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Estudios Occidentales De La Sabiduría Bíblica Los Cinco Seguidores


Estudios Occidentales De La
Sabiduría Bíblica

El Discipulado 
 Los Cinco Seguidores                                                         El Grado De
Compañero

Parte I

El Mar de Galilea, siempre estrechamente asociado
con el Ministerio de Cristo, en los primeros tiempos de
la cristiandad sustentó la más interesante situación;
porque casi en forma circular, estuvo rodeado por doce
pueblos. Todos prominentes en la actividad y vida del
Maestro. El tamaño de estos pueblos era tal, que las
afueras de uno, se unían con las fronteras del próximo.
Hacia el norte, donde el río Jordán fluye al mar de
Galilea, quedaban Cafarnaún (Capernaum), Betsaida y
Magdala. De Cafarnaún, vinieron cuatro de los más
ilustres Discípulos. De ellos, Andrés y Pedro fueron los
primeros en conferir obediencia al Maestro.

Andrés

Andrés fue el primero en ser llamado, pero nunca actuó
de primero en el puesto de dirección. Fue
profundamente humilde, de una naturaleza callada y
retraída. Andrés reveló su verdadera grandeza, cuando cedió su primer lugar a su famoso hermano y permaneció satisfecho al brillar, en la gloria de Pedro. Andrés y Juan, parecen
haber trabajado juntos en un íntimo compañerismo. Un fragmento de un canon muy antiguo del Nuevo Testamento indica, que Andrés ayudaba a Juan, a escribir su Evangelio. Él fue llamado el santo patrón personal, de los obreros.
La segunda y tercera parte de estos cuatro estudios, comenzaron en los Rayos de la Rosacruz de Noviembre-Diciembre 2002, considerando a los cinco discípulos pertenecientes al segundo grado de Compañero del Discipulado.


Según los informes de Eusebio, Andrés encontró la muerte en Grecia, por orden Aegeas (Aegeates), quien se quejó de todas las personas que abandonaron el culto del templo, para
seguir los milagros de la nueva disciplina proclamada por tal Discípulo. Andrés fue acusado de culpar a las personas de rendir culto a la vieja religión; la cual vertía, bebidas a los dioses.
Andrés negó haber dicho eso, por lo que se le ordeno al Discípulo impartir los secretos a Aegeas, de su arte mágico. Además, de ser colgado en la cruz, por representar el emblema de
su fe. Andrés contestó, “Si ustedes no conocen la verdad del discipulado; entonces, deben vivir la existencia para aprender ese arte que antes inquirieron. La tortura, no puede trazar de
mí, tales sagradas cosas”.
Cuando Andrés fue puesto en cruz, él exclamó con una bonita sonrisa que hizo radiante su cara: “Me regocijo por ser colgado en la cruz de Cristo; la cual, ha adornado Sus miembros
como si fueran perlas”.
Cuando oró, se sintió alegre y triunfante. La gran luz de cielo resplandeció como iluminándolo; rodeándolo con tal esplendor, que los ojos de los mortales no pudieron verle.
Al ser levantado de la cruz, Maximilia, la esposa del gobernante, ungió su cuerpo con costosas especies, y lo puso en su propia tumba. Esta santa mujer, había sido iluminada por el
amor de Cristo; y vivió calladamente, con el Cristianismo.

Tomás 

Diófenes y Rea, eran prósperos posaderos en la ciudad Siria de Antioquia. Diez años después que Tiberias se convirtiera en Emperador, tuvieron gemelos (El varón Tomás; y la
hembra, Lisias), que nacieron de esta pareja. Cuando Tomás tenía catorce años, un accidente le ocurrió; el cual, según él, le había marcado significativamente su destino. Tres rey Magos,
regresando de una visita a Jerusalén, estuvieron dos días en la posada. El muchacho se impresionó profundamente con la historia que ellos contaron, al encontrar una gran estrella y
el bebé que nació en un pesebre. Este niño, le dijeron los hombres Sabios a Tomás, se convertiría en el rey de Luz.

Perplejo de fe, pero puro en hechos.
Por fin, él tocó su música.
Allí vive más fe, en honesta duda.
Creerme, es la mitad de las creencias.

Esas líneas de Tennyson, son apropiadas para Tomás, el Discípulo que dudaba, y de quien se ha dicho: “Las dudas eran simplemente los menores acordes en una vida, que
produjo una emocionante armónica música”.


