Libros electrónicos de estudios esotéricos

viernes, 6 de diciembre de 2013

NUEVAS CONSIDERACIONES EN EL SENDERO DEL DISCIPULADO DISCIPULADO No. 13


NUEVAS CONSIDERACIONES EN EL SENDERO DEL DISCIPULADO
DISCIPULADO No. 13




En algún artículo anterior me he referido a las nuevas escuelas o grupos del discipulado como la nueva dinámica propuesta para estos últimos años de la Era de Piscis  y cuyo objetivo es el de conducir a los aspirantes aptos hacia el discipulado, mediante un conocimiento y entrenamiento adicional que permita al probacionista el nivel requerido para alcanzar un contacto real con el Maestro.

Siguiendo esta iniciativa, hubo una respuesta positiva a este llamamiento por parte de estudiantes esotéricos que resonaron con éste, dando como resultado inicial la formación de dos grupos de trabajo en Colombia, uno de 13 personas, que funciona desde hace tres años y otro de 17, que está activo desde hace uno y con los cuales se ha venido desarrollando un trabajo espiritual,  en reuniones presenciales que se llevan a cabo cada veinte días y en los que los asistentes reciben una enseñanza especial impartida por este instructor. 

Algunos de ellos han hecho ya su petición de probacionismo y han sido aceptados en tanto que otros, habiendo hollado el sendero de probación con anterioridad, han solicitado su admisión en el discipulado y están en período de formación y a la espera de ser aceptados directamente por el Maestro. Adicionalmente a este trabajo presencial se ha diseminado material de estudio con algunas pautas importantes mediante este blog, recibiendo respuesta positiva desde varios lugares del planeta.

El Hermano Mayor o Maestro de cuya escuela  interna  estos grupos son una expresión, está al tanto del trabajo emprendido y nos ha brindado todo su apoyo. Este Sublime Ser es un miembro de la Jerarquía o Logia Blanca quien luego de trabajar arduamente como uno de los instructores de una de la Ordenes  de Misterios Mayores fue ascendido como miembro del Consejo Central o Consejo Superior en el que trabajan Iniciados de las Doce escuelas de Misterios que dirigen la evolución del Esquema del Planeta Tierra.


 Ha sido además un investigador de la Vida de otros Esquemas planetarios y de los siete sistemas solares Hermanos con los cuales estamos relacionados. De hecho este Hermano Mayor vino como un cooperador de los encargados de fundar la Jerarquía al final de la Epoca Lemúrica y decidió participar activamente en el Esquema de la Tierra durante todo este tiempo. En la actualidad trabaja en un proyecto especial para el desarrollo de la futura sexta raza de la Gran Raza  o Epoca Aria, desde un templo que recientemente fue reabierto en los planos sutiles que interpenetran a la ciudad de Praga (Rep. Checa). Igualmente tiene a su cargo el proyecto de las nuevas escuelas de formación para el discipulado con las que este servidor ha decidido solidarizarse mediante este trabajo de diseminación de lo que fue su instrucción esotérica y que ahora puede ser dada al mundo, después de tantos años. Por ser  el Maestro un Instructor de tan alto grado, su enseñanza abarca métodos de todos los siete rayos y acepta igualmente discípulos de todos los rayos, guiando a cada cual según corresponda. He de aclarar que este Gran Iniciado no es ninguno de los mencionados en la amplia literatura esotérica.

Ha llegado el momento de establecer nuevas y verdaderas escuelas esotéricas siguiendo la nota clave del discipulado. Las escuelas esotéricas van apareciendo como respuesta a la demanda de la humanidad y cuando un nuevo desarrollo es requerido aparece la instrucción necesaria para llevar al aspirante a un nivel superior al alcanzado. Siguiendo la Ley de Evolución que sucede a la precipitación de la Consciencia Universal en la Creación, lo esotérico se va haciendo paulatinamente exotérico y los nuevos delineamientos son trazados por los discípulos de los Maestros encargados de establecer el nuevo orden mundial. Las actuales escuelas verdaderamente esotéricas, de las cuales hay muy pocas, deben renovarse, abandonando todo aquello que no sea trascendental y compatible con el nivel actual de la humanidad en curso y mantener siempre una visión práctica y clara del entrenamiento esotérico, lejos de tendencias teológicas dogmáticas y separatistas.
El llamado mundo occidental aun no ha visto nacer Maestros de la talla de grandes instructores iluminados como Joshua Ben Miryam, Sankara, Babaji, Vivekananda, Patanjali, Ramakrishna, Ramana Maharshi, Jiddu Krishnamurthi, Yogananda, Sri Aurobindo y Madre, Abraham, Shimon bar Yojai, Baal Shem Tov, Yalal ad-Din Muhammad Rumi, Al Ghazali, Lao Tze, Confucio, Basílides, Valentín, entre otros.

Muchas de las enseñanzas de estos instructores y algunos de ellos vinieron a occidente y dieron lugar a filiales de sus escuelas o fueron copiadas y maquilladas por algunos pretendidos iniciados que luego rechazaron enfáticamente todo conocimiento venido de oriente para impedir que sus seguidores se dieran cuenta del plagio. Muy rara vez ha surgido un iluminado en el mundo occidental y si lo ha habido ha pasado francamente de incógnito. La mayoría de los verdaderos discípulos de occidente lo han sido de los Grandes Instructores de oriente o han sido instruidos por Maestros desencarnados y suelen estar fuera de las llamadas escuelas esotéricas. Muchos han pretendido y pretenden ser iluminados, enviados especiales, contactados, avatares y hasta Cristos, pero han caído por su propio peso resultando ser un completo fraude y arrastrando en pos de sí a muchos incautos llevados por su propio ego, aún hasta la locura y la muerte. Las más de tres mil sectas americanas que a diario atrapan mentes sin claridad son prueba evidente de ello.

No obstante, poco a poco irán apareciendo nuevos instructores con un amplio y verdadero conocimiento de la naturaleza humana, discípulos reales de Maestros que les han contactado e instruido y que son los formadores de los nuevos grupos de discipulado, cuya enseñanza, basada en los más elevados ideales, compatible con una vida virtuosa y de servicio amoroso, resuena con el corazón de los aspirantes a nivel intuitivo y con los niveles profundos de la mente, debido a la claridad del conocimiento el cual ya no está basado en el misterio sino en la explicación abierta y diáfana. En estas escuelas discipulares que se convertirán en poco tiempo en verdaderas escuelas de Iniciación, los discípulos convocan a los aspirantes preparados, señalando el Camino y recorriendo  con ellos el Sendero.  

Si bien se reciben aspirantes al sendero de Probación, las escuelas que se están formando entrenan a los aspirantes al discipulado y a los discípulos en sus primeros grados para hollar el sendero que los conducirá hacia el Maestro y los capacitará para recorrer la senda de la Iniciación.

