento, y el desarrollo de la comprensión y la sabiduría como lo hacen los otros aspectos sobre el cuerpo emocional. Lo que ocurre es que las lecturas que se suelen hacer están escritas para que cumplan una labor en quien las lee y  en quien las escucha, sobre todo cuando se es plenamente consciente de su significado. Por otro lado, hay lecturas que contienen palabras de poder para crear determinado ambiente espiritual y por eso mismo son repetidas un día tras otro para que ese templo mantenga a su egregor con un gran poder influyente sobre quien asista. Los saludos son también comunes en los servicios y liturgias, en los servicios de la Fraternidad Rosacruz se dice: “Que las Rosas florezcan sobre vuestras cruces”, a lo que los asistentes responden: “Y en la tuya también”. Esto es similar al saludo de la iglesia católica y ambos conllevan el deseo de algo bueno relacionado con la armonía, la paz, el amor o el desarrollo espiritual.

            La Fraternidad Rosacruz tiene, entre sus servicios, uno llamado de “Curación” que trata de crear pensamientos-formas desinteresados para que puedan ser usados como energía curativa sobre los enfermos que solicitan esa ayuda. No voy a entrar en explicar la mecánica de cómo se efectúa la curación, sólo diré que también aquí se debe crear un canal entre los asistentes y los mundos espirituales para que se derrame la Gracia de Dios o energía universal que podrá ser usada para tal fin. Evidentemente, también colaboran los Ángeles y otros seres para dejar esa energía a disposición de quienes la van a usar. Este hecho es similar al que hace la iglesia cuando pide por los pobres, enfermos, desahuciados, etc., con la diferencia de que aquí son los Ángeles y sus huestes quienes la trabajan y distribuyen incluso como cuando la petición es por algún difunto. En los templos (en unos más que en otros) se acumula la energía divina para que no sea desperdiciada, por eso son los Ángeles los que la conceden de forma adecuada según la necesidad que cada persona tenga. En la Fraternidad Rosacruz son los propios miembros de determinado grado los que, bajo la dirección de médicos y de algún Hermano Mayor, la emplean para sanar. Ni para unos ni para otros es un obstáculo la distancia porque los auxiliares invisibles de la Fraternidad Rosacruz trabajan mientras sus cuerpos físicos duermen.

Ya he dicho que en un templo donde se hacen servicios, ceremonias, etc., todo objeto, símbolo, lectura y demás tienen una gran importancia en la atracción de la energía divina y en la creación y mantenimiento del egregor del templo. Y por eso mismo no podía dejar de mencionar el signo de la cruz, un signo muy utilizado en las iglesias cristianas, logias y escuelas como la Fraternidad Rosacruz. Yo no sé si en los centros del mundo de esta fraternidad harán el signo de la cruz al comienzo de los servicios, pero en el que yo asistía en Madrid sí lo hacíamos. Este signo atrae una serie de espíritus inferiores benefactores que ayudan a purificar el aura de quien lo hace siempre y cuando haga el signo con el sentimiento que se debe hacer y que representa. Naturalmente que si una persona hace este signo varias veces al día aunque sea con la mente, estará atrayendo a esos seres que estarán complacidos en absorber las vibraciones y utilizarlas para el bien de la persona. Sin entrar en detalles, el fuego también es importante e influyente en los templos e iglesias porque cuando son encendidas con el sentimiento y deseo que se debe hacer ayudan a la “iluminación” de los presentes. Aunque no hubiera fuego de velas, el hecho de decir con palabras frases como “Que la luz descienda sobre nosotros” o “Que la luz divina nos ilumine” causan efecto siempre y cuando haya participación e invocación por parte de los presentes.

Como en este artículo quiero hacer hincapié en el tema de los egrégores y éstos tienen una relación directa con las formas de pensamiento que creamos, voy a detallar un poco más cómo se crea una forma de pensamiento. Sabemos que en el momento actual de su evolución destacan en el hombre cuatro cuerpos, y que el más sutil y elevado (aunque menos desarrollado) es el cuerpo mental. Cuando se crea un pensamiento se originan una serie de vibraciones que repercuten sobre la materia del mundo del pensamiento que cada uno llevamos según el grado evolutivo que cada uno tenga. Entonces, la parte multicolor de materia afectada se exterioriza tomando alguna forma que siempre tiene que ver con lo que haya pensado, aunque no exactamente. Así, una forma de pensamiento benevolente puede tener una forma bella y armónica y una de cólera puede contener líneas rectas y puntiagudas que bien podrían parecer armas blancas. Todo ocultista sabe que la música es creadora de formas como se puede observar cuando se pasa el arco de un violín sobre una superficie donde haya partículas de materia. De acuerdo con esto, podemos entender también que un pensamiento atraiga la materia mental que le corresponda según su vibración, una vibración que después también atraerá materia emocional según sea la naturaleza del pensamiento. Así pues, la vibración del pensamiento creado es la que atrae la materia que servirá como vehículo para que un elemental lo habite y cumpla (en el caso de que sea dirigido hacia alguien o a algo) su cometido. De acuerdo con esto, podemos concluir con que el poder de una forma de pensamiento radica en la cantidad de materia mental; la dirección o cometido tiene relación con la voluntad y con el deseo; y el que un  cometido se cumpla o no dependerá de la materia pero también del empeño, pasión o repetición.

