MENSAJE DE ALIPUR KARIM
(ABDUL SALAM)
Agosto 12 de
2016
El juego de la Divinidad es un juego de
máscaras.
La divinidad se expresa a través de
diferentes seres y en éstos en diferentes niveles. Se encuentra por ejemplo el
nivel mundano, el nivel de la personalidad; esa es la máscara más externa. Pero
más allá del nivel de esa individualidad, de una aparente personalidad manifestada,
se encuentra el nivel del Alma: una apariencia de luz de la Divinidad que
habita en cada ser. Y más allá del nivel del
Alma divina está el nivel de la Expansión Infinita. El nivel de la
personalidad se manifiesta en la forma, en la conducta, en las emociones y los
sentimientos, en la expresión intelectual
y en la palabra. El nivel del
Alma está más allá de la mente, en los mundos espirituales, y el nivel de la Expansión
Infinita, está más allá de toda concepción de personalidad, está en la
identidad de la Divinidad con el Hombre Perfecto.
La Divinidad comienza a revelarse en los
distintos niveles: primero, en el nivel de la personalidad, trata de crear un
espejo; la limpia y la pule, poco a poco, en el nivel físico, en el nivel
emocional y en el nivel mental, y esto permite
que sobre este espejo se refleje el nivel del Alma; luego pule el nivel
del Alma y a través de ese nivel
construye un espejo poderoso en el que la Expansión Infinita se refleja. El Infinito
reflejado entonces abrillanta al Alma y la hace semejante a Dios; el Alma iluminada
se refleja en el espejo pulido de la personalidad y puede manifestar la luz
de Dios hacia el mundo manifiesto.
El discipulado es la puerta a través de
la cual entramos al nivel del Alma, trascendiendo el nivel de la personalidad,
y la Iniciación es la puerta a través de la cual entramos en el nivel de la Expansión
Infinita.
Así como hay escalas en el discipulado,
hay escalas en el nivel de la Iniciación.
A través de la puerta de la Iniciación, encontramos la Iluminación. El
trabajo sobre la personalidad para encontrar la puerta, aunque es un esfuerzo
profundo de la Divinidad, requiere un trabajo de la personalidad. El trabajo
del discipulado, para encontrar la puerta de la Iniciación es un trabajo
grande, pero la Divinidad no puede trabajar si se encuentra bajo el dominio de
la personalidad. Siempre es bueno
encontrar una sabia guía en la instrucción. Por eso existe el mecanismo del
contacto: la Divinidad contacta al Alma despejada, los Maestros contactan a la
personalidad despejada. Cuando la
personalidad comienza su despeje, un reflejo del Alma asoma a ella y comienzan
los primeros contactos, para luego ir a contactos más profundos; todo es
simplemente un juego de reflejos y nada más. Visto desde arriba todo es unidad,
visto desde abajo todo es una escalera.
Más allá de mi personalidad manifiesta
como José Vicente, como su amigo y compañero del camino, existe un rayo de luz,
un rayo de contacto, un rayo que se manifiesta en otra faceta, la faceta de
Alipur Karim y ahora la faceta de Abdul Salam. Cada faceta es una puerta, la
personalidad conduce a una puerta; cada uno de ustedes tiene esa puerta que
permite o cierra el acceso a determinadas personas en su vida; el rayo del Alma
que se manifiesta también tiene una puerta: el nombre que nos es dado por el
Maestro constituye en sí mismo una puerta que indica un trabajo, una fuerza,
una dimensión, una luz, un contacto. A
través de esa puerta llamada Alipur Karim una luz se asoma. Ese contacto, ese
pequeño rayo del Alma en la personalidad, es el resultado de un largo caminar,
de sondear en profundas cavernas y hacer largas excavaciones en el techo de la
mente; es la Divinidad en su juego de repeticiones de imágenes, a través de las
vidas, quien logra de repente hacer un diminuto agujero, para asomar un pequeño
rayo de luz que es importante en dos sentidos: para deshacer la personalidad y
para iluminar a todo aquel que quiera mirar a través de esa puerta y ese rayo.