En el pasado, las escuelas esotéricas han enfatizado  en normas de pureza física y emocional. Esta purificación no es para nada un indicio de desarrollo espiritual. Simplemente indican que el neófito ha cumplido un simple requisito básico para emprender un trabajo más avanzado ya que el discípulo necesita un tipo especial de vehículos para el intenso trabajo esotérico. Muchos aspirantes se quedaron ahí, presos de la ilusión de ser seres especiales por haber logrado convertirse en vegetarianos o por haber logrado el nivel mínimo de conducta moral apropiada acorde con los mandatos de su escuela o por haber adquirido un mediano conocimiento sesgado por la tendencia teológica del grupo o sintiéndose especiales por manejar cierto tipo de terminología típica de cada escuela.

Este es sin embargo un entrenamiento elemental para principiantes cuyo propósito es el de elevar de alguna manera la vibración etérica  o astral, a veces a expensas de la vitalidad del vehículo físico,  con el fin de que el aspirante se percate de que existen niveles superiores de fuerzas más sutiles de aquellas a las cuales estuvo acostumbrada su personalidad en anteriores encarnaciones.

Los nuevos grupos del discipulado profundizan en trabajos más esotéricos. Si disciplina de entrenamiento capacita  al caminante para funcionar espiritualmente en los mundos físico, astral y mental, para llegar a trabajar como discípulo aceptado en el Ashram o Escuela Interna de su Maestro. Si bien el grupo verdadero es el pendiente de un Maestro de una Orden de Misterios, no se enfatiza en la posibilidad de hacer contacto consciente con éste antes de que el aspirante tenga una personalidad estructurada y coordinada, ni antes de haber hecho un verdadero contacto con su Ser interno. En los nuevos grupos de trabajo nadie ostentará el título de discípulo, de pionero, de heraldo o de avanzado por el simple hecho de haber conocido a un instructor o a sus enseñanzas. El aspirante al discipulado tendrá perfecta claridad en relación con el hecho de que la verdadera iniciación no es una simple bendición dada por el contacto con un instructor externo o la recepción de alguna clave misteriosa o palabra de poder(mantram), sino una experiencia espiritual de despertar de de consciencia que le acerca cada vez más a la percepción de la Unidad Divina en sus aspectos de Consciencia, Conocimiento y Dicha infinitas. 

Cada Iniciación es en verdad una iluminación de orden cada vez mayor, después de la cual el iniciado destila Sabiduría, Amor y Dicha inefables, además de la expresión de los poderes y capacidades propios de cada nivel.


En los grupos actuales del discipulado se insistirá en el conocimiento perfecto de la relación entre la Consciencia Universal, su expresión monádica, el hombre espiritual o Yo Superior y la personalidad o ego inferior. Su primer trabajo espiritual es el de llegar a conocerse plenamente a sí mismo y permitir que cada día actúe más conscientemente como ser espiritual que como personalidad, permitiendo que fluyan la Luz, el Amor y el Poder latentes en el triple aspecto de la Divinidad manifestada a través de su compleja estructura de vehículos, trabajo que tendrá éxito gracias al alineamiento de sus fuerzas físicas, etéricas, astrales y mentales, dado por sus esfuerzos en la concentración, meditación y contemplación, que harán de su mente un foco transparente y sereno que permite la reflección del Ser infinito latente, el cual, al hacer contacto permanente con la máscara de la personalidad, se convertirá en un servidor verdaderamente útil a la humanidad.

El discípulo entrenado en estos nuevos grupos, que son expresiones externas del Grupo Oculto del Maestro, será un canal para su propio ser interior y para la expresión de la consciencia del Hermano Mayor, sin que nunca sea directamente su canal. Un verdadero discípulo jamás será un médium ni un simple mensajero del Maestro. No transmitirá mensajes telepáticos directos ni pretenderá tener mensajes personales del Instructor Interno para cada uno de los miembros del grupo. Si bien el grupo está en contacto directo con La Hermandad o Logia Blanca, la Jerarquía más elevada de los Maestros de la Luz, la instrucción de cada discípulo es responsabilidad de su Maestro y no se da por vía indirecta sino mediante el contacto interior, mediante las diferentes modalidades, de acuerdo con la capacidad que el aspirante va desarrollando en su recorrido por el Sendero y con la calidad del servicio que el discípulo presta a sus semejantes. El Maestro estará siempre al lado del que más sirve y es portador de luz.


 Al discípulo le es revelado en forma gradual y a su debido tiempo el Plan de la Jerarquía, en la medida que se convierte en su colaborador y adquiere el conocimiento que le capacita para influir poderosamente en los acontecimientos mundiales. Es entrenado para el trabajo grupal, logrando el desapego, abandonando con frecuencia sus planes personales egoístas en pro del servicio a la humanidad y a la Jerarquía, sin perder su propia identidad ni incapacitarse para una labor en el mundo como persona.

Los instructores de los nuevos grupos del discipulado restan importancia a la insistencia directa en cuanto a la formación del carácter o al desarrollo de las virtudes que conducen a una vida de pureza, bondad y conducta recta, ya que se considera la aspiración altruista como ya existente o de responsabilidad directa de cada aspirante, lo cual se advierte plenamente a los miembros del grupo. El instructor no es juez de sus condiscípulos pues ya sabe que el contacto con el Maestro es el mejor filtro ya que este no será jamás posible si el futuro discípulo no cumple con las cualidades esencialmente básicas impartidas por las escuelas para estudiantes y principiantes por las que el discípulo ya pasó en el pasado. Si el contacto directo demora, el neófito sabrá por sí mismo que ha pretendido saltarse estos requisitos básicos y deberá replantear su entrenamiento mediante auto observación consciente. El instructor dará importancia al trabajo mental y procurará que cada condiscípulo se muestre inteligente, intuitivo, análítico y perseverante pero lejos de toda crítica, sin descuidar para nada el lado del corazón, el poder intuitivo y la expresión cada vez más elevada del Amor expresado como Altruismo y no como vana pasión o apego. Los nuevos discípulos, lejos de ser humanos aislados, trabajan primordialmente en función del grupo, proyectándose a toda la humanidad, pues serán preparados paulatinamente a través del Sendero de Iniciación para convertirse en Maestros de Sabiduría capaces de relevar de su misión a algún miembro de la Jerarquía que se retirará para hacer algún trabajo de orden más elevado.