Tomás se sintió pesimista y desalentado; pero también se percibía sin temores, fiel y constante, luego que sus dudas fueran aliviadas. Era un literalita en los primeros días de su discipulado. Posteriormente, después de las maravillosas experiencias que se le interpusieron al Grupo interno en el ínterin entre la Resurrección y la Ascensión, todas sus oscuras interrogantes fueron barridas. Su duda se transformó en una gloriosa y certera realización, al
nacer del conocimiento de primera mano, lo que lo elevaría al estado espiritual al lado de Pedro y Juan. En ese Octavo Domingo de Pascua, cuando Tomás exclamó adorando al
Ascendido Cristo: “Mi Señor y mi Dios”, su dedicación se completó.
Después del Pentecostés, Tomás fue hasta la India, para llevar el mensaje del Cristo.
Allí, en las ruinas de los modernos tiempos, en la costa de Malabar, existe una secta que se autodenomina los Seguidores de Santo Tomás. Este Discípulo, era conocido como un
verdadero maestro constructor y es; incluso, llamado el santo patrón de los arquitectos. Su símbolo, es la Escuadra Masónica. La Logia Masónica del Kilwinning, de Escocia, fue
dedicada a su nombre. Como Juan, Tomás es un apóstol de Gnosis; porque tipificó el intelectualismo, como frecuentemente se halló en la sociedad Helenística.
La siguiente leyenda, se encuentra en armonía con la investigación ocultista. Cuando Tomás estaba en India, el rey Gundaphorus, supo que él era un constructor, por lo que le otorgó una alta suma de dinero para que le construyera un lugar para el invierno. En ese
momento, el hambre entre los pobres era muy dolorosa, por lo que Tomás gastó todo el dinero del rey, para aliviar tal condición. Cuando el rey regresó a su provincia para descubrir que
ningún edificio había sido comenzado aún, y que todo el dinero había sido gastado, mandó a Tomás a prisión con la amenaza de que debía ser desollado vivo. Antes de que esta frase
pudiera expresarse, el único hermano del rey falleció repentina y sosegadamente, y al aparecer ante el rey Gundaphorous le dijo, que los Ángeles le habían mostrado un palacio
glorioso en cielo, edificado por Tomás, con sus actos de amor y servicio a sus hermanos sobre la tierra. El rey, atendiendo al mensaje de su hermano, mandó a liberar a Tomás de prisión;
luego de descubrir, sus buenas obras.
Los incidentes descritos en esta leyenda, se basan en el conocimiento de primera mano.
Todos son construidos en los reinos internos, donde las condiciones y el ambiente se conocerán después de la muerte; y uno que tiene el cielo, refleja exactamente la vida sobre la tierra. “Yo soy cielo e infierno”. El amor y el servicio vertidos fuera de la tierra, se convierten en belleza y productividad en el cielo. El individualismo y egoísmo, se reproducen aquí como el pecado y el sufrimiento. La exactitud y la justicia, es el trabajo de la Ley de Causa y
Efecto, en todos los planos del ser.
En esta historia apócrifa de Tomás se encuentra; quizás, la primera referencia al tema del Palacio Interior, famoso en los tiempos medievales, como el Castillo del Santo Grial. Es
significativo que una antigua leyenda alemana, se relacione cuando el Grial desapareció de Europa, para ser llevado hasta la India, y ocultado por los ojos de un hombre en el alto Himalaya. De nuevo, se escribe que Parsifal tenía hermanos gemelos, Feirfeis; “en el este”, quien al final sacó el Grial para entregárselo a su hermano (Una referencia de las comunidades orientales Cristianas del medio y lejano oriente, donde todas las áreas en los tiempos antiguos, incluían el nombre de la India). El ministerio de Tomás incluyó Persia y la región de Bósforo, así como la propia India. Fue en la India, donde Tomás encontró la muerte
de un mártir.
En el curso de su ministerio, Tomás realizó muchos trabajos milagrosos considerados como hechicerías por sus enemigos. Fue encarcelado bajo la sentencia de muerte, pero era tan
popular con la gente, que las autoridades temieron que ellos podrían intentar su rescate, por lo que lo enviaron a las montañas bajo la guardia de cinco soldados. Dos caminaron a cada lado;
y uno, delante. Observando su posición, Tomás exclamó: “¡O ocultos misterios de la Vida!
Miren, cuatro han puesto a mi lado, porque estoy compuesto de cuatro elementos, y uno me guía hacia donde pertenezco; hasta el Uno, hacia quien yo siempre voy”.