Cada uno de nosotros tiene materia de diferentes clases de vibraciones perteneciente a alguna de las cuatro regiones inferiores del mundo del pensamiento, y de acuerdo con esto así suele ser la naturaleza de nuestros pensamientos, el poco desarrollado tendrá mucha más materia de las regiones inferiores y el más evolucionado la tendrá de las superiores. Esto no significa que haya cuatro grados morales de materia, en cada región existen muchísimas variaciones y clases de materia de la que se pueden crear otras tantas formas de pensamientos. Cuando una persona comienza a interesarse por un desarrollo espiritual y, por tanto, crea pensamientos elevados más a menudo, está atrayendo materia mental de las regiones superiores del mundo del pensamiento, la que irá acompañada de las correspondientes emociones y deseos benevolentes. Si estos, además, van dirigidos hacia alguien, volverán a su creador con el historial de las experiencias que han tenido, ocurriendo por lo general que se engrandece y embellece el aura mental de dicha persona. Obviamente, cuando más se repiten los pensamientos elevados más fácil se hace centrarse en lo positivo (lo que impide la entrada en el aura de lo negativo) y más fácilmente vibran los cuerpos mental y de deseos en las regiones superiores de sus correspondientes mundos. Una repetición de pensamientos positivos como los que se hacen en un templo o iglesia es lo que crea el egregor y hace que ese edificio sea vibrante y hermoso para un clarividente.

El poder de una forma de pensamiento se debilita según pasa el tiempo y según la distancia

Es cierto que a los asistentes que están despistados o que están pensando en otras cosas no les afecta igual un pensamiento que le llegue pero, aún así, se pueden ver estimulados sus cuerpos mentales. Otro hecho importante a tener en cuenta es que cuando un aspirante espiritual tiene por costumbre crear pensamientos buenos y hacer una serie de oraciones y ejercicios espirituales a diario, está creando su propio mundo mental de esa clase de vibración, pero si aplicamos esto a una persona malvada comprenderemos que lo que está haciendo es crearse una cárcel donde solo puede tratar con lo negativo. Así es que cada uno llevamos nuestro mundo mental y emocional según la forma de pensar, pero ese mundo se puede ver aumentado por los pensamientos formas que haya allá donde nos encontremos. ¿Comprendemos ahora el beneficio de crear buenos pensamientos y de hacer o asistir a lugares donde se hagan servicios espirituales? Es conveniente tener siempre presente que cada persona ve el mundo y a los demás a través de la materia mental que lleve consigo, y cuando esa materia es de las regiones inferiores del mundo del pensamiento, la persona no puede ver casi la luz.

En este artículo me estoy refiriendo única y exclusivamente a los agentes invisibles que manejan la materia mental y emocional en los templos, logias e iglesias. De hecho podría hablar sobre los egrégores que existen desde hace miles o millones de años en el planeta y que aún queda algún vestigio de ellos ya que se relaciona con la historia y la cultura de la humanidad, pero eso ahora no toca. La duración de un egregor depende de la repetición, así el egregor que se crea en una ermita por hacer una o dos ceremonias el día de su patrón no tiene nada que ver con la larga duración del que hay en una catedral donde cientos de feligreses van a orar todos los días y donde se hacen varias liturgias a diario. Los egrégores planetarios, de religiones o nacionales, entre otros, tienen una relación muy directa con los templos, no tienen la misma importancia, porque aunque sean formas psíquicas individuales, solo se relacionan entre los miembros asistentes que se suponen que vibran al unísono. Lo que es importante saber es que cuando un devoto o un aspirante espiritual va por el mundo creando formas psíquicas elevadas está ayudando a crear un egregor importante en grandeza y, a su vez, está combatiendo a los egrégores de baja vibración.

El egregor es etérico y se crea como reacción a la concentración psíquica que las personas hacen respecto a su atención,  repetición y a su pensamiento. Por ejemplo: Las personas que creen en un infierno porque su religión así se lo ha enseñado y explicado una y mil veces, crean esa imagen en los mundos superiores. Y lo mismo podríamos decir de la imagen de una virgen o de Cristo, esto podría ser un egregor. Sin embargo, el egregor al que me estoy refiriendo tiene su actividad más centrada en la región etérica del mundo físico ya que la forma del egregor se hace a modo de reacción de lo que sucede en los planos superiores. En mi opinión, un egregor puede llegar a tener tal poder que se podría considerar milagroso. Un objeto o reliquia que haya sido motivo de devoción y oración durante siglos puede causar grandes efectos positivos sobre persona que viene desde muy lejos y que se acerque a ella llena de fe. Una imagen en similares condiciones puede hacer un milagro sobre una persona que ora ante ella fervientemente para que le conceda un deseo. No es que la imagen haga milagros sino que su magnetismo (efecto de las oraciones y de la devoción) ha creado un egregor que puede ser utilizado por Ángeles o Arcángeles para hacer un bien a la humanidad. El egregor relacionado con la virgen del rocío aquí en España no está formado solamente con las oraciones de los que se ponen delante de ella, sino también de sus fieles devotos que piensan todos los días en ella. Recuerdo haber leído algo que algún ocultista escribió sobre el carisma y venía a decir algo así como que el carisma es un egregor que crean los simpatizantes de determinada persona (actor, futbolista, cantante, etc.) y que aunque esa persona no sea tan bueno profesionalmente, el egregor que han creado sus simpatizantes (quizás por ser guapo) le da el carisma. Por eso, aunque la forma de un egregor se represente en la región etérica, está formado con los pensamientos, con los deseos y con los sentimientos de la personas.