 El discípulo aprende a trabajar completamente desde niveles espirituales centrando su consciencia en el Ser Unico y en el Grupo Interno o Ashram del Maestro. Los mundos del desenvolvimiento humano, el físico, el astral y el mental se convierten en su campo de servicio y su personalidad queda definida como aquella compleja estructura a través de la cual su alma sirve a la Totalidad, a la humanidad y al Plan. Su tarea más noble consiste en elevar el nivel de despertar de consciencia de la humanidad, obviamente después de haber despertado la suya propia, empleando a plena consciencia su mente entrenada en la ausencia de pensamiento ordinario, recurrencia a la memoria, influencia astral, oscilación en el tiempo y fluctuación en el vaivén de la dualidad, e igualmente su naturaleza emocional equilibrada, disciplinada mas no reprimida y una actitud receptiva. Vive como un humano entre los humanos sin ser doblegado por el mundo y es a la vez un trabajador consciente de la Jerarquía. Estos discípulos a quienes ha sido confiada la voluntaria y noble tarea de fundar los nuevos Grupos de discipulado para el nuevo orden son los llamados discípulos mundiales y su alta irradiación de gran potencia influye en el mundo ordinario y también en el mundo esotérico. Su fuerza tiene el poder de impactar poderosamente a las antiguas escuelas para remover sus cristalizaciones y rescatar de allí a todo aquel que esté preparado para salir de la inercia y tomar las nuevas enseñanzas. También impactan al público en general,  generando nuevas motivaciones y abriendo nuevos caminos para el despertar de la gran masa humana. Es necesario que el buscador diferencie entre el trabajo de los seres bien intencionados que han fundado escuelas esotéricas para novatos, el trabajo del discípulo que aprende a ser instructor y el trabajo de los discípulos mundiales que disuelven los métodos caducos y establecen las nuevas y más adecuadas delineaciones para la instrucción esotérica del nuevo orden mundial propio del avance del proceso evolutivo inherente a la creación precipitada en la dualidad.


Si desde cualquier lugar del mundo te sientes preparado para el trabajo del discipulado, bienvenido seas a estos nuevos grupos.

 Prontamente la irradiación del Maestro que percibe tu luz te guiará hacia el discípulo instructor más cercano. Arriba y hacia adelante, siempre, siempre. Si bien nadie dijo que el trabajo del discipulado era fácil, tampoco es imposible. Cristo, el Divino Instructor irrumpió en el planeta y dejó abierto para todos el Camino de la Iniciación, sin predilecciones y lo sigue haciendo cada año hasta que un número suficiente de discípulos creen una fuerza espiritual suficiente para permitir el correcto cumplimiento del Plan en la Tierra. Bendecido sea todo aquel que  se integre a esta noble tarea .

Bendiciones,

Alipur Karim


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martes, 26 de noviembre de 2013

EL SUFRIMIENTO: UNA TORTURA DE LA MENTE

EL SUFRIMIENTO:
UNA TORTURA DE LA MENTE

                  


Una de las características de la humanidad presente parece ser el sufrimiento. Este estado se asocia directamente al dolor físico o emocional. El primero aparece como resultado de un daño funcional o estructural del cuerpo, ya sea por agresión, accidente o enfermedad. El segundo, del que nos ocuparemos en este capítulo, se presenta cuando no hay una plena aceptación de la realidad.

Sufrimos por causas diversas: si las cosas no resultan según lo planeado, porque las personas no son como deseáramos que fueran, por los acontecimientos mundiales en crisis, si otros sufren, porque somos diferentes de otros, por temor al futuro etcétera. Cualquier cosa que rompa el estado de tranquilidad nos genera una incomodidad tortuosa, y nos aleja del esquema de la felicidad.

Pero, ¿en realidad los acontecimientos son los que generan el sufrimiento? Desde luego que no. Los hechos y las cosas se dan y están, en el lugar correcto, y de la manera correcta. No son ni buenos ni malos, simplemente son. La tortura se genera por la resistencia a que suceda lo que el Universo está permitiendo que ocurra. El sufrimiento se da porque el hombre espera que ocurra algo diferente a la realidad, y esto es debido a nuestra mala costumbre de hacer planes, de idealizar, de adelantarnos al futuro y además, en soberbia actitud, de creer que las cosas se darán exactamente como las pensamos. 

Hemos sido adiestrados desde niños para confiar en que podemos hacer todo lo que se nos antoje. Se nos ha enseñado a soñar y a tener fe en que nuestros planes se realizarán fácilmente, en el tiempo y lugar calculados por nuestra mente. Pero poco a poco la vida se encarga de mostrarnos que las cosas no suelen salir como las planeamos. Entonces, el soñador experimenta un sentimiento de frustración, que le conduce a un dolor psicológico. Se entristece, se deprime, se enoja a veces, se rebela, se resiente contra la vida o contra Dios, se amarga, se resiste a aceptar la realidad. Ese estado es el sufrimiento. Bajo esta condición, el ser humano se cree víctima de las circunstancias, de un destino implacable, de una injusticia. Muchas de las veces trata de encontrar un culpable o de culparse a sí mismo. Por todos los medios posibles su mente se resiste a aceptar lo que ocurre. Con gran soberbia, cree que, en su caso personal, ha habido un error que fue pasado por alto por la Inteligencia Universal. Muchas veces acude a la súplica, a la oración, como medio de que se subsane la falla, intentando que las circunstancias cambien milagrosamente. Muy pocos aceptan la realidad en forma inmediata, lo cual sería lo más sensato.

El sufrimiento es un estado de la mente, una actitud de rebeldía, de negación, de no aceptación, de soberbia, frente a una realidad precipitada por la Divina Inteligencia. Lo más cuerdo sería reconocer que no hay error y que lo que ha sucedido es lo correcto. Si tuviéramos siempre esta visión, aprenderíamos muchas cosas acerca de los ciclos cósmicos, y de la ley de causa y efecto, y no habría sufrimiento. Pero el ser humano hace cientos de planes, tiene miles de anhelos, sin contar con la multiplicidad de fuerzas que son necesarias para la precipitación de un acontecimiento dado. 

Constantemente sufre porque se ve frustrado en sus intentos por controlar la sucesión de los hechos; padece si no puede dirigir a la naturaleza, se aflige por no poder controlar las vidas de los demás o porque los demás sufren. Y además, no contento conatormentarse por el presente, al tener la experiencia de varias frustraciones, se llena de miedos hacia el futuro y sufre adicionalmente por ello. Y como si fuera poco, al recordar aquellos eventos fallidos, que aún no digiere, se atormenta por el pasado, creando una cadena de amarguras, que finalmente le hacen creer que el sufrimiento hace parte de la vida humana, y que es alguna especie de castigo divino, por pretender algo de lo cual no es merecedor, o comienza a pensar que la justicia divina no existe, y entra en crisis existencial.

Pero, no es tan fácil dejar de sufrir por el mero hecho de adquirir la comprensión intelectual de que todo está bien. Lo que sucede es que menospreciamos el poder del condicionamiento al que hemos sido sometidos desde el nacimiento. Nuestros archivos están  llenos de planes, de imágenes visualizadas, de deseos por satisfacer, de idealizaciones, de conquistas y quimeras, y de las órdenes a ser ejecutadas al respecto.