Cuando Tomás oró, en seguida los cuatro le pegaron. El simbolismo aquí es muy hermoso. Para representa la personalidad y el Uno del Espíritu. Los cuatro lo golpean, pero sólo la personalidad es destruible; el Espíritu, el Uno, es inmortal.

Los discípulos de Tomás envolvieron su cuerpo en mantos de fino lino, y lo pusieron en una tumba. Cuando ellos
estaban sentados, observaron que él reapareció ante ellos en su cuerpo espiritual y les dijo: “Yo no estoy allí. ¿Por
qué ustedes se sientan, a mirar? Yo he subido para recibir las cosas que espero; y luego de un tiempo, ustedes también serán llevados a mi lado”.
Es un notable comentario sobre Santo Tomás, que en la apócrifa historia, se le describe como haber alcanzado el mismo perfil de Cristo. Tanto, que cuando el Maestro Jesús en su
cuerpo de Resurrección apareció en la India (Una leyenda que no ha recibido la atención que merece); los dos, no podían distinguirse separadamente. Juan (El pariente del Maestro), debió
haber nacido parecido a Él, pero su semejanza de ninguna manera es notable; sin embargo Tomás, conforma haber evolucionado a Su semejanza, por alcanzar la Cristificación de su
Espíritu Verdad es que los individuos iluminados a través de las edades, han reconocido la fundamental unidad de los profundos conceptos espirituales de oriente y occidente. Esta
unidad de doctrina, ha sido expresada por todos los siglos por Unos Sabios de muchas maneras; tanto en parábolas, como en leyendas. El método de acercamiento varía de acuerdo
con las diferencias raciales y medioambientales; pero la Verdad, es Una.
El Maestro Supremo demostró éste hecho cuando vino a traer al oriente, un mensaje que ha sido una máxima en el occidente. En la actualidad, el occidental encuentra su centro actuando; y el oriental, siendo. El curso de la sabiduría es un justo intercambio de valores entre los dos. El occidental, debe aprender a espiritualizar sus actividades; y el oriental, activar su poder espiritual latente.
El escritor de ocultismo Dr. Rudolf Steiner, enfatiza la importancia de esta fusión en su libro: El Este en la Luz del Oeste. Él señala, que éstos “dos mundos deben unirse con amor”;
y agrega, que “eventualmente reconoceremos que hay una luz en el Occidente, la cual brilla para hacer que se origine en el Oriente, más luminosidad a través de su propio poder”.
Concluye exponiendo, que cuando cualquier hombre alcanza el lugar donde puede conocer ambos caminos, su unidad fundamental es claramente reconocible.
El muy conocido clérigo, Dr. E. Stanley Jones, en su libro: El Cristo del Camino Hindú (Casi un clásico religioso), también apunta a la misma Unidad del Espíritu, entre el oriente y
el occidente. Y Nicolás Roerich, pintor, poeta y filósofo, cuyo universalismo de espíritu lo llevó a ser conocido como el Walt Whitman de la pintura, dedica su genio cultural y artístico
al servicio de su unidad. Él predicó acerca de una clériga femenina; la Señora de las influencias, quien creará un puente entre los dos mundos, y su fusión espiritual dará a la humanidad, un poder espiritual y una estética cultural más trascendental y hermosa, nada
conocido previamente.




El Discipulado El Grado De
Compañero

Parte II

Mateo

EL MAESTRO vio a un hombre llamado Mateo, sentado como de costumbre como recaudador; y le dijo, “Sígueme”.
Mateo era un recolector de impuestos para el
gobierno Romano; y cobrador de rentas públicas, de su propio pueblo como tributo extranjero. Lo cual, le ganó el despreciado nombre del “publicano”. Él dejó una posición de
mucha prominencia y gran riqueza, para seguir a Cristo Jesús. Luego, de pensar que lograría un elevado poder espiritual, siempre mantuvo una profunda humildad de espíritu. Esto se ve
únicamente en su propio Evangelio; al cual él lo llamó, el Evangelio de Mateo, el publicano.
El nombre Mateo quiere decir, “regalo de Dios”.
En Palestina, un exactor o publicano, bajo el empleo del gobierno Romano, era considerado como un leproso social. Publicano y pecador, eran iguales condiciones, en las mentes de las personas. “Corrupto por el dinero”, se les consideraban a hombres tales como
Mateo, quien fue rechazado en el Templo. Su juramento era nulo y sin valor en las cortes. De tal degradación, Mateo fue llamado para convertirse en uno, de los Doce.
Otra legenda del Oriente, del presente efecto:
En un grupo de muchachos apiñados alrededor del cuerpo de un perro muerto, en uncanal de Jerusalén, uno  de ellos comentó: “Tiene un ojo afuera”. Otro dijo: “Perdió la vida en
una lucha de carros”. “¡Que fea brutalidad!” exclamó un tercero. “Su pelo está enmarañado con suciedad y sangre”.
“Pero mira sus dientes”, sugirió un extraño que pasaba. “Son tan blancos y finos como perlas”.
“¿Quién es ése?” preguntó uno de los muchachos; y otro que lo conoce respondió, “él es Jesús, el Galileo”.