En este camino hay muchos misterios que
aprender, hay muchas cosas profundas que conocer, que deben ser dadas paso a paso
como un elixir mágico que debe ser bebido gota a gota; cualquier sorbo
demasiado grande es un exceso que intoxica. Hay que ir tomando gota a gota,
hasta hacerse inmune al poderoso efecto de la luz; la vasija se va impregnando
poco apoco por dentro y se hace resistente y entonces aguanta más luz. A través del rayo de Alipur Karim se filtran
pequeñas gotas del elixir. No es el elixir de Alipur Karim; Alipur Karim es tan
solo el nombre de la gota, simplemente un gota de luz del Océano Infinito de la
Divinidad, pero en esa gota están contenidos muchos secretos de esta vida y de
otras vidas; todos los secretos que han sido transmitidos desde otras puertas,
de los contactos en muchas dimensiones: en el nivel físico aparentemente real,
en los niveles sutiles, astrales, espirituales y grupales y aun mas allá; un trabajo profundo y
exhaustivo que no siempre puede ser mostrado en su totalidad so pena de ser
tachado de loco. Pero cuando hay almas y corazones dispuestos a escuchar,
entonces los misterios pueden ser develados si los oídos se abren para oír, si
los ojos se abren para ver, si la mano se extiende para recibir a una mano
amiga; entonces es momento de establecer un contacto desde el corazón y
comenzar la enseñanza, la enseñanza profunda que se devela. Ha sonado la
trompeta que marca la hora en que esta personalidad comienza a morir; no la
estructura sino la coraza de la personalidad; ha llegado la hora en que la personalidad pierde su
protagonismo y la chispa asoma como una pequeña gota de rocío que es iluminada
en el amanecer; comienza la gota a brillar y la luz a irradiar. La personalidad
mengua y el brillo del alma aparece. Estad atentos al brillo del alma, atentos
a la gota de rocío que alumbra, porque por allí hay una puerta que contiene todos los misterios del Océano,
en los que podemos nadar y sondear, caminando juntos. Algunas claves develadas
de los misterios comienzan a surgir desde los baúles profundos de la memoria
supra conciente: no son otra cosa que pequeños apartes de los Archivos Divinos,
que se muestra cuando una puerta se abre.
Todos los contactos que vienen para los
que permanezcamos juntos, son contactos importantes, porque ha comenzando la
era de la revelación. La personalidad menguará, la gota de rocío alumbrará, la
luz comenzara a ser irradiada, el resplandor, el pequeño brillo que produce,
iluminará a aquel que ha entrenado sus
ojos para ver y soportar la luz; la palabra llena de espíritu nutrirá a aquel
que ha preparados sus oídos para escuchar. Pero a quien no ha preparado sus
ojos la luz lo enceguecerá y buscará un velo o quizás volteara su rostro para
evitar aquel rayo de luz; y a aquél que no
ha preparado sus oídos, la palabra le herirá, porque la palabra
impregnada de espíritu es como una daga que abre heridas en el ego: el objetivo
es romper el caparazón del ego, pero si el ego está bien nutrido, es como un
tumor que desarrolla venas y arterias, y al ser tocado sangra y así, el ego no
preparado, los oídos no preparados para
escuchar la palabra llena de espíritu, se sentirán heridos: el ego sangrará. Entonces
taparan sus oídos para evitarlo. Pero todo aquel que esté listo y atento podrá
entonces, a través de la gota, deducir
como es el Océano; a través de la palabra podrá halar el hilo que conduce a ese
mundo que esta mas allá de la mente, allí donde brilla el espejo del Alma. Ha
llegado la hora en que la gota de rocío debe estar expuesta y brillando,
siempre iluminada por el sol del amanecer; ya la gota no puede ocultarse más
tras el velo de la personalidad; la personalidad comienza a diluirse: se
derrite como el grano de granizo cuando el sol alumbra. Así que, mis queridos
amigos, estad atentos al brillo del rocío; no miréis más el velo de la
personalidad. La gota de rocío es una gota mágica, es un elixir del que todos
pueden beber. Siempre hay una gota que los Maestros destilan, que el Alma deja
caer, que es nutrida desde arriba, una
pequeña gota del Océano Infinito. Y ahora es el tiempo, porque si no hay quien
reciba la gota, no tendrá objeto su brillo; si no hay alguien para beber el
mágico elixir y fortalecerse para recibir cada vez más gotas, hasta recibir una
corriente de luz, entonces no hay objeto
en eso; pero si hay un depositario habrá
un dador; si hay una vasija resistente abra una fuente que la llene; si hay un
ojo abierto habrá una imagen para ser proyectada en él; si hay un oído abierto habrá
una palabra de Sabiduría. Estad atentos y no os fijéis en la personalidad,