No quiere decir lo anterior que no nos sea dado soñar. Hemos adquirido la facultad de hacerlo y esto de hecho no es un error. Lo incorrecto es tomar esa actitud soberbia que nos hace creer que somos unos expertos en manejar los ciclos y fuerzas cósmicas, para controlar los sucesos. Lo inexacto es suponer que nuestra inteligencia manifestada pueda ser superior a la Inteligencia Universal. En realidad podemos seguir soñando, si así lo deseamos, pero con una actitud diferente. Los sueños, los anhelos, las visualizaciones, son semillas de futuros acontecimientos, pero hemos de aprender que así como las semillas necesitan de ciclos de desarrollo, de una tierra que las sustente, de la calidad del terreno, del clima y otras condiciones de la naturaleza, nuestros sueños requieren de ciertas condiciones especiales y de algunas fuerzas para su precipitación, que aún desconocemos o no controlamos. El hombre puedefantasear lo que quiera, pero nadie le garantiza la realización exacta de sus sueños programados, para un tiempo específico, por el mero hecho de hacerlo.

No obstante, el sufrimiento no puede considerarse como un error, pues todo en la vida tiene un sentido, un objetivo práctico. Recordemos que el dolor es uno de nuestros tres caminos de aprendizaje. El que sufre quebranta su soberbia, templa su alma, y finalmente comprende que la sabia Vida Una tenía razón, y que todo ha ocurrido de la manera correcta, para su propio bien. El que se atormenta aprende muchas cosas en medio de su penuria mental. Se hace sensible, como una cuerda que se templa para ser utilizada como fuente sonora, y aprende a mirar otras opciones, cuando la vida se opone a sus propósitos.

Uno de los mayores obstáculos para la aceptación de una realidad, que frustra un plan, es el vicio mental de compararnos con otros. Casi siempre, debido a esta mala costumbre, surge en el que sufre la pregunta: ¿Por qué a mí? ¿Qué hice yo o qué hizo aquel para merecer esta suerte? La mente se tortura a sí misma, creyendo que si hubiera una respuesta satisfactoria, la amargura cesaría de inmediato. Pero casi nunca una mente soberbia obtiene esa respuesta, la cual de hecho existe, pero tal vez lejos del alcance de quien no comprende los complejos caminos de la Inteligencia Universal. 

La resistencia frente a la realidad da lugar a un estado de tensión del sistema nervioso, el cual bloquea la capacidad para comprender claramente. La aceptación, en cambio, relaja la mente, y permite observar notoriamente aquello que la naturaleza desea enseñarnos, o de lo que quiere protegernos al impedir la realización de nuestros deseos.

La Vida Universal suele prevenirnos acerca de ciertos caminos que no son los mejores para nosotros. Con frecuencia nos avisa mediante pequeños obstáculos, los cuales van impidiendo el fluir de las cosas debidamente, pero solemos estar muy empecinados y tan enfocados en la meta propuesta, que no percibimos otra cosa que lo que queremos ver, y malinterpretamos las señales. También la Inteligencia Universal nos avisa si una experiencia está en nuestro esquema de probabilidades, mediante indicaciones claras que permiten obtener las cosas con cierta fluidez, lo cual no significa que no haya que hacer ningún esfuerzo, pues todo crecimiento requiere una inversión de energía. Pero, del mismo modo, solemos dejar pasar las oportunidades y nos enfocamos en otros senderos. Es necesario estar atentos a lo que sucede delante de nosotros, y usar nuestra capacidad de lectura,subconsciente e intuitiva, para captar el mensaje de la naturaleza. Si el agua fluye, no importa si lo hace rápidamente o con lentitud, va en la dirección correcta. Cuado ésta se detiene completamente, se descompone. Frente a los obstáculos, el agua no se complica. Intenta superarlos aumentando su nivel, pero si nota que esto es muy difícil, da un rodeo y varía la dirección de la corriente. Mediante este método llega a su destino. Las barrerasaparecen en nuestro camino por una razón valedera. Quizás  nos muestran que aún no estamos capacitados para seguir un senderocon cierto grado de dificultad, y que es necesario un entrenamiento previo. A veces nos enseñan que definitivamente esno es nuestra rutaNo obstante, nuestra terquedad nos incita a derribar todo impedimento, porque creemos que la vida nos desafía, y seguramente lo lograremos, pero a costa de sacrificios extremos, y del dolor que la naturaleza trataba de evitarnos. Es aquí cuando ingresamos en el sendero del sufrimiento, el cual es una de nuestras más complicadas opciones.

No hay que confundir esfuerzo con sufrimiento. En el primero, trabajamos con alegría y obtenemos una gran satisfacción, aunque podamos sentirnos cansados en un momento dado y sean necesarias etapas de reposo. En el segundo, hay dolor, inconformidad y resignación, más que aceptación. Si las cosas fluyen debidamente, y se obtienen resultados que nos permiten crecer, bien vale la pena el esfuerzo. Pero si a pesar de los esfuerzos vemos que el fluir se detiene, es hora de cambiar de ruta.

Es útil revisar nuestra vida para ver si estamos transitando caminos de sufrimiento, o si nos estamos empecinando en algo que nos pueda conducir a alguno de estos senderos, para ver si sería práctico cambiar de ruta, o de actitud, rompiendo la resistencia frente a la realidad. Hemos de ser capaces de ser felices con lo que la vida nos ofrece diariamente. Todas las oportunidades necesarias para el desarrollo del plan original, con el total de sus probabilidades, estarán siempre en inmediata disponibilidad, y las podremos ver fácilmente si estamos atentos. El destino no es un juego de ponerle la cola al burro. Eel resultado de una interacción inteligente entre la Vida Una y la vida manifestada, en este caso la nuestra. No implica sufrimiento, si no lo deseamos, pero es también una de nuestras opciones, si nos empecinamos en ir en contravía al natural fluir, o si nos paralizamos, sin tomar decisiones.

Alipur Karim 


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domingo, 22 de septiembre de 2013

DISCIPULADO No. 12 LA REALIDAD Y EL UNIVERSO


DISCIPULADO No. 12
LA REALIDAD Y EL UNIVERSO


El aspirante al discipulado debe experimentar una nueva forma de cognición, más allá del pensamiento ordinario, cuya base fundamental es la memoria y el condicionamiento. La consciencia debe trascender la fluctuación de la mente en el espacio- tiempo y la dualidad. Para ello es necesario que el estudiante se haga consciente de su actual estado de cognición.
Usualmente aceptamos el hecho de la existencia de un universo que está fuera de nosotros (dualidad) y nos asumimos como entidades individuales separadas, con capacidad de observar este universo. Damos por hecho que nuestra percepción de lo que existe es real y que quien percibe es un yo personal.
El supuesto yo personal, eso que tú crees que eres, usa instrumentos especiales para percibir, a los cuales llamamos órganos de los sentidos, agrupados en cinco sistemas: sistema táctil, sistema olfativo, sistema gustativo, sistema visual y sistema auditivo. Todos ellos están conectados al cerebro. A través de ellos, el organismo viviente capta informaciones del entorno, denominadas percepciones. Dichas informaciones son de carácter vibracional. El ojo capta fotones cargados de bits de fuerza electromagnética que viajan desde la retina hacia la parte posterior del cerebro a través del nervio óptico. Esto nos da la cognición de la luz. El oído, a través del tímpano capta las pulsaciones del aire respondiendo a ellas con vibración de esta delicada membrana. Esta vibración estimula los nervios generando impulsos eléctricos que viajan a través del nervio auditivo a una zona particular del cerebro. Esto da como resultado nuestra cognición del sonido. El tacto, a través de la piel principalmente, capta diferencias en el nivel o velocidad de vibración que, convertidos en impulsos eléctricos, viajan vía los nervios sensoriales hacia el cerebro y nos dan la cognición de lo que llamamos texturas, formas, variaciones de temperatura, presión, dolor o diferencias de densidad  entre otras.