Si bien, un egregor de una religión es como el alma que expresa el grado vibratorio o la calidad espiritual de dicha vibración, el egregor que cada persona puede crear en su lugar de oración también representa lo mismo respecto a si sus oraciones son egoístas o altruistas, etc. Los egrégores, como las formas de pensamiento, tienen una relación directa con los ángeles constructores de la región etérica del mundo físico, y son ellos y sus ayudantes los que crean estos egrégores de corta o de larga duración. Nosotros podemos crear un egregor cuando oramos varios días en un mismo sitio, pero será débil, y si no se reza más en ese lugar morirá. Pero cuando se hace eso mismo en un templo y se repite durante años es cuando se puede considerar “permanente”. Un egregor permanente individual fruto de la obra de un Ángel gracias a la constante oración, meditación, adoración, etc., puede conceder cierto despertar espiritual a la persona que asiduamente acude a ese lugar. Sabiendo esto ¿Qué no podrán causar los egrégores formados en lugares donde se consume  alcohol, drogas y tabaco y se hacen otras cosas inmorales? Aunque parezca mentira esto egrégores tienen un gran poder porque están construidos por los elementales inferiores que se relacionan con las más bajas regiones del mundo del deseo. De hecho, el Guardián del Umbral individual se puede considerar un egregor formado por todas las negatividades de nuestro pasado, es decir, de los estados de conciencia que hemos tenido a lo largo de nuestra evolución hasta la vida presente. Es más, una persona no puede obtener la iniciación para funcionar consciente y voluntariamente en los mundos invisibles mientras no venza moral y espiritualmente a su guardián del umbral.

El egregor es creado como respuesta a la acumulación de formas psíquicas para que puedan ser utilizadas por una conciencia (Ángel o espíritu inferior) la cual utilizará el egregor como vehículo de evolución. Por tanto, el ser humano debería ser un creador positivo, en todos los términos, para que los egrégores que se puedan crear de su aspecto psíquico sirvan de ayuda a  la humanidad. Pero sabiendo que el egregor es una creación mental según la buena o mala voluntad del hombre y que habiendo más egrégores negativos que positivos, es obvio que los negativos se resistan a la influencia de los buenos pensamientos y que absorban con placer los malos. Y es así como cada lector debe tomar nota para poder ser creador de egrégores positivos a la vez que combate a los positivos en los lugares que más frecuenta.

De acuerdo con este conocimiento podemos preguntarnos ¿Podríamos crear egrégores positivos pensando en el futuro? Si un egregor es el efecto de una agrupación de pensamientos o formas psíquicas utilizada por una conciencia para proyectar su naturaleza por medio de vibraciones magnéticas ¿Por qué no vamos a poder crearlos? Lo que ocurre es que para que tengan efecto deberían ser egrégores a nivel de humanidad, de religión o de nueva conciencia, lo que, de hecho, ya está ocurriendo. Todo pensamiento es habitado por una conciencia y todo egregor planetario (en mi opinión) estará a disposición de los Ángeles, de los Arcángeles o quizás de otros seres; por tanto, a mayor colaboración por parte de la humanidad, mayores efectos tendremos sobre nosotros en el futuro. Mucho antes de renacer el ser humano se preparan en el mundo del pensamiento toda una serie de arquetipos relacionados con sus cuerpos y con el ambiente terrenal donde después vivirá. Pues bien, nosotros podemos hacer algo parecido aquí en la Tierra en sentido de crear egrégores (arquetipos) de lo que deseamos para la futura humanidad y procurar mantenerlos por medio de la repetición de formas psíquicas que luego serán utilizadas por las Jerarquías superiores al igual que pueden utilizar una imagen como transmisora de energías curativas o de fuerzas espirituales. Los egrégores actúan como núcleos de poder (mental-emocional) desde las regiones inferiores del mundo del pensamiento, pero cuando hablamos de egrégores creados por aspirantes espirituales debemos situarlos a partir de la tercera y cuarta región inferior. Y es desde ahí desde donde pueden influir en las mentes de los humanos que se pongan en sintonía con ellos, ya que estos egrégores o formas psíquicas están creadas con la colaboración de entidades pertenecientes a los tres mundos donde estamos evolucionando.


                                               Francisco Nieto

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