porque la personalidad es ahora una vasija que contiene muchas gotas de rocío y
es una vasija que se templa, que necesita vaciar un poco de luz para que haya
una corriente. Pero la luz es fuerte, es como la luz del rayo, de miles de
rayos poderosos que entran. De vez en cuando, por algún pequeño agujero de la
vasija, un rayo sale y alumbra o hiere; no se fijen en los rayos ni en las
sombras, fíjense en el resplandor de la luz, fíjense en la puerta abierta del
corazón, fíjense en la mano amiga. La luz es fuerte y cuando el ego está pronto
la luz es como una daga que le hiere, pero
al ego hay que dejarlo sangrar de vez en cuando. La luz que fluye a través de
la pequeña gota de rocío es una luz concejera; es una luz que te puede decir dónde
hay una sombra en tu camino; es una luz que te puede decir donde hay un fruto
maduro que puede ser brindado; es una luz que te dice dónde está tu fortaleza y
qué te guía, pero también encuentra las capas más gruesas del ego. No se
intimiden frente a eso. Cuando la palabra sea fuerte y sincera miren siempre a
la gota de rocío porque allí es donde
está la puerta; cuando el ego sea herido miren que lo que lo hiere es la luz;
vayan tras la luz y encontraran la gota de rocío, es una gota del Océano en el
que todavía la luz de Alipur Karim busca
aprender a bucear y nadar. Un gran reto
ha sido establecido, una gran fortaleza ha llegado por el contacto. Un
contacto tras otro han fortalecido la vasija; más luz puede fluir y los
secretos brotan como plántulas que surgen de semillas que permanecieron mucho
tiempo en la húmeda y oscura tierra. Ahora
comienzan a surgir y se convertirán en grandes árboles, en un bosque
entero, en un bosque completo. Ayudad a preservar el bosque, escuchad el
murmullo del viento entre las hojas porque cantará una canción de luz, una
canción de amor que cuenta los secretos de oscuras y recónditas cavernas donde
hay misteriosos y mágicos tesoros.
Nos conocimos en otras vidas, somos caminantes
viejos, quizá caminantes de largas cabalgatas, tal vez soldados y guerreros
buscadores de tesoros y misterios, seres perseguidos, en busca de un Maestro o
en busca de la Iluminación. Pero ya pasó el tiempo de grandes karmas, es la
hora de los hallazgos; es hora de develar los tesoros encontrados, de finalizar
las batallas, de encontrar luz, paz y sosiego en nuestras vidas; es el momento
de poner en claro todo este conjunto de
enseñanzas, todo este sincretismo de misterios, y seleccionar las perlas de los
carbones, para construir hermosas joyas de Sabiduría. Es un momento clave. Hagámoslo juntos, porque
cada uno de ustedes ha recorrido grandes caminos y, si lo permiten, yo seré
aquel que hale el hilo dorado que está
en el corazón de cada uno para develar el misterio de otras vidas, los tesoros escondidos; y también
aquel que hale la mágica aldaba que abre
la puerta que permite que la luz del alma destile en cada uno esa gota de rocío,
y que esa gota de rocío también brille desde sus corazones y sus Almas para
todos, y se convierta en la gota de
elixir mágico que da a probar el exquisito Gozo del Infinito Océano. No hay más que una realidad, es la realidad
del Ser. Lo demás es la ilusión del sueño onírico en la multiplicidad. Pero
todo sueño tiene un término y ha llegado la hora de despertar; todos han
dormido ya suficiente; la Divinidad ha dormido ya suficiente y para cada una de
estas semillas es la hora en que los brotes deben salir de la húmeda y oscura tierra.
Ya es el tiempo! Quien quiera seguir durmiendo pasará por holgazán porque ya
es el tiempo. La semilla ha roto su cáscara;
está a punto de asomar el brote. Es la hora! Dejen que el húmedo rocío ablande
el brote para que no lo seque el sol.
Que la luz de nuestros amados Maestros
sean nuestra guía siempre, porque ellos son nuestro portal hacia la Divinidad.
Recordemos que aunque hay puertas, senderos, escalas, siempre hay una sola Realidad,
un solo Dios. Ese es nuestro foco, nuestra Realidad Infinita, nuestra Única Verdad,
pero en tanto que vivamos sumergidos en
el remolino del espacio tiempo hemos de encontrar puertas para salir de esta
gigantesca prisión. Que los Maestros sean nuestra guía; que la Divinidad sea el
Océano Infinito en el cual nos sumergiremos finalmente, pero que tengamos ojos
para ver la luz del rocío, oídos para
escuchar el espíritu de la palabra. Que la voluntad del Absoluto sea nuestra
voluntad, que el Amor Infinito sea el Amor de nuestros corazones y que la Luz Infinita
de la Divinidad sea la única Luz que seguimos. Que así sea!
Bendiciones de los Maestros!
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