   Para recibir un sabor se necesita el estimulo de las células receptoras del gusto o corpúsculos gustativos, ubicados en la lengua. Los corpúsculos gustativos son los receptores del sabor y están ubicados alrededor de las papilas gustativas. El corpúsculo gustativo estimulado inicia un impulso nervioso que es conducido por las terminaciones sensitivas hasta los nervios facial, vago y glosofaríngeo; y a través de ellos va a la médula espinal, el tálamo y de allí al cerebro, donde en el lóbulo parietal de la corteza, se emite como respuesta la cognición de sensación gustativa.

El olfato es el sentido encargado de captar los olores. Las sustancias odorantes que estimulan la mucosa olfatoria son sustancias químicas volátiles transportadas por el aire. Estas sustancias químicas son simplemente vibraciones específicas. La mucosa olfatoria estimulada por estas partículas convierte el estímulo en impulso nervioso, el cual viaja hacia el bulbo olfatorio, el sistema límbico, el hipotálamo y finalmente hacia la corteza cerebral donde de hace consciente como percepción olfativa o sabor.
 Los cinco sentidos nos permiten tener percepciones simplemente. Las percepciones son procesadas y son convertidas en sensaciones, en el interior de nuestro cerebro. Para entender esas sensaciones usamos  la mente. En general, se piensa en la mente como algo localizado en algún lugar de la cabeza que nos permite ser conscientes, pero recientes hallazgos  sugieren que la mente no reside necesariamente en el cerebro sino que viaja por todo el cuerpo en caravanas de hormonas y enzimas, ocupada en dar sentido a esas complejas percepciones que recibimos de los sentidos. Mente y  materia, proceso y estructura, están inseparablemente conectados.  
La interpretación de las percepciones sensoriales da lugar literalmente a ese conjunto de imágenes, nombres, formas y características o cualidades particulares que denominamos objetos. Estas interpretaciones se archivan como información en el cerebro y constituyen la memoría. Todo eso ocurre siempre en lo que llamamos nuestro interior, esa simbiosis entre mente y cuerpo. Allí, en ese mundo mental es donde realmente alumbramos el universo que creemos que existe fuera de nosotros. En lo que llamamos afuera, más allá de nuestra piel, solo existe eso que llamamos vibraciones. En realidad no hay allí nada como los objetos o los seres. Todas esas percepciones interpretadas son meras conceptualizaciones que han dado lugar a una cosmovisión o visión mental particular del cosmos, lo cual equivale a decir, aunque parezca chocante, que no hay allí afuera un universo como el que creemos que existe. De hecho, ni siquiera las vibraciones percibidas por los sentidos llegan a la mente como tales sino transformadas en impulsos nerviosos que no son otra cosa que corrientes electroquímicomagnéticas, a partir de las cuales nuestra mente construye su propia deformación de la realidad, eso que los antiguos sabios denominaron Maya.

Esta mente ordinaria es en realidad el pensamiento convencional. El conjunto de sus observaciones es la memoria y contiene registros de nuestra experiencia, palabra a la que le hemos dado un gran valor pero que no es otra cosa que nuestra propia versión interpretativa y subjetiva de una realidad que no somos incapaces de percibir por este medio mental.
El yo ordinario resulta ser una sumatoria de experiencias subjetivas creadas por la actividad cerebral y el pensamiento convencional con el fin de crear un sistema de referencia para la conducta. La mayoría de los seres humanos no experimentan casi nunca ninguna otra forma de consciencia, así que cuando creen percibir  a su alrededor el universo, el cual confunden con la realidad, solo están viendo sus propias mentes.
En realidad solo tenemos nuestras percepciones, esas sensaciones de un fugaz e ilusorio presente que rápidamente se convierte en pasado. La ilusión del presente es creada por la mente porque en realidad no lo podemos percibir más allá del silencio mental. Las sensaciones que interpretamos son variaciones codificadas de las vibraciones percibidas, las cuales han viajado a desde el aparente emisor externo hasta el órgano de percepción, algunas a la velocidad de la luz, otras a la velocidad del sonido y las más cercanas, finalmente a la velocidad del impulso nervioso. Para cuando llegan al cerebro ya ha transcurrido algún tiempo desde la perspectiva de la mente acostumbrada a medir los cambios mediante esa figura, es decir, ya el presente se ha fugado y la percepción consciente corresponde a algo que ya ha sucedido. Literalmente, no percibimos el presente sino el pasado, lo cual representa una paradoja interesante.
Pero en realidad el tiempo es también una invención de la mente. Es solo un proceso mental adaptado para percibir los cambios de eso que llamamos universo. La física relativista de Lorentz y de Eistein han demostrado que, lejos de ser una constante, el tiempo es relativo y depende por entero de la velocidad de desplazamiento. A la velocidad de la luz los relojes se detienen por completo, es decir no existe el tiempo. Todos hemos sin duda vivenciado las variaciones de la sensación del paso del tiempo según nuestro estado emocional. En los momentos placenteros el tiempo parece volar en tanto que en los momentos que consideramos difíciles el tiempo parece detenerse. Igual sucede con el paso de los años. Lo que en la infancia parecía un tiempo muy largo ahora se escurre en un santiamén. No obstante, la tierra sigue girando a la misma velocidad sobre sí misma y alrededor del sol, lo cual haría los días y los años de igual duración independientemente de nuestras sensaciones.


La ilusión del tiempo es hija de la ilusión del espacio, la cual a la vez surge de nuestra manía de creer que existen cosas separadas. La física cuántica ha hecho incontables experimentos que demuestran que el espacio o distancia no es una realidad para las partículas entrelazadas. Es nuestra percepción la que al poner límites a las vibraciones y llamarlas objetos crea el espacio vacío, desconociendo que haya otras vibraciones no perceptibles para nuestros instrumentos y que conecten lo que creemos desconectado.