Uno de los principales objetivos del divino Camino de la Enseñanza, era instruir a los hombres a manifestar su divinidad latente. Sí, la divinidad dentro de todas las cosas. Que ese
hombre Mateo, uno de los publícanos despreciados; y luego uno de los Doce inmortales aprendiera tal lección, es evidencia que la prominencia le concedió la Regla Dorada en su
Evangelio. Se ha dicho que Mateo escribió esta Regla, en cartas de fuego sobre el pergamino eterno.
Su transformación de la vieja vida; a una nueva, fue completa y total. Todas las parábolas del Evangelio de Mateo revelan una obra de justicia, con equitativa distribución y generosa reciprocidad. Bajo el divino encanto del Maestro, él dejó de ser “Mateo el
publicano”, para convertirse en: “Mateo el santo”. Su Evangelio, enfatiza el hecho de que el hombre no puede servir a dos maestros; y él, lo probo en su propia vida.
Su ministerio se centró mayormente en expulsar las entidades demoníacas (Las obsesiones). En Hierapolis, sanó a la esposa de rey Fulvanus, también al hijo del rey y a la esposa del hijo, quienes estaban afligidos igualmente. En gratitud, todos ellos abrazaron la
Cristiandad; luego que Mateo se marchara, para continuar sirviendo al Cristo.
Lo siguiente, es un viejo registro del martirio de Mateo: “Él, habiendo sanado a la esposa del rey de obsesión, el demonio apareció ante el rey, enmascarado como un soldado
para alistar su ayuda; en procura, de la muerte de Mateo. Siempre que el soldado (El demonio) aparecía, Mateo era invisible. El rey entró en la iglesia diciendo que deseaba convertirse en un discípulo de Mateo, pero cuando él se acercó al santo, fue golpeado con
violencia por la ceguera. Mateo lo sanó tocando sus ojos. Cuando Mateo intentó reprochar al rey por sus malos modales, éste lo arrestó y lo clavó en la cruz. Su cuerpo fue cubierto con
aceite y un montón de matorrales encendidos. Pero el fuego se transformó en rocío; y Mateo, quedo ileso como adormecido. Muchos se le acercaron; y al tocar su cuerpo, fueron sanados
de enfermedades y obsesiones. Luego el rey puso el cuerpo de Mateo en un ataúd de hierro, para dejarlo sumergir en el mar. Los discípulos de Mateo llevaron pan y vino hacia la playa; y
cuando el Sol subió, vieron a Mateo caminando en el mar al lado de dos hombres con brillantes prendas”.
Esta mística leyenda refiere, a los fatigosas preiniciaciones del Fuego y el Agua, en donde el discípulo aprende que posee la habilidad de pasar a través de estos elementos, y
permanecer ileso. La fábula aporta la adicional información de que el rey, junto con su esposa e hijo, se hicieron cristianos. Mateo los bendijo, y el nombre del rey fue cambiado de
Fulvanus, a Mateo, el de la esposa del rey; de Ziphazia, a Sophia (Sabiduría), y el de la esposa de su hijo; de Erva, a Synesious (Entendimiento).
Uno, al convertirse en un Iniciado, como aspirante, recibe un nuevo nombre, un simbolismo de ciertas características espirituales ya desarrollado o adquirido. El Iniciado, al conocer el nuevo nombre de otros, inmediatamente conoce el estado de su desarrollo.