 Las últimas investigaciones científicas desconocen tal cosa como un espacio vacío y afirman que eso que llamábamos espacio está vivo de realidad potencial a punto de precipitarse, al ser captada por un perceptor u observador. Tiempo y espacio no tienen realidad independiente fuera de nosotros y son solo procesos del mecanismo de percepción animal. Dicho en términos sencillos, el espacio-tiempo es una creación mental tan irreal como el universo externo que alumbramos en el interior de nuestra cabeza.

 Tiempo y espacio son creaciones de adaptación de la mente al interpretar las percepciones de la realidad. No hay un mundo interior que nos pertenezca y un mundo exterior para ser examinado. El observador y lo observado son la misma cosa.El universo real es vibración infinita e ilimitada, es una unidad perfecta, sin fragmentos, sin espacios vacíos, que existe en la eternidad, es decir, fuera del tiempo.       
 El fenómeno de contracción de la luz cósmica que generó la creación, dio lugar a la multivariedad de vibraciones que se precipitaron como cristales que surgen de una solución salina homogénea y traslúcida, aparentemente separados, pero que al ser nuevamente disueltos vuelven a ser un todo homogéneo. La mente humana ordinaria funciona como un cristalizador que todo lo separa. La consciencia real, no la ilusoria sensación mental de estar conscientes, funciona como un disolvente universal que logra convertir lo separado en un todo homogéneo.

El aspirante al discipulado ha de esforzarse por ver más allá de las percepciones mentales ordinarias, más allá del tiempo y del espacio. Solo así logrará percibir la realidad de su conexión con todo lo creado en un universo real de infinitas potencialidades y posibilidades. 

La mente ordinaria ha construido la ilusión del yo, del perceptor separado. Si se ve más allá, se descubrirá que no se trata de una conciencia individual que observa y vive un proceso personal de evolución sino de una conciencia única que se manifiesta en múltiples variedades estructurales, en un proceso de movimiento o cambio continuo, fuera del tiempo, en tanto que lo observamos como creación. El universo que creemos ver solo existe en la medida en que lo observamos. El universo real solo es perceptible por la consciencia Unica, a la cual solo se llega al traspasar el triple velo astral, mental y espiritual, lo cual equivale a decir cuando desconectemos la mente de las emociones y salgamos de la ilusión del tiempo del espacio y de la separatividad.
Como expresó sabiamente el escritor, filósofo y poeta Ralph Waldo Emerson:"vivimos en sucesión, en división, en partes, en partículas. Mientras tanto dentro del hombre está alma del todo; el silencio sabio; la belleza universal, con la que cada parte y partícula está igualmente relacionada, el Uno eterno. Y este profundo poder en el cual existimos y cuya beatitud es completamente accesible a nosotros, no es sólo auto-suficiente y perfecta en cada hora, sino que el acto de ver y la cosa vista, el vaticinio y el espectáculo, el sujeto y el objeto, son uno. Vemos el mundo pieza por pieza, como el sol, la luna, el animal, el árbol; pero el todo, del cual estas son partes brillantes, es el alma.”

Vivamos en actitud de permanente observación, pensando acerca del pensamiento y vigilando el incesante vaivén del yo personal, del ego, de la mente ordinaria con todos sus pensamientos, volando como mariposa de flor en flor, hasta que logremos la serena expectación que nos concede el milagro de la percepción de la Seidad o Existencia Real, del Gozo que regala la quietud perfecta y del Conocimiento Absoluto que deriva de la comunión con el Todo.
Bendiciones para todos,

Alipur Karim


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martes, 6 de agosto de 2013

DISCIPULADO Nº 11 - LA INTELIGENCIA UNIVERSAL

DISCIPULADO Nº  11


LA INTELIGENCIA UNIVERSAL

La investigación científica asocia la inteligencia al cerebro. La investigación esotérica suele atribuirla al trabajo del Ego o Yo interno efectuado mediante la asociación entre el Cuerpo Mental y el cerebro. El aspirante al Discipulado debe trascender estos dos conceptos haciendo consciencia de la verdadera inteligencia.

La investigación y análisis de cualquier estructura presente en el universo, revelará un maravilloso orden, una sorprendente complejidad, ya sea que se aborde desde el punto de vista de la física convencional, de la física cuántica o de la química. En tiempos modernos, la tecnología permite ampliar nuestra capacidad de observación y nos sorprende aún más al mostrarnos aspectos macro y micro cósmicos que el ojo convencional no podría apreciar. Tanto en lo grande como en lo pequeño la aparente realidad está inteligentemente ordenada. Cada estructura enseña el resultado de un largo proceso de acomodación evolutiva del universo y la presencia permanente del movimiento y de la vida. Las nuevas criaturas o estructuras generadas en este proceso son igualmente ordenadas y llevan en sí una herencia extraordinaria de información inteligente que sin duda es independiente del cerebro, aún cuando es a través de él como estamos acostumbrados a comprender, analizar e investigar.

El ser humano le ha dado una especial importancia al cerebro y confunde inteligencia con proceso del pensamiento. En realidad, vivimos en una estructura física cuya actividad vital no es controlada por el pensamiento, pero la mayoría creen que es así  y hasta extrapolan esta creencia al mundo, creyendo que este puede ser controlado por el cerebro, el pensamiento o el deseo. La inteligencia no es exclusiva del cerebro ni de ninguna otra parte del sistema nervioso. El cerebro escasamente puede manejar voluntariamente en nuestro cuerpo aquello que tenga músculos. Trasladarse, hablar, ver, respirar, gesticular solo son completamente posibles gracias al movimiento muscular voluntario. Pero el cerebro no tiene control consciente sobre nada más. Ni siquiera cierta clase de músculos como los que facilitan el tránsito intestinal o el músculo del corazón están bajo esta clase de dominio. Para la mayoría de las actividades vitales el organismo recurre al llamado sistema nervioso vegetativo, el cual es un mecanismo automático, involuntario, sobre el que no tenemos ningún control consciente. Pero no podemos atribuir la inteligencia del cuerpo a este sistema. El desarrollo embrionario del ser humano tiene su origen en una célula heredera del material genético de sus padres, a partir del cual se forma una primaria estructura formada por tres capas denominadas ectodermo, mesodermo y endodermo las cuales nos son otra cosa que hileras de células que poco a poco van diferenciándose y especializándose siguiendo un programa predeterminado. En estas capas germinales originales no existe tal cosa como el cerebro o el sistema nervioso vegetativo. Estos aparecerán mucho más adelante en el desarrollo del feto. Vale la pena decir que el cerebro y en especial la corteza cerebral, asiento aparente de nuestra actividad consciente son la última adquisición de nuestra estructura corporal en el proceso de la evolución. Esto se revela en el desarrollo fetal. El cerebro es uno de los últimos en aparecer y aún debe madurar después del nacimiento antes de que un individuo pueda alcanzar alguna actividad consciente. Su desarrollo y evolución están ligados al programa predeterminado. Es decir, el cerebro está sujeto a la inteligencia y no al contrario.