Mateo vivió una existencia de austeridad extrema, al subsistir con nueces, raíces y bayas. Permaneció en Jerusalén durante varios años después de la Crucifixión, y luego fue a Egipto y Etiopía, para enseñar y sanar. Su Evangelio, contiene la cuenta de dos milagros, diez parábolas, nueve discursos y catorce incidentes; que se relacionan a cierta medida, con el logro de la preiniciación (No existente en los otros Evangelios).
La primera Iglesia Sacerdotal, escribe sobre Mateo:
“Estuvo durante cuarenta días orando y ayunando en las montañas, cuando Cristo Jesús apareció ante él diciéndole: “Toma ese filo de camino, baja y planta esto en la puerta de la iglesia fundada por ti y Andrés. En la medida que lo plantes, se convertirá en un árbol con
ramas de treinta codos largo; y cada rama, producirá diferentes frutas. Del copo fluirá miel; y de la raíz, emergerá una gran fuente en donde todas las criaturas de la tierra se bañarán. Y al
quedar limpios, se avergonzarán de su desnudez, y se pondrán estrechos ropajes de oveja”.
Mateo hizo lo que le fue requerido, y todos quienes se bañaron allí, se vieron cambiados y semejantes a Mateo. El árbol era hermoso y floreciente, como los del Paraíso; y un río nacido de él, regó toda la tierra”.
Tales leyendas como esas, son interesantes para el cristiano esotérico, porque están llenas de verdades ocultas. Ellas, llevan conocidos señales a todos quienes han transitado el
mismo místico camino; y para quién habiendo vislumbrado la visión, está intentando en pisar el Sendero del Logro.

Felipe

Felipe de Betsaida, se menciona siete veces en el Nuevo Testamento; y cada referencia es una indicación de su temperamento que era espiritual y también cierto, firme, sincero y
fidedigno. Alto y delgado, era de apariencia imponente, con el pelo oscuro y los ojos azules brillantes. La leyenda reporta que su hermana Marianne, también se convirtió en un discípulo
del nuevo camino; y acompaño a Felipe y su amigo Bartolomé (Natanael), en sus peregrinaciones misioneras en tierras extranjeras. Felipe, fue el primer apóstol de los Samaritanos.
Felipe y Mateo fueron convocados por Jesús, para que alimentaran a la multitud. Pero ellos, eran incapaces de hacer tal demostración. Así que el mismo Maestro, multiplicó los panes y pescados para alimentar a cinco mil:

Y todos comieron y se saciaron.

Y de lo que sobró recogieron doce canastos llenos de pedazos de pan y de los peces.
Y los que comieron los panes fueron cinco mil hombres.


A pesar de su fracaso en tal ocasión, el hecho de que el Maestro los llamara a realizar dicho milagro, es un indicativo de su
fase muy elevada en el discipulado.
Luego de las grandes transformaciones producto del milagro de Pentecostés, el particular trabajo de Felipe fue la sanación.
Cuando viajó a través de Asia en su ministerio de curación; fue tan exitoso, que inmensos números abandonaron sus cultos en los templos, para seguirlo. En Hierapolis, Nicanora, la esposa del procónsul, se curó y se convirtió en su discípula. El procónsul y los sacerdotes del templo, juraron vengarse de Felipe y sus compañeros (Marianne y Bartolomé).
El marido de Nicanora declaró, que ella estuvo rodeada por una luz muy luminosa y extraña, por lo que no se atrevió acercársele.
Atribuyendo tal acto, a la hechicería, por lo que indujo reducir a los tres y arrestarlos en su presencia. Ellos fueron llevados hasta la casa de Starchys, un discípulo. Por orden del sacerdote, serían desnudados para encontrar sus instrumentos de encantamiento; y luego, colgados ante el templo. Las muchedumbres se mofaron e insultaron a la santa doncella Marrianne; y cuando intentaron rasgar sus ropas, ella fue cubierta por una nube de luz que la
ocultó de la turba.

Cuando Felipe y Bartolomé terminaron en las cruces, el Salvador apareció, y con Su mano, marcó una Cruz con una Luz que descendió del cielo con la apariencia de una escalera.
Viendo esto, las personas se llenaron de temor, e intentaron soltar a los prisioneros.
Felipe, sabiendo que su espacio terrenal había acabado, le dio su bendición a Bartolomé y Marianne, diciéndoles que fundaran una iglesia en ese lugar, a cargo de Nicanora y ministeriada por Starchys. Él continuó: “En el lugar que caiga mi sangre sobre la tierra, una vid emergerá y producirá uvas”. Estaba consciente de la presencia de su amado Maestro, en sus últimas horas. Todo el físico dolor fue transmutado en espiritual beatitud; al igual, que él.
A su vez, confortó a los discípulos reunidos a su alrededor; y finalmente, pasó hacia los reinos más altos, orando por sus perseguidores.
Marianne y Bartolomé, escaparon de la muerte. Ellos lo cuidaron y enterraron su cuerpo con la bendición de los Ángeles. Cuando estaban preparando los últimos ritos, una Voz del cielo se oyó diciendo: “Felipe, el Apóstol, ha sido coronado con un incorruptible corona, por Cristo Jesús”.
Después de tres días, una planta creció de la santa sangre de ése Discípulo. Una iglesia se estableció bajo Starchys, como obispo. Nicanora y todos los creyentes, se congregaron y
nunca dejaron de glorificar a Dios; y toda la ciudad, creyó en el nombre de Jesús. Felipe aparecía a menudo para bendecirlos diciéndoles: “El paraíso se me ha abierto, y he entrado en
la gloria de Jesús”.
El Libro de los Hechos, abre con una descripción la Ascensión. Los Evangelios contienen la historia de la vida de Cristo Jesús. Los Hechos, detentan la cuenta de la demostración de Cristificar poderes, cuando se manifestaron en las vidas de Sus individuales
seguidores o discípulos.
El Cristo, entregó Sus enseñanzas a la multitud. Él se mostró en su gloria a quinientos.
Ahora, Su último íntimo toque estaba, con el grupo interno o esotérico que había calificado para el conocimiento espiritual más profundo. Este grupo, incluyó a los once restantes
Discípulos, a María (La madre de Jesús), María Magdalena, las otras mujeres santas, Lázaro, y a sus hermanas: Marta y María:
Y… les mandó que no se alejaran de Jerusalén sino que esperasen el cumplimiento de la promesa del Padre, la cual (Dijo) oísteis de mi boca.
Y es que Juan bautizó con agua, mas vosotros habéis de ser bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días. Hechos, 1,4-5
Esta último aparición del Cristo se dio, para dar a los congregados, la instrucción preparatoria para recibir el Espíritu Santo.

Bartolomé

La leyenda dice que Nathaniel, cuyo último nombre era Bartolomé, fue hijo del Príncipe de Talmai, una familia referida por Josefo. El Cristo nos describió a Bartolomé, cuando Él lo describe sin engaño. Bartolomé, era un místico cuya predominante nota era la pureza. Cuando Felipe lo llevó ante el Gran Maestro que había encontrado, las primeras palabras del Maestro a Su nuevo Discípulo fueron: “Cuando usted estaba bajo el árbol de higo, yo lo vi”.
El árbol del higo simboliza, la regeneración. Este saludo implicó, que Él conocía el trabajo de Bartolomé de preparación para el discipulado; a través, del proceso de regeneración.



La amistad entre Bartolomé y Felipe puede compararse con la que existió entre David y Jonathan. Nathaniel Bartolomé, fue
referido con "pelo negro, hermosa piel, bonitos ojos grandes. Era de media estatura; no alto ni bajo, pero medianamente. Vestía
con unos blancos ribetes bordados de púrpura; y sobre sus hombros, una capa blanca. Su voz, era como el sonido de una
fuerte trompeta.
Estuvo acompañado por los Ángeles de Dios, quienes nunca le permitieron sentir cansancio, ni hambre o sed. Su cara, alma y
corazón, siempre estaban alegres y llenos de regocijo. Él preveía todas las cosas. Sabía y hablaba las lenguas de cada nación.
Cuando los Discípulos se dispersaron después de la Ascensión, él y Felipe viajaron juntos por muchas regiones. Luego de la
muerte de Felipe; Bartolomé fue hasta Etiopía, donde fundó la primera Iglesia Cristiana. Allí, liberó a la hija del rey del
poder de obsesionados demonios. La muchacha, se volvió una de sus discípulas, y le dijo a su padre: "Él sabe todas las cosas,
habla todos los idiomas; y se asiste en la vida, con los Ángeles de Dios".
El rey, envió inmediatamente a Bartolomé camellos cargados con regalos de oro, plata y piedras preciosas. Entrada la noche, él se apareció en el cuarto del rey preguntándole: "¿Por
qué me envió esas cosas terrenales? Mis deseos no son más carnales, porque están centrados en las cosas del cielo".
Luego de la partida de Bartolomé, el rey y su hija se volvieron líderes de la comunidad Cristiana en Etiopía, donde lograron muchas buenas cosas para su pueblo.
Se dice que Bartolomé sufrió su martirio en Armenia, al ser despellejado vivo.


-Corinne Heline-

Extraído de: http://newagebible.tripod.com/ch_fellowship1.htm

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