El programa original de cada ser contiene toda la información relacionada con el desarrollo de la estructura, su funcionamiento, su equilibrio biológico, su capacidad de reacción y la posibilidad de hacer actualizaciones de nuestros programas. También incluye mecanismos de defensa y detoxificación. Toda alteración de la información básica de este programa redundará en una malformación, enfermedad o tendencia patógena y toda alteración funcional o estructural tendrá como consecuencia un deterioro físico, vital, emocional o mental. Las alteraciones pueden ser parte del contenido original, transmitido por herencia o pueden darse por agresiones internas o externas, mentales, verbales, emocionales, energéticas o físicas, por parte de otros individuos, animales, plantas, sustancias no compatibles o infecciones virales, bacterianas o por otros microorganismos y parásitos. Igualmente pueden existir deficiencias nutricionales, afectivas, sociales o cósmicas que desencadenen un proceso de disfuncionalidad o muerte.

Aparentemente el programa original está contenido en el ADN. No obstante, el ovulo fecundado es algo más que hélices de ADN y dos individuos con ADN idéntico, como es el caso de los gemelos univitelinos, son individuos diferentes aunque sus estructuras se parezcan mucho. La inteligencia trasciende el ADN. De hecho, los hijos de padres similares provienen de informaciones de ADN idénticas presentes en los espermatozoides del padre y los óvulos de la madre. En cada fecundación, el programa original correspondiente al ser que encarna determina qué parte del material de cada padre es tomado, dando lugar a hermanos diferentes con ADN distinto. El conocimiento espiritual revela que el programa original está contenido en el llamado átomo simiente o átomo primordial del cuerpo físico, un paquete de información que a la manera de un chip es colocado en la cabeza de uno de los espermatozoides del futuro padre y que debe coincidir con el átomo simiente del cuerpo vital o energético colocado en el óvulo de la futura madre. Tales átomos pertenecen a cada ser individualizado durante todas sus encarnaciones y hacen parte del juego de varios átomos simientes que son necesarios para el desarrollo del ser en cada vida. Estos átomos son programas que contienen todas las posibilidades de desenvolvimiento y evolución de la criatura a quien pertenecen y la información allí contenida es el resultado del proceso vivido a través de múltiples encarnaciones. Toda la síntesis de la experiencia es guardada en ellos. Al morir, después de un largo proceso de destrucción de la estructura física, vital, emocional y mental, los átomos son conservados. La personalidad, formada por estos cuatro vehículos destruidos, llega a su fin. La vida que actuó a través de ella se retira al mundo Mental abstracto. Esa vida actuante que algunos llaman el Triple Espíritu o Yo Superior, no es otra cosa que una proyección del Triple rayo de la Mónada o Espíritu Virginal. Es una triple fuerza cargada de información que se incorpora a la Gran Fuente de información del Espíritu Universal de la cual siempre ha hecho parte. Dicho de otra manera, lo que nosotros llamamos un individuo no es otra cosa que una forma particularizada de información del Espíritu Universal que actúa a través de las estructuras generadas, con un propósito específico, determinado por Su Universal Inteligencia. El impulso hacia una nueva encarnación surge de la Inteligencia Universal y fluye hacia su proyección. La encarnación no es planeada por el Yo, simplemente porque el Yo, tal como solemos concebirlo, como un ente separado de la Divinidad, no existe. El Yo superior es una forma de acción de la Divinidad y no un ente separado. Esta ilusión se crea cada vez que la Fuerza encarna, es decir que adopta una forma particularizada en el espacio-tiempo. Igualmente, si el Yo separado existiera no tendría en el Mundo mental, antes de la encarnación, ni un cerebro, ni un ADN, ni emociones, ni pensamiento, ya que éste último solo es posible mediante la acción del cuerpo Mental sobre el cerebro. La Inteligencia Universal no planea encarnaciones separadas. La Mente Universal (Mahat para el vedantista) lo ha contemplado todo de un solo golpe ya que la creación es una estructura en red y no un rompecabezas compuesto de pedacitos que encajan en un molde. Junto con “tu” programa de vida han sido contemplados los programas de vida de los aproximadamente 7.000.000.000 de habitantes que están encarnados simultáneamente contigo y los programas  de vida de los billones de animales, plantas, minerales, elementales, espíritus de la naturaleza, ángeles en todas sus Jerarquías  y demás criaturas de todas las corrientes de vida de esta creación. Todos estos programas están entrelazados siendo en realidad un solo programa. Es la creación que fluye y ha sido contemplada por la mente Divina, instante tras instante en el eterno presente de su Infinita Existencia. A través de cada aparente criatura fluye constantemente la Fuerza de la misma Divinidad, siguiendo el Plan de Su Divina Inteligencia Universal. Es la misma Mente Universal quien ha creado todos los arquetipos de forma y fuerza de todo lo existente porque El es la Existencia misma. Esra Fuerza Armónica ordenada e Inteligente fluye a través del Angel y de la piedra, del hombre y del animal, de la planta y del elemental. Todos los seres manifiestan de una u otra forma esa inteligencia de una manera aparentemente particularizada para los propósitos del Plan Único  Al igual que los colores del espectro son simples reflejos aparentes de una única luz que atraviesa el cristal, cada ser no es más que una forma particularizada de la Vida Universal que manifiesta la multivariedad en la secuencialidad y la Unidad en la atemporalidad. Cada paquete de información, cada parte del programa tiende a su expresión y va creando, en un creciente proceso, la ilusión del ego, del yo separado, que luego adorna con la figura de un Yo Superior. La Vida Universal está en inconsciencia profunda en el elemental, duerme en el mineral, sueña en la planta, siente en el animal y despierta en el hombre, viéndose con claridad a sí misma en el ser iluminado y en el ángel.

Esa compleja estructura física, vital, emocional, mental y espiritual en la que parece habitar tu yo es una forma particularizada de la Inteligencia Universal que se esfuerza para verse a sí misma, deshaciendo la obstrucción que genera la ilusión de la separatividad, para fluir con todo su Poder con entera Libertad. Al paso de la Luz crujen las tinieblas generando el proceso del sufrimiento humano, el dolor de los egos que en su ilusión de ser tan grandes como Dios no pueden ver que son la Divinidad misma. La prepotencia del ego no es más que agua estancada de la Divina Fuente, agua que perdió el cauce del río de la Vida, luz apagada en la profundidad de una caverna.
Es necesario permitir que la Verdadera Inteligencia fluya a través de toda estructura humana, permitiendo que el verdadero discernimiento, el proceso contemplativo que se halla más allá del pensamiento ordinario, basado en la memoria y los patrones emocionales descontrolados, atrapados en el vaivén del tiempo, retome el control, vuelva al cauce y permita que el cerebro cumpla la verdadera función para la que fue creado: el fluir de la Sabiduría, la expresión de la Inteligencia Universal. El pensamiento ordinario, con todo el proceso del silogismo, del raciocinio, es un simple juego comparado con la maravillosa complejidad que inunda al ser iluminado, conectado con la Fuente de la Sabiduría Universal. El conocimiento que deriva del pensamiento es una mera falacia virtual que envejece y muere con el tiempo para convertirse en falsedad, pues el pensamiento desconoce el Plan Original, el verdadero Arquetipo de la Creación. El pensamiento junto con sus ayudantes de laboratorio, los órganos de los sentidos, son incapaces de percibir la realidad, solo ven su reflejo, quizás su sombra. Los sentidos nos hacen ciegos a la Verdad; el pensamiento egóico, con su carcelera la memoria psicológica, nos invalidan para sentirnos en la presencia Divina. Hay que huir del condicionamiento, hay que escapar de la prisión del intelecto, hay que ir más allá de los sentidos y más allá del tiempo, hay que dejar de sentirnos como pedazos de la Creación y ver que somos la Creación misma y el Creador actuando en ella, develando su sueño de verse reflejado en el espejo de la Manifestación. Hay que permitir que el triple velo astral, mental y espiritual sea corrido para permitir el paso de la luz, de esa Luz Universal que siempre ha estado ahí, contenida, dispuesta a fluir cuando hayan sido liberados los obstáculos que estorban su paso.

El ego, el falso rey actual de tu personalidad debe abdicar al trono y ceder el paso al Verdadero Rey. Esfuérzate en ello, no como un yo, sino en la consciencia de la Unidad, de la Totalidad,  de la complejidad de la Red del Tejido Infinito de la Divinidad. Extiende tu visión, mira más allá. No eres alguna clase de ser abstracto escondido en el cerebro. No pretendas hallarte allí como quien busca al locutor dentro de un aparato de radio. El artífice está más allá. Tu cerebro es solamente un maravilloso instrumento biológico que aun no alcanza el propósito de la Inteligencia que lo construyó. Este aparato no construye la inteligencia. Ella lo genera a él y le permite evolucionar. Busca la verdadera Inteligencia, cambia el dial, sintonízate con la frecuencia correcta, pásate al modo Consciencia Infinita y  encuentra la clave del contacto con la Sabiduría Universal. Deja de buscar al yo en el cerebro, en las creencias, en los partidismos, en las organizaciones. Nunca lo hallarás allí. Deja de buscar al yo. El yo no existe. Solo hay una Única presencia: la Vida que actúa a través de esa estructura particular de la que te crees dueño, que es la misma que actúa a través de todas las estructuras de las que otros tantos egos buscándose a sí mismos se creen dueños. Tu alma, el Alma del Mundo es como una mariposa en  crisálida. La estructura es el capullo. Rompe tu capullo alma divina y emprende el vuelo de la Libertad.

El cerebro, además de ser un supervisor de la actividad del organismo, debe ser un instrumento puente entre el mundo biológico, el mundo de la energía o etérico y el mundo mental. La actividad del pensamiento ordinario hace que el cerebro quede atrapado en la actividad repetitiva de la memoria, la cual es la base del yo inferior o ego. En este estado cada conjunto de estructuras individualizadas se creerán individuos y soñarán con obtener satisfacciones meramente materiales, con tener y mantener una familia y alcanzar el éxito en la personalidad para ser reconocidos en la sociedad. El pensamiento convencional no permitirá ir más allá.

El ego inferior es un truco de la Divinidad para permitir que la estructura alcance la supervivencia y el desarrollo necesarios. Este proceso se lleva a cabo hasta la edad de veintiocho años. En este tiempo, el individuo pasa por varias etapas que hacen parte del desarrollo psicológico  a la par que los llamados vehículos de la personalidad (físico, etérico, astral y mental) alcanzan la misma estatura de la encarnación anterior. A partir de esta edad, en sucesivos períodos de siete años, los vehículos superiores, sin forma, surgen paulatinamente. Esta triple fuerza espiritual llamada el Yo Superior (Atma, Budhi, Manas o Triple Espíritu) debe hacer conexión con el cuerpo físico a través del puente en el cerebro, desterrando el control del pensamiento y la ilusión de la separatividad. Si esto no se consigue, el individuo será un personaje más del montón cuya mente patina una y otra vez en el condicionamiento de su memoria, atrapado en sus hábitos, manías, deseos, emociones y recuerdos, es decir se convierte en un autómata comandado por el yo inferior que es todo lo anterior. Si logra el contacto, se implantará el comando de su Yo Superior. A la edad de cuarenta y nueve años, no obstante, este Yo Superior debería dar paso a la conciencia de Unidad. Si el ser logra dar el salto, la Luz Universal permeará toda la estructura y hará que el predominio de la Triple Fuerza Divina, la proyección del Triple Aspecto Divino, tome el comando. Si no se logra dar el salto, el ego inferior o Superior seguirán tomando el comando y patinarán en la misma rueda de la espiral evolutiva, viviendo otros siete periodos septenarios en los cuales intentará corregir aquellas deficiencias o fallas cometidas en el proceso correspondiente a cada vehículo, con el fin de alcanzar el objetivo, en el caso de que sea el Yo Superior o Ego quien comanda. Pero si se trata del ego inferior, esa ilusión virtual que nos hace creer que somos individuos separados, es posible que surjan violentos impulsos o deseos reprimidos de otros tiempos y que el ser experimente una especie de retrogradación a la infancia o la adolescencia, aspectos que con gran frecuencia se aprecian en las personas de edad avanzada. Esto representa una caída al abismo, de la cual solo es posible escapar mediante la muerte y una nueva encarnación.

El Yo Superior o Triple Espíritu intentará dar la batalla por el trono de la estructura, mediante algún proceso como el del Probacionismo y tal vez se ayude de la Ronda Interna en la cual cada año de un septenario representa a un septenario completo para hacer o corregir el trabajo necesario en cada vehículo.

En el proceso del Discipulado, el ego no está invitado. Es imposible invitar a alguien que realidad no existe.

En el proceso del discipulado está invitado el Yo Superior y el trabajo comienza con el desarrollo de Manas, el Espíritu Humano, quien opera más allá del pensamiento ordinario, en el Mundo del Pensamiento Abstracto.

 La meditación contemplativa es la práctica más adecuada para permitir la conexión del Manas con el puente del cerebro y permitir que el discernimiento verdadero, el fluir de la Inteligencia Universal, sea la mecánica permanente.. Esto generará una extraordinaria mutación evolutiva en el cerebro que hará que el proceso elevado de percepción alcanzado sea el estado natural y que sea imposible el manejo del pensamiento ordinario. El Yo superior habrá escapado para siempre de la prisión del intelecto y comprenderá que es necesario dar paso a la Luz. Entonces será cuando el conocimiento perfecto del Plan Primordial y la Sabiduría fluyan a través del ser.

Alipur Karim
